Etiqueta: Revolución

  • Gran Remate de Libros 2025 en CDMX: Clara Brugada inaugura evento en el Monumento a la Revolución

    Gran Remate de Libros 2025 en CDMX: Clara Brugada inaugura evento en el Monumento a la Revolución

    Con la intención de que toda la Ciudad de México se inunde de ferias del libro, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, inauguró la decimonovena edición del Remate de Libros en la explanada del Monumento a la Revolución.

    Hasta el 20 de abril se podrá asistir a este importante evento, que no sólo ofrece libros, sino también discos y películas a precios que inician desde los 10 pesos.

    Al evento, que contó con la presencia del secretario de Gobierno, César Cravioto; la secretaria de Cultura de la Ciudad, Ana Francis Mor; la alcaldesa de Azcapotzalco, entre otras autoridades, el director del Fondo de Cultura Económica compartió una anécdota particular:

    “Lo más emocionante fue ver salir a un chavito (del remate) abrazando un libro, un libro gordo, gordo, gordo. Y cuando lo paré y le dije: ‘¿Qué traes ahí?’, lo abrazó y me dijo: ‘Esta es la gran enciclopedia de los pájaros y me costó 60 pesos,  la edición original cuesta 1,200’”, relató Paco Ignacio Taibo II.

    El Remate de Libros es un evento promovido por la Brigada para Leer en Libertad y el Gobierno de la Ciudad, que invita a poner a la venta, a precios accesibles, libros de ediciones antiguas, cuyo destino sería la destrucción.

    Para Clara Brugada, eventos como este ayudan a hacer realidad el “derecho a la lectura, a la cultura, al arte, a la música, al cine”, que los gobiernos están obligados a garantizar.

    Esta Semana Santa, “salva un libro, no dejes que lo destruyan”, asistiendo a las carpas instaladas en el Monumento a la Revolución.

  • JEAN-LUC MÉLENCHON Y EL LLAMADO A UNA REVOLUCIÓN CIUDADANA

    JEAN-LUC MÉLENCHON Y EL LLAMADO A UNA REVOLUCIÓN CIUDADANA

    La primera vez que coincidí con Jean-Luc Mélenchon, líder de la Nueva Izquierda francesa, fue en una conferencia magistral titulada “Revolución Ciudadana y la era del Pueblo”, llevada a cabo el lunes 9 de septiembre del 2019, en el Auditorio Pablo González Casanova de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En aquel entonces, Mélenchon estaba de gira por México para estudiar más sobre la Cuarta Transformación y el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador un año antes. 

    Además de pertenecer a una serie de personajes de la izquierda europea consternados por actualizar su ideario de manera constante, el pensamiento político del líder francés ha sido muy criticado por sus opositores de ser un “progresista”, en los que ha tratado temas esenciales como la ayuda mutua, el bien común, la jerarquización de distintas prioridades, la planificación ecológica o la felicidad. “Hay una crisis de la civilización humana, el cambió climático ya empezó y hay que pensar de manera totalmente nueva. ¡Y pronto y de prisa, por favor!”, exclamó el líder político francés durante una entrevista realizada para TV UNAM, en septiembre de ese mismo año. 

    En un lapso de seis años transcurridos desde aquel encuentro, ocurrieron una serie de acontecimientos que han repercutido en nuestra forma de ver la realidad política de México y el mundo, la pandemia de Covid-19, causado por el nuevo coronavirus SARS CoV 2; el ascenso de la ultraderecha en países de Europa; la apuesta por las inteligencias artificiales; la guerra entre Rusia y Ucrania, con sus repercusiones en la economía mundial; el recrudecimiento de la violencia en la franja de Gaza por parte de las fuerzas militares de Israel; el regreso del empresario Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, que ha generado incertidumbre en el mundo con sus imposiciones arancelarias; y en especial, la elección de Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer presidenta en la historia de México. 

    Mélenchon regresó a México para fomentar su más reciente libro ¡Ahora el Pueblo! Hacia la revolución ciudadana, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), en la que propone su teoría política de una revolución ciudadana como una herramienta en favor de la gente, de una democracia amplia y para la salvación del planeta de una de las mayores crisis de la civilización humana. También, regresó a la misma Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Máxima Casa de Estudios para impartir una conferencia magistral titulada “La Revolución Ciudadana en la era de la Inteligencia Artificial”, llevada a cabo el pasado miércoles 26 de febrero y organizado en conjunto por la misma facultad, el grupo Redes Universitarias y el Instituto Nacional de Formación Política de Morena (INFP). Ante estudiantes, académicos y jóvenes militantes de izquierda reunidos en el Auditorio Ricardo Flores Magón, mencionó el choque del cambio climático que hoy vivimos, de manera que podría llevar a un fracaso general de la civilización humana. “El pueblo es un actor político cuando la gente pide control sobre la sociedad en un momento en el cual el capitalismo no puede soportarlo, porque necesita ser libre de actuar, con un mercado libre, y para eso expulsa las reglas, normas y leyes. De ahí que “la oposición entre nosotros y ellos, entre el pueblo y la oligarquía, es una nueva confrontación”.

    El político francés subrayó que, tras la caída del Muro de Berlín y la caída de la Unión Soviética, no sólo ha crecido el neoliberalismo como una destructora de sociedades, sino que se ha perdido la narrativa de un futuro progresista, el racismo y la xenofobia se han convertido en instrumentos políticos, se ha saqueado la naturaleza y sobre todo a la ruptura del pacto histórico entre “Democracia” y “Capitalismo”. También se ha referido al tema de la revolución ciudadana como una solución a los problemas, como una nueva forma de acción política que comenzó en Argentina y después en Ecuador. 

    En relación con la Inteligencia Artificial, comentó que se trata de la automatización de los procesos intelectuales humanos; “hay que preguntarse cómo se usa y a quién le pertenece. No debemos permitir que sea una propiedad privada. Eso también es parte del contenido de la revolución ciudadana, porque queremos ejercer el poder. Eso quiere decir ciudadanía. Hoy el mundo pertenece a los que lo pueden comprar, no a todos; ese es el cambio que debe surgir”.

    Las grandes potencias del mundo han perdido el rumbo, aunque aún cuentan con grandes capitales para seguir manteniendo una economía de guerra que seguirá generando una insoportable repercusión en el mundo. México se ha convertido en el referente para las izquierdas en el mundo, ya que el líder de izquierda francesa se reunió con la presidenta y expresó su admiración por el proyecto político que encabeza la mandataria mexicana. El llamado a una revolución ciudadana es consecuencia de la pugna entre oligarquías y el pueblo. De manera, que tenemos que interpretar lo que vemos en el mundo a nuestro alrededor con un marco teórico; sin él, la práctica es ciega. Hay que aprender a estudiar, comprender lo que está pasando y decidir nuestro propio papel en ello. Hay que describir e interpretar bien; si nos equivocamos no quedara nada de nosotros.

    FICHA BIBLIOGRÁFICA 

    • Mélenchon, Jean-Luc, ¡Ahora el Pueblo! Hacia la revolución ciudadana. Traducción de Mario A. Zamudio Vega, revisión de la traducción de Alejandra Ortiz Hernández y Paola Collado, primera edición en español, México, Fondo de Cultura Económica (FCE), 2025, 448 p. (Colección Tezontle)
  • Francisco I. Madero, Salvador Allende, Chávez/Maduro: Venezuela hoy

    Francisco I. Madero, Salvador Allende, Chávez/Maduro: Venezuela hoy

    ¿Qué tienen en común los personajes que encabezan esta columna? ¿Sus ideas? Quizá podríamos relacionar a los últimos por sus causas socialistas; sin embargo, el primero de ellos rompe con esta similitud. Mientras que Francisco I. Madero fue un liberal y sus causas no iban más allá de la búsqueda de la democracia para su país, Salvador Allende y el movimiento iniciado por Chávez, ahora encabezado por Nicolás Maduro, tienen como bandera la construcción de un estado socialista.

    Lo que realmente tienen en común estos personajes (reduciendo por cuestiones prácticas los movimientos a sus líderes) es que, en su momento, representaron un cambio en los paradigmas y lógicas burocráticas de sus naciones. Mientras Francisco I. Madero inició una revolución que transformó a México y, durante su gobierno, otorgó más libertades al pueblo, Allende llegó al poder por la vía pacífica y comenzó a implementar políticas sociales que ofrecían mayores oportunidades a los chilenos. En el caso más reciente, Chávez —como Allende— llegó al Palacio de Miraflores por la vía electoral y, ya en el poder, comenzó a implementar políticas que beneficiaban a las mayorías, un legado que ha continuado Maduro tras su ascenso al poder.

    Como hemos mencionado, los tres movimientos rompieron con el status quo de sus respectivos países y lograron grandes cambios; no obstante, cuando ocurre un giro significativo, aquellos que se beneficiaban del régimen moribundo suelen iniciar una resistencia para preservar sus privilegios (los “conservadores”). Esto también implica que los personajes mencionados no solo comparten la ruptura del orden establecido, sino que, naturalmente, también ostentan en común el haber generado una feroz resistencia conservadora. Sin embargo, esta “resistencia conservadora” no solo está conectada por su naturaleza, sino que, en todos los casos, es impulsada por los mismos actores: el Gran Capital y los Estados Unidos.

    Francisco I. Madero derrocó una dictadura que permitía la esclavitud y fomentaba una excesiva desigualdad económica entre los mexicanos. Al hacerlo, se “echó encima” a los grandes hacendados, a los oligarcas de la época y, también, a los Estados Unidos, cuyos intereses en nuestro país se vieron perjudicados tras la caída de la dictadura porfirista. La reacción contra Madero condujo a su fracaso. Pocos años después de iniciado su gobierno, el embajador de los Estados Unidos, Henry Lane Wilson, unió a los distintos grupos conservadores para derrocar al gobierno emanado de la Revolución, con el fin de preservar los intereses de los grandes capitales mexicanos y los intereses de los Estados Unidos en territorio nacional.

    Mientras tanto, Salvador Allende, al llegar al poder en Chile, buscó implementar profundas reformas sociales y económicas que redistribuyeran la riqueza y redujeran las desigualdades en su país. Con estas medidas, se ganó la enemistad de la élite económica, los grandes empresarios y los terratenientes, quienes vieron amenazados sus intereses. Además, los Estados Unidos, preocupados por la expansión del socialismo en América Latina y por la nacionalización de industrias clave, consideraron a Allende una amenaza directa a sus intereses en la región. Al igual que con Madero, los conservadores aliados con los Estados Unidos lo derrocaron para poner de nuevo un régimen que beneficiara sus intereses. 

    En la actualidad, Venezuela sigue siendo un régimen incómodo para nuestro vecino del norte y el capital internacional. Hugo Chávez, al asumir la presidencia, emprendió un ambicioso proyecto de transformación social y económica conocido como la “Revolución Bolivariana,” con el objetivo de reducir la pobreza, redistribuir la riqueza y fortalecer el control estatal sobre los recursos naturales del país. Estas políticas, que incluyeron la nacionalización de industrias clave, alienaron a la élite económica venezolana y a los grandes empresarios, que vieron amenazados sus privilegios. Además, las reformas de Chávez generaron una fuerte oposición de los Estados Unidos, que consideraban sus políticas socialistas y su retórica antiimperialista como una amenaza a sus intereses en la región.

    Tras la muerte de Chávez, la Revolución Bolivariana sigue amenazando los intereses del capital en la región, manteniendo la soberanía venezolana sobre su territorio y sus recursos (recordemos que Venezuela es el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo). Hoy, Venezuela existe porque resiste. ¿Pero quién resiste? Su pueblo. La resistencia en el país sudamericano está sostenida por la mayoría, que continúa dando legitimidad al régimen chavista. Venezuela, su pueblo y su gobierno, luchan para no desaparecer, para que los intereses del gran capital internacional no se apropien de sus recursos.

    Los personajes mencionados lucharon por corregir injusticias; sin embargo, los primeros fueron derrocados. Esto debe servirnos de lección para las luchas actuales. No podemos permitir que la historia se repita, ni que los intereses de particulares y de los Estados Unidos vuelvan a imponerse sobre la soberanía de los pueblos. Tal vez el lector se pregunte: ¿Y yo qué puedo hacer para evitar que a los venezolanos del siglo XXI les suceda lo mismo que ya ocurrió en Chile y México el siglo pasado? La respuesta es sencilla: seguir hablando de Venezuela, mantener el tema vigente, y no caer en las versiones que calumnian a la Revolución Bolivariana, que los medios tradicionales continúan difundiendo (ahora más que nunca después de las elecciones).

    Recordemos lo que decía Noam Chomsky en su libro Hegemonía o supervivencia: La estrategia imperialista de Estados Unidos: “Quizá sigan existiendo dos superpotencias en el planeta: Estados Unidos y la opinión pública mundial”

  • Revolución

    Revolución

    El proceso que llevó al levantamiento armado en 1910 había comenzado años atrás. Dicen Jacinto Barrera Bassols (1956-2021) y Armando Bartra Vergés (1941-) en la cronología narrativa “La Revolución Magonista ” al respecto. 

    Cabe decir que la Revolución Mexicana, cuyo inicio conmemoramos hoy, rescata en la Constitución de 1917 solo algunas reivindicaciones de la propuesta magonista, aunque se trata de una revolución social, no llega a ser tan radical.

     Aquí un pequeño extracto del libro.  

    “Octubre-diciembre

    La sistemática represión a los clubes y la prensa liberal de todo el país, y en particular, la feroz persecución que sufre la directiva del club Ponciano Arriaga —centro director de la Confederación de Clubes Liberales de la República— ha forzado el exilio político de algunos de sus miembros: el presidente Camilo Arriaga y el vicepresidente Soto y Gama han tenido que escapar a San Antonio, Texas, siguiéndolos, poco después, Santiago R. De la Vega y Paulino Martínez, director del clausurado periódico La voz de Juárez. Este último escapa a Laredo, Texas.

    En estas condiciones RFM y su hermano Enrique, recién excarcelados, así como el joven poeta veracruzano Santiago de la Hoz, que en el Puerto había sido director del club Sebastián Lerdo de Tejada, deciden seguir los pasos de Arriaga y compañeros, buscando también refugio en Estados Unidos.

    En el caso de RFM la decisión de exiliarse se basa en dos consideraciones:          a) la represión le ha demostrado que es imposible seguir haciendo periodismo político dentro del país, mientras que las libertades democráticas que espera encontrar en Estados Unidos garantizarán la continuidad de su trabajo. (Ver: editorial del primer núm. de Regeneración 2a. época, en Bartra; 204 y ss); y         b) la intransigencia de Díaz lo ha llevado a la conclusión de que la democratización del país sólo podrá conseguirse a través de una lucha más radical orientada a la revolución social; y que ésta sólo podrá organizarse en el extranjero. (Kaplan I: 153 y ss). 

    A conclusiones semejantes están llegando otros liberales que los seguirán al exilio, como Juan Sarabia y su primo Manuel, Librado Rivera, Rosalío Bustamante, Juana B. Gutiérrez de Mendoza y Elisa Acuña y Rosete, etc. En pocos meses la mayoría de La directiva del club Ponciano Arriaga se habrá refugiado en Estados Unidos.

    31 de diciembre

    RFM su hermano Enrique y Santiago de la Hoz abordan el tren que parte de la estación de Buena Vista rumbo a Laredo. Una Parte del dinero necesario para el viaje fue obtenido gracias a la venta de una vieja máquina de escribir —lo único que pudieron rescatar del saqueo de la imprenta y la redacción— el resto se los envió Camilo Arriaga. En la estación confirman que siguen siendo vigilados de cerca por un policía vestido de civil. La persecución se había iniciado tres meses antes, a su salida de la cárcel de Belém.” 

    La vida de estos revolucionarios mexicanos estaba en riesgo permanente y no tenían duda de ello, por eso su auto exilio. El régimen no soportaba la verdad y menos la oposición razonada y radical. Ya existía la izquierda mexicana y desde entonces era perseguida o silenciada de un modo o de otro.

    El movimiento anarcosindicalista iniciado por estos revolucionarios tenía claridad de que la opción electoral y democrática no era viable, pues el país sufría bajo la hegemonía de Porfirio Díaz y el “Grupo de los Científicos”, que no eran sino los titiriteros de aquella oligarquía y mantenían en la ignorancia y opresión a la inmensa mayoría del Pueblo, hasta entonces, cada intento de rebelión había sido reprimido con la fuerza de las armas y la traición, métodos típicos de los seguidores de Porfirio Díaz, incluso en nuestros tiempos. 

    Poco más de un siglo después y saliendo, a duras penas de la nueva oligarquía refundada por Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, México parece empezar a recuperar los valores y herencia de la Revolución Mexicana a través de la lenta Revolución de las Conciencias generada a partir de la opresión neoliberal-fascista de los neoporfiristas y que a través del voto popular en 2018 se hace gobierno, pero que tampoco inicia ahí, sino que deviene de la lucha de varias décadas en las que la represión que desde el Estado y la violencia de la nueva oligarquía, intentaron frenar. Vale decir que todas las revoluciones en México han sido producto de procesos largos y penosos en los que la lucha de clases ha sido el eje motor, es preciso entender que esto sigue vigente y está ocurriendo.

    La fuerte corriente que mueve a la transformación de la República ya es irreflenable y no parece que dependa ya de un solo caudillo, sino que lentamente, pero con solidez, se genera desde el propio Pueblo. Sin represión, ni opresión avanzará solidificando en cada paso la voluntad y el apoyo de la gente, falta sumar a los trabajadores sin corporativizarlos, sino respetando y apoyando a sus propias formas de organización liberando y quitando toda clase de requisitos de reconocimiento oficial. La libertad sindical no puede ser solamente de afiliación a uno u otro, sino también de la creación de organizaciones sindicales gremiales. 

    Queda mucho camino por andar para seguir transformando y quitando del camino a los oportunistas que intentan llegar al poder para volver a corromperlo. Es en la base trabajadora donde tiene que apoyarse cada avance y no se ha hecho así. Es de esperar que el Segundo Piso de la 4T, camine esa senda con el apoyo popular con Claudia Sheinbaum a la cabeza, pero sin caudillos, siempre jalada e impulsada por el Pueblo y sus reivindicaciones. El Estado debe transformarse tanto, que los rastros de la muerte de sus sucias estructuras opresoras, corruptas e injustas sean proscritas y anuladas por completo. El inicio ha sido la cúpula del Poder Ejecutivo, pero falta mucho, debemos continuar con el Poder Judicial y por último el Poder Legislativo. Las Fiscalías tendrán que ser reformadas al punto de que los procesos, partiendo de las denuncias y del conocimiento de la autoridad, por cualquier medio, sobre la comisión de algún delito, sean perseguidas, investigadas y judicializadas en mucho menos tiempo que en la actualidad.

    Estoy convencido de que vamos en la ruta correcta, pero falta mucho por andar. Tengo la esperanza de que la información siga fluyendo como hasta ahora durante el próximo gobierno. La Esperanza sigue viva. 

  • La revolución dentro de la Revolución

    La revolución dentro de la Revolución

    El pasado 12 de septiembre de 2023 nos dejó un verdadero maestro para sucesivas generaciones que nos hemos formado para la recuperación de la experiencia histórica. El Dr. Ricardo Gamboa Ramírez no solamente fue un gran profesor dentro del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, dispuesto a compartir los detalles de la profesión historiográfica; además fue un docente capilar para aspirantes a historiadores durante el cambio de milenio, quienes entendimos que nuestras indagaciones académicas sobre el pasado tenían una clara repercusión política en el presente.  

    Gamboa fue en maestro de tiempo completo que siempre tenía un consejo profesional que acompañaba de una palabra de aliento; a una crítica fraterna la juntaba a una recomendación bibliográfica o una palmada en el hombro para quien compartiera sus clases y recurriera a él en pasillos, cubículos y claustros de nuestra facultad; espacios donde él mismo se convirtió en una institución, un punto equilibrado y consecuente para quienes pretendíamos hacer de la historia un oficio. 

    Pero recordar su figura, también vuelve a tener sentido en el contexto de una conmemoración más del 20 de noviembre, aniversario oficial de la Revolución Mexicana; movimiento armado de principios del siglo XX, que corresponde a nuestra tercera gran transformación de la vida política nacional.

    Y es que alcanzar el 113 aniversario de la Revolución, en plena Cuarta Transformación nos remite a las mesas redondas organizadas por quienes éramos estudiantes a fines de la década de los noventa, donde el Dr. Gamboa decía, “pregúntense si la revolución mexicana ha muerto”. 

    Esta, era una pregunta que en aquellos tiempos de hegemonía neoliberal en la academia -el discurso extendido del “fin de la historia” tras la caída del Muro de Berlín, con gobiernos tecnócratas que pregonaban el discurso de “la superación individual” y del mero voluntarismo como estrategia personal que sostienen que el “pobre es pobre porque quiere y es flojo” como expresiones que abogaban por la desaparición de las responsabilidades del Estado, salvo en sus funciones represivas.

    Más aún, cuando soplaban los vientos de la tecnocracia que clamaban porque esos salones, esas aulas, esas salas de conferencias, esas bibliotecas, esos grandes murales de la universidad pública también fueran privatizados, y que fueran para el acceso solo de quien tuviera para pagar.

    Con una sola pregunta nos invitaba a quienes entonces éramos estudiantes a abrirnos reflexión pues no hay momento histórico más afianzado en la idea de lo colectivo, que una revolución. Porque solo con preguntas, se problematizaba nuestras certezas, y podíamos comenzar a discutir con los autores, muchos de quienes en sus afanes revisionistas o en abierta campaña contra la “historia oficial”, relativizaba la trascendencia de ese momento histórico.

    Entonces saber si había triunfado una u otra facción, si había sido traicionada, interrumpida, desviada o perturbada de su proyecto de justicia social radical no era solo un tema para los especialistas, sino una cuestión vital para quienes, a fines del siglo XX, no siempre vislumbrábamos una perspectiva de como retomar ese legado revolucionario, hasta que nos correspondió defender la universidad pública y gratuita con nuestros propios medios.

    Así aprendimos que no puede relativizarse un conflicto que en cerca de 10 años de enfrentamientos se saldó con más de 1 millón de muertos, a causa directa de la guerra o por las crisis sociales que desencadenó la lucha armada. Y aprendimos que parte de esos mismos ideales de alcanzar un estado democrático, con igualdad y justicia social seguían pendientes en México, por los que las preguntas por el pasado, en realidad siempre adquieren sentido en su repercusión en el presente.

    Quienes coincidimos esos años de nuestra vida en la Universidad Pública, aprendimos que ningún movimiento político es posible, si carece de sujetos conscientes que estén dispuestos a retomar la estafeta de una historia que nunca estará resuelta, ni mucho menos cerrada. Esa es, precisamente la revolución de las conciencias que hace falta seguir avanzando y sosteniendo, en medio de las disputas del aquí y el ahora de esta Transformación.

  • AMLO responde con amor y arte al ataque de Francisco Céspedes, dedicándole una canción (VIDEO)

    AMLO responde con amor y arte al ataque de Francisco Céspedes, dedicándole una canción (VIDEO)

    En la conferencia de prensa del día 19 de junio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, exhibió al cantautor cubano Francisco Céspedes Rodríguez luego de que este le deseara la muerte el pasado 16 de junio en una reunión con medios de comunicación, misma que utilizó como recurso para hacer un ataque a la política mexicana.

    En el video el artista hace mención de que viene de una nación con muchas necesidades y hace notar su molestia por el hecho de que Andrés Manuel el pasado 15 de septiembre hiciera la invitación al Presidente de Cuba: Miguel Díaz-Canel Bermudez.

    “Llegar aquí fue algo muy importante. Cuando vienes de un país que tiene mucha necesidad donde hay un presidente que invita el 15 de septiembre a un dictador y lo pone por encima de todo. Por eso me cae muy mal, ojalá se muera”.

    Expreso a los medios

    El primer mandatario, como respuesta a este ataque indico: “No debemos desearle el mal a nadie. Y no siento ningún agravio de su parte. Y les pido a todos, se respete su punto de vista, aún cuando sea extremo”

    Adicional a esto, el Presidente pidió que se reprodujera una canción, el tema se titula: “Nunca he creído que alguien me odia”, escrita e interpretada por el cantautor y político cubano, Silvio Rodríguez Domínguez. Esto como una dedicatoria a Céspedes y a todos los jóvenes.

    “Todos los tipos de muerte hacen cola
    Ante mi puerta esperando su hora
    El instrumento es quien cambia de rostro
    Pero yo se que hay un único odio”

    Verso de la canción “Nunca he creído que alguien me odia”.

    La canción habla acerca del odio, de la muerte y de los enemigos en forma de poesía. Silvio Rodríguez al ser también un poeta, hace metáforas y escribe una canción con toques políticos, revolucionarios y hace una crítica al odio.

  • Revolución de las conciencias tiene molestas a las minorías que se creían dueñas de México: AMLO

    Revolución de las conciencias tiene molestas a las minorías que se creían dueñas de México: AMLO

    Durante su conferencia matutina de este martes, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se tomó algunos minutos para hablar sobre los cambios que se están viviendo en México y en su población desde el histórico triunfo de 2018.

    Explicó que el pueblo comenzó el proceso de Transformación y a la par se ha generado una “revolución de las conciencias“, lo cual claramente le molesta a las minorías que anteriormente se creían dueñas del país.

    “Lo importante es que ya comenzó el proceso de transformación y hay una revolución de las conciencias, porque mucha gente está participando para que las cosas verdaderamente cambien. Eso es también lo que lleva al coraje a las minorías que antes dominaban y se sentían los dueños de México y que fueron los que crearon ese andamiaje”.

    Explicó.

    AMLO reconoció que sin duda hace falta aún mucho trabajo debido a que así son los procesos de transformación, pero se ha ido avanzando y terminando el sexenio se dejará muy cambiado al país, pero se deberá continuar con el proceso para la consolidación.

    Como ejemplo, el Líder del Ejecutivo Federal, usó el reciente Grito de Independencia, en donde la gente se vio muy feliz en el Zócalo y al día siguiente en el Desfile Cívico Militar, eventos a los cuales acudieron decenas de miles de mexicanos.

    “En toda la ruta del desfila había gente, miles de ciudadanos, y vamos avanzando. La gente muy orgullosa de nuestro país porque México es un gran país, es indiscutible la grandeza cultural. Enfrentamos todas las calamidades”.

    Expuso.

    Mencionó que ayer, 19 de septiembre, “fue un día difícil” para México, debido al sismo que se sintió, pero reconoció el aplomo de la población y agregó se tuvo buena suerte al no haber consecuencias mayores.

    “Qué buena suerte, que no pasó a mayores. Por lo que a mi corresponde, como gobernante del país, podré decir que el resultado no fue tan dramático, tan grave, afortunadamente. Algunos podrán decir ‘estamos con mala suerte’, yo digo ‘estamos con buena suerte’”.

    Finalizó.

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