Tradiciones y acontecimientos de temporada

Este año la festividad de día de muertos me ha parecido sin precedentes. Todas las plazas públicas de la CDMX se han engalanado con muestras artísticas alusivas al día de muertos, pero de forma particular. Cuando era niña, recuerdo que no se hablaba de los altares, de las ofrendas o del papel picado; más bien hablábamos del Halloween, los disfraces de vampiros, calabazas, momias y más espantos alusivos a esa festividad. Recuerdo que el adjetivo para pedir “calaverita” se cambió por “dulce o truco” y se cambiaron las cajas de zapatos con una vela por calabazas de plástico colgadas de un hilo del mismo material. 

Así pasaron años, hasta que, de un tiempo a la fecha, sobre todo a partir del periodo del jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas, comenzaron a tomarse en cuenta los altares de muerto. Se convocaba a concursos en las escuelas de educación básica, y en las Instituciones de Educación Superior. Poco a poco, las instancias del gobierno del DF, se adornaban y paulatinamente fue tomando fuerza el día de muertos, pero aún una combinación entre los murciélagos y las calaveras. 

La festividad del día de muertos ha tomado muchas formas y expresiones culturales, que no tienen que ver con ella y hoy son tomadas como propias. La Catrina, que no era precisamente un elemento del día de muertos, pero ahora no concebimos el papel picado sin tal personaje. También está la canción La Llorona, que menos tiene que ver con los muertos, pero cada nueva versión, quien la interpreta coloca la Catrina a un lado, como si tuviera la marca del día de muertos. Es interesante que la fiesta a la muerte se construye a través de elementos que nos brindan la ilusión de ser parte de la temática, pero que en realidad no lo son. Yo no sé qué pensaría José Guadalupe Posada al ver el rostro de su personaje dedicado a la burla de los seguidores de Porfirio Díaz si pudiera ver para qué se usa su diseño. 

Lo cierto es que a pesar de que La Catrina no es alusivo al 2 de noviembre, sí es un emblema cultural de México y me encanta que este año el personaje haya subyugado a todos los demás. Este 2025 la cultura mexica se combinó con las calaveras para darnos una mezcla entre las catrinas, los guerreros aztecas y las mujeres indígenas en los huesos. Pero no sólo en la plaza del Zócalo capitalino, sino también en las fachadas de algunos comercios aledaños, sobre la calle de Francisco I. Madero, fue espectacular. 

Esto me hace pensar que poco a poco la cultura mexicana se va revalorizando y podemos convivir cada vez más con iconografía indígena que hace años estaba relegada a sus comunidades y obligadas a no salir de ahí. Su estética y maximalismo era una muestra de una extravagancia que lastimaba la sutileza eurocéntrica. Claro que está en juego por el otro lado el blanqueamiento de los altares de muerto, pero la cultura y el color aún pueden dar esa batalla para no ser borrada de nuestra tradición que ha tomado arraigo y ha traspasado fronteras. 

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