Ambos nacieron en lugares humildes. José Mujica nació en el barrio Paso de Arena, territorio semirrural de Montevideo; Andrés Manuel López Obrador proviene del México más profundo: Tepetitán, Macuspana, Tabasco, un estado que entonces ocupaba los primeros lugares en pobreza y desigualdad. Ambos políticos ejemplares lucharon desde jóvenes por una nación mejor, más justa; por rescatar a los pobres de la ignominia, de la indiferencia de sus gobiernos. Ambos batallaron por años de manera diferente, pero en milagros gemelos alcanzaron la presidencia de sus países: Pepe Mujica del Uruguay y AMLO de México.
José Alberto Mujica Cordano murió el 13 de mayo pasado en Montevideo y muchos no acabamos de aceptarlo. López Obrador vive retirado de la política en su finca de Palenque, Chiapas, donde escribe libros de historia. Muchos todavía extrañamos al viejón.
A pesar de que Pepe y AMLO tienen infinitas coincidencias, en nuestro país muchas personas “de izquierda”, “progresistas” o “buena ondita” idolatran al primero y desprecian al segundo.
Me he preguntado por qué esa animadversión por un “aldeano” que le cambió el rumbo al país poniendo las cosas en su lugar, que hizo que los grandes empresarios pagaran sus impuestos; que incrementó el salario mínimo al doble; que procuró pensiones para adultos mayores, personas con discapacidad y madres trabajadoras, así como becas para estudiantes de todos los niveles; que generó obra pública de gran calado y programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, La Escuela es Nuestra, Sembrando Vida, entre muchas otras acciones.
No lo entiendo ni lo entenderé…
Seleccioné algunos textos que hacen coincidir a ambos personajes.
Corrupción
Pepe. Se piensa que triunfar en la vida es acumular dinero y que quien no acumula dinero tiene negado el acceso a la felicidad. En el mundo desarrollado existen otras trampas, fenomenales trampas de corrupción con la apariencia de normalidad, como se suele dar en el intercambio comercial de los gigantes transnacionales entre sí. / Para nosotros, la corrupción es una falla moral, es una falla ideológica.
AMLO. La corrupción que había en nuestro país no es un fenómeno cultural, sino el resultado de un régimen político en decadencia. El combate a la corrupción ha significado un ahorro de un billón de pesos y, gracias a ello, el 90 por ciento de los mexicanos recibe una pequeña parte del presupuesto público. Al eliminar las malas prácticas en el gobierno se permite destinar más recursos a los más necesitados mediante las transferencias de recursos por los programas sociales.
Mercado
Pepe. Hemos creado una civilización hija del mercado, hija de la competencia, que nos ha proporcionado un progreso material portentoso y explosivo. Pero lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado, y ha producido esta globalización en la que hoy vivimos. ¿Es posible hablar de solidaridad y de que estamos todos juntos, encontrándonos dentro de una economía que se basa en la competencia despiadada?
AMLO. Banamex se vendió a Citigroup en 12 mil millones de dólares sin pagar un centavo de impuestos. Este tipo de operaciones no se da en ningún lugar del mundo; lo subrayo porque los defensores del modelo neoliberal son muy dados a utilizar el discurso demagógico de la legalidad, la globalización, el libre comercio, la competencia, “las mejores prácticas” y “los más altos estándares internacionales”, siempre y cuando, claro está, sean ellos los beneficiados.
Jóvenes
Pepe. A los jóvenes me gustaría decirles: no dejen que les roben la libertad. Una cosa es la necesidad de trabajar para no vivir a expensas de los demás y otra muy diferente es vivir solo para trabajar. / Una de las tragedias de la política es haber abandonado el campo de la filosofía y haberse transformado en un recetario meramente económico.
AMLO. Nunca más se le dará la espalda o se le condenará a la marginación y al olvido a este sector de la población [el de los jóvenes], que antes era tratado de manera despectiva por el hecho de no trabajar o estudiar, debido a la falta de oportunidades. / Antes eran discriminados y tratados como “ninis” porque ni estudian, ni trabajan (…). Ningún joven se quedará fuera del trabajo o del estudio.
Pobreza
Pepe. En mi humilde manera de pensar –lo definían también los viejos pensadores Epicúreo, Séneca y los aimaras–: pobre no es el que tiene poco; pobre es, en realidad, el que necesita infinitamente mucho y desea y desea y desea más y más.
Queremos una vida política orientada a la concertación y a la agregación, porque de verdad queremos transformar la realidad. / Queremos de verdad terminar con la indigencia. / Queremos de verdad que la gente tenga trabajo.
AMLO. Atendemos a los pobres por convicción y por humanismo, pero también lo hacemos porque creemos que si destinamos recursos a los menos favorecidos habremos de lograr una más rápida reactivación de la economía para salir de la crisis. / La educación y la salud nosotros las concebimos como derechos, no como privilegios, no son mercancías.
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En México, durante el gobierno de López Obrador se registró un logro histórico: 13 millones 410 mil personas salieron de la pobreza, de acuerdo con el reporte del Inegi. Esta cantidad representa –ahí pobremente– cuatro veces la población de Uruguay. Aunado a esto, también hubo una reducción importante en los índices de pobreza extrema.
¿Qué dirán ahora los detractores de Andrés Manuel que no pueden ver lo que no quieren ver?: que en nuestro país la economía va en ascenso, que se protege al compatriota más que nunca, que hay una lucha constante contra la pobreza y la desigualdad y que esta se está ganando.
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Mientras tanto, en Palenque, nuestro expresidente AMLO debe de estar feliz, feliz, feliz, como él mismo decía.

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