El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cerró los actos de su investidura con un servicio interreligioso en la Catedral Nacional de Washington. Sin embargo, el evento no terminó en armonía, ya que el mandatario expresó su molestia por el mensaje de la obispa Mariann Edgar Budde, quien hizo un llamado a la misericordia hacia los migrantes y las comunidades LGBT.
Durante su intervención, Budde apeló directamente al presidente para que mostrara misericordia hacia aquellos que viven con miedo en el país. “Señor presidente, le pido que tenga piedad de las personas en nuestras comunidades cuyos hijos temen ser separados de sus padres”, expresó la obispa. También destacó el aporte de los migrantes al país, señalando que muchos trabajan en sectores esenciales y son buenos vecinos, a pesar de no contar con documentación legal.
📹 #Vídeo | Mariann Budde, obispa de Washington, se dirigió a Donald Trump para pedirle misericordia por los inmigrantes y las familias de personas LGBT+.
“Nuestro Dios nos enseña que debemos ser misericordiosos con los extranjeros, porque todos fuimos extranjeros en esta… pic.twitter.com/wm8XbIs8py
Además, Budde habló sobre los temores de niños y jóvenes pertenecientes a la comunidad LGBT, quienes enfrentan discriminación y violencia. “Hay niños gays, lesbianas y transexuales en familias de todas las afiliaciones políticas que temen por sus vidas”, dijo.
El mensaje no fue bien recibido por Trump, quien mostró gestos de desagrado durante el sermón. Al regresar a la Casa Blanca, cuando un periodista le preguntó su opinión sobre el servicio, el presidente respondió: “No fue muy emocionante. No me pareció un buen servicio. Podrían hacerlo mucho mejor”.
Entre sus primeras órdenes ejecutivas destacan la declaración de emergencia nacional en la frontera con México y el anuncio de aranceles del 25% a productos mexicanos y canadienses a partir del próximo mes. Además, Trump reiteró su intención de deportar a millones de inmigrantes indocumentados y designar a los cárteles como organizaciones terroristas.
Kamala Harris ha sido oficialmente nombrada candidata presidencial del Partido Demócrata para las próximas elecciones de noviembre en Estados Unidos. El anuncio fue hecho por el Comité Nacional Demócrata luego de que Harris asegurara la mayoría de los votos de los casi 4,000 delegados que participaron en la convención demócrata. Este evento, realizado de manera virtual, confirmó a Harris como la única aspirante presentada, consolidando su camino hacia la contienda electoral contra el republicano Donald Trump.
En su declaración tras la nominación, Harris expresó su honor y gratitud por el apoyo recibido, destacando la importancia de su candidatura como la primera mujer negra y de origen surasiático en aspirar a la presidencia de Estados Unidos.
Con menos de 100 días para la elección, Harris enfrenta el desafío de conectar con los votantes y presentar su visión para el país, un reto que asumirá junto a su compañero de fórmula, quien será anunciado próximamente.
La campaña de Harris ha mostrado un impresionante desempeño financiero, con una recaudación de alrededor de 310 millones de dólares en julio, superando significativamente a la de su rival republicano, Donald Trump. Este éxito en la recaudación de fondos proporciona a Harris una ventaja considerable para financiar su campaña en los estados clave y consolidar su mensaje entre los votantes.
La agenda de la candidata demócrata incluye una gira por siete estados cruciales, donde buscará ganar apoyo y destacar sus propuestas. Con el respaldo de su partido y un amplio margen de maniobra económica, Harris se prepara para una intensa campaña que definirá el rumbo de Estados Unidos en los próximos años.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, y el candidato republicano, Donald Trump, se enfrentaron en su primer debate presidencial este jueves, en un evento de 90 minutos cargado de tensiones y ataques personales. El debate, realizado sin público, se llevó a cabo en un contexto marcado por los procedimientos judiciales contra Trump y el hijo de Biden, Hunter Biden.
Un escenario tenso
Desde el inicio, el ambiente fue hostil. Biden y Trump no se dieron la mano al subir al escenario, y rápidamente comenzaron a lanzarse acusaciones mutuas. Ambos candidatos criticaron el manejo del país durante sus respectivos mandatos y las decisiones internacionales tomadas. Trump puso en duda las capacidades cognitivas de Biden, quien no dudó en responder con insultos.
Declaraciones de Biden
Biden destacó su liderazgo en el apoyo a Israel, refiriéndose al conflicto entre Tel Aviv y Hamás. “Somos el mayor generador de apoyo a Israel, más que nadie en el mundo”, afirmó. Además, acusó a Trump de planear la salida de EE.UU. de la OTAN si ganaba las elecciones. “Nunca he oído tantas tonterías”, dijo, calificando a su oponente de “imbécil” y “perdedor”.
El presidente también criticó la política migratoria de Trump, acusándolo de separar a bebés de sus madres y de mantenerlos en jaulas. Biden señaló que Trump “no hizo nada” por el medioambiente, recordando la retirada de EE.UU. del Acuerdo de París. Enfatizó que el cambio climático es una amenaza existencial para la humanidad. También culpó a Trump de dejar la economía en caos y prometió garantizar el derecho al aborto. Además, acusó a Trump de haber tenido relaciones sexuales con una actriz porno mientras su esposa estaba embarazada, y erróneamente se autocalificó como el primer presidente en un siglo durante cuyo mandato no murieron soldados estadounidenses en el extranjero.
Respuestas de Trump
Trump replicó que bajo el mandato de Biden, EE.UU. se ha convertido en una “nación tercermundista” y calificó la retirada de Afganistán como “el día más vergonzoso en la historia” del país. Acusó a Biden de permitir la entrada de millones de criminales al país, asegurando que durante su mandato, EE.UU. tenía “la frontera más segura de la historia”. Trump también afirmó que si EE.UU. tuviera un líder respetado por Putin, “nunca jamás habría invadido Ucrania”, y agregó que Kiev está perdiendo en el conflicto a pesar de las ayudas económicas.
El exmandatario prometió que podría resolver el conflicto ucraniano antes de asumir el cargo si ganaba las elecciones. Llamó “criminal” a Biden y sugirió que debería ser juzgado cuando ya no sea presidente. Calificó a Biden como “el peor presidente de la historia” y afirmó que si el líder demócrata gana las elecciones, “no quedará nada de Estados Unidos”. También destacó que se sometió a dos pruebas cognitivas, añadiendo que no cree que Biden “pueda superar las cinco primeras preguntas”. Trump advirtió que “estamos muy, muy cerca de la Tercera Guerra Mundial y él [Biden] nos está llevando hacia allá”.
Comportamiento de Biden
Inmediatamente después del debate, la primera dama Jill Biden subió al escenario para acompañar a su esposo. Sin embargo, el desempeño del presidente generó controversia, incluso entre sus partidarios. Biden tropezó varias veces al hablar y se congeló en algunos momentos, mirando al vacío. Además, personas que siguieron el debate en línea notaron que apenas parpadeaba. Un funcionario de la Casa Blanca comunicó que la voz áspera y la tos ocasional de Biden podrían deberse a un resfriado diagnosticado recientemente por su médico, Kevin O’Connor.
Una encuesta de CNN mostró que el 67% de los espectadores consideraron que Trump superó a Biden. El sondeo, realizado por mensaje de texto con 565 votantes registrados, refleja un aumento en el apoyo al candidato republicano, ya que antes del debate solo el 55% esperaba que Trump actuara mejor que su oponente. Por otro lado, el apoyo a Biden disminuyó, pasando del 45% antes del debate al 33% después del evento.
Dudas entre los Demócratas
La mayoría de los demócratas habían apoyado a Biden, pero tras el debate, algunos comenzaron a pedir que retire su candidatura para permitir que el partido nomine a otro candidato. La encuesta de CNN ha generado preocupaciones sobre la capacidad de Biden para llevar a cabo una campaña electoral competitiva a solo cuatro meses de las elecciones.
Reacción de la Campaña de Trump
La campaña de Trump emitió un comunicado calificando su actuación como “la mayor victoria de la historia en un debate”, destacando sus propuestas de sentido común y su exitosa política migratoria que mantenía la frontera sur segura y libre de la ola de crímenes que, según ellos, ahora barre el país bajo la administración de Biden.
El debate ha marcado un momento crucial en la carrera presidencial, evidenciando la profunda polarización y las tensiones en las elecciones de EE.UU.