La administración del presidente Donald Trump anunció la derogación de una protección ambiental vigente desde hace 25 años. Con esta medida, vastas áreas de bosques vírgenes se abrirán a la tala de árboles.

La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, confirmó que se eliminará la “Regla sin carreteras” de 2001. Esta norma, implementada por el expresidente Bill Clinton, protegía un tercio de los bosques nacionales y prohibía la tala, construcción de carreteras, minería y perforación en extensas zonas.
La decisión afecta a 23 millones de hectáreas, un área más de tres veces superior a la superficie de Panamá. Rollins argumentó que la regla era obsoleta y limitaba la gestión de recursos naturales. “El presidente Trump elimina obstáculos para la gestión sensata de nuestros recursos”, afirmó.
Desde su regreso al poder en enero, Trump ha desmantelado la política climática de Estados Unidos. En marzo, la Agencia de Protección Ambiental anunció la revocación de varias medidas que reducían las emisiones de vehículos y limitaban el dióxido de carbono de las plantas de energía de carbón.
Grupos ecologistas han prometido llevar el caso ante los tribunales. Josh Hicks, director de conservación de The Wilderness Society, criticó la decisión. Para él, revocar la Regla sin carreteras atenta contra el aire y el agua que consumimos, así como contra la vida silvestre y la recreación al aire libre.
La medida genera preocupación y resistencia entre los defensores del medio ambiente, quienes consideran que estas acciones perjudican el patrimonio natural de Estados Unidos.

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