El exvocero de los padres de Ayotzinapa, Vidulfo Rosales, asumió el rol de secretario de Estudio y Cuenta en la SCJN, generando cuestionamientos sobre su compromiso con la defensa de los derechos humanos.

El pasado sábado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) anunció la llegada de Vidulfo Rosales Sierra como secretario de Estudio y Cuenta. Este puesto lo sitúa bajo la dirección de Hugo Aguilar Ortiz, el actual ministro presidente de la Corte. Rosales es conocido por su papel como vocero de los padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, por lo que su nombramiento ha despertado controversia.
Muchos observadores ven en este movimiento una señal de la cooptación política en México. Rosales, una figura con un pasado firme en la defensa de los derechos humanos, parece estar entrando al sistema que criticó en años anteriores. Su integración podría ser parte de una estrategia para mejorar la imagen de la SCJN, al incluir voces de la sociedad civil.
Este tipo de decisiones crean la apariencia de pluralidad dentro de la Corte. Sin embargo, algunos analistas sugieren que podría ser un intento de silenciar críticas y disidencia. En lugar de abordar los problemas fundamentales de la justicia en el país, busca neutralizar a quienes han alzado la voz.
La gestión de Hugo Aguilar Ortiz en la SCJN incluye a 97 asesores, cuyos salarios suman más de 6 millones de pesos al mes. Estos asesores no solo apoyan la toma de decisiones, sino también forman parte de una estructura que, según algunos, está lejos de ser transparente. Mientras Norma Piña, la anterior presidenta de la Corte, trabajaba con seis asesores, Aguilar ahora tiene tres veces más.
Así, el camino de Vidulfo Rosales plantea nuevas preguntas. Al aceptar este nuevo cargo, ¿ha cambiado su compromiso con las causas por las que luchó? Muchos seguirán atentos, esperando que su voz aún resuene en favor de la justicia y los derechos humanos. (Fuente: EMEEQUIS).

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