El presidente estadounidense anuncia bloqueo naval, acusando al gobierno de Maduro de terrorismo y robo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado las tensiones con Venezuela al anunciar un bloqueo marítimo destinado a interceptar buques petroleros sancionados en rumbo hacia el país sudamericano. Esta táctica, que comunicó a través de un mensaje en su red social Truth, intensifica la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro. Trump justifica su decisión con acusaciones de terrorismo, narcotráfico y apropiación indebida de activos.
En su declaración, Trump pintó un cuadro de Venezuela como un país acorralado por la que él llama “la armada más grande reunida en Sudamérica”. Aseguró que el cerco militar se hará aún más fuerte y no descartó una ofensiva militar sin precedentes contra Caracas. Estas acciones, según sus palabras, buscan que Venezuela devuelva a Estados Unidos el petróleo y otros bienes, que el mandatario considera robados.
Además, Trump tachó al gobierno de Maduro de ilegítimo, acusándolo de usar petróleo venezolano para financiar actividades ilícitas como el narcoterrorismo y la trata de personas. Afirmó que Washington ha designado a Venezuela como una organización terrorista extranjera. En su discurso, también criticó a la administración previa de Joe Biden por permitir la entrada de inmigrantes ilegales, que él insinúa fueron enviados por el gobierno venezolano. Dijo que estos inmigrantes están siendo deportados a un ritmo acelerado.
Desde Caracas, los críticos de esta política destacan que Estados Unidos ha ejercido control sobre activos petroleros venezolanos en el extranjero, como Citgo Petroleum Corporation. Para el gobierno de Maduro, estas acciones representan un despojo ilegal de recursos, subrayando cómo, según su perspectiva, las sanciones estadounidenses buscan apropiarse de bienes estratégicos.
Mientras las tensiones se disparan, esta nueva medida de Trump parece señalar una etapa aún más conflictiva en las ya deterioradas relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. La comunidad internacional observa con cautela, temiendo las repercusiones que estas acciones puedan tener en la región y más allá.


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