La visita del rabino sefardí David Yosef a la Cámara de Diputados encendió tensiones en Morena, que acusó a Pedro Haces de recibir “a escondidas” a un personaje ligado al respaldo del gobierno israelí en plena crisis por Palestina. Legisladores bloquearon el acto y denunciaron un intento encubierto de reactivar el grupo de amistad México-Israel.
La llegada del rabino sefardí David Yosef a San Lázaro encendió una tormenta política que Morena difícilmente podía esquivar. El vicecoordinador de Operación Política, Pedro Haces Barba, lo recibió en sus oficinas tras intentar organizar un encuentro en el Salón Legisladores, uno de los espacios más relevantes de la Cámara. La cita, sin embargo, tuvo que cambiar de sede ante el rechazo inmediato de diputados de Morena y del PT, quienes acusaron al religioso de avalar políticas que han sido calificadas como genocidas en Palestina.
De acuerdo con legisladores inconformes, el encuentro fue convocado mediante una invitación oficial fechada el 1 de diciembre, en la que se describía a Yosef como “el rabino más importante del mundo” y se anunciaba una reunión el día 2 en el Salón Legisladores. Esa formalidad contrastó con la versión de Haces, quien argumentó que la visita había sido casual y que, como diputado, tenía la obligación de recibir a cualquier persona que tocara la puerta de su oficina.
El episodio reavivó la disputa interna sobre el grupo de amistad México-Israel, cuya instalación formal fue frenada días antes por un bloque de Morena. Legisladores acusaron que ese grupo se creó “a escondidas” y que el intento por recibir al rabino era parte del mismo esfuerzo. La diputada María Magdalena Rosales relató que incluso se le impidió entrar al acto cuando intentó hacerlo portando una bandera de Palestina, y denunció que el religioso es una figura alineada con posiciones sionistas que justifican la ofensiva militar en Gaza.
Mientras tanto, otros legisladores recordaron que Israel ha sido señalado en la Cámara por violaciones a derechos humanos y por más de 100 mil muertes en Gaza. Por ello, consideraron inaceptable que se recibiera a un personaje que —en su visión— respalda esas acciones. El acto, finalmente reducido a una reunión privada en el edificio H, se convirtió en un nuevo foco de tensión dentro del partido oficialista, justo en un momento en que la política exterior relacionada con Palestina sigue marcando la agenda nacional.
Con información de Pedro Haces y Fernando Camacho para La Jornada.
