El Kremlin debate retomar los ensayos nucleares tras las advertencias del ministro de Defensa ruso, Andrei Belousov, quien alertó sobre la modernización del arsenal nuclear estadounidense y los ejercicios estratégicos impulsados por Donald Trump. Aunque Vladimir Putin pidió cautela, Moscú evalúa preparativos que pondrían fin a más de tres décadas de moratoria atómica.
El gobierno ruso encendió las alarmas globales al plantear la posibilidad de reanudar los ensayos nucleares por primera vez desde la caída de la Unión Soviética. Durante una reunión del Consejo de Seguridad, el ministro de Defensa, Andrei Belousov, propuso “iniciar de inmediato los preparativos” ante lo que calificó como una escalada nuclear encabezada por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump.
Belousov argumentó que Washington ha abandonado los acuerdos de control de armas y avanza en la “modernización acelerada” de su arsenal con proyectos como el misil balístico Sentinel, el submarino nuclear de clase Columbia y el sistema de defensa “Cúpula Dorada”, además de maniobras estratégicas como la Global Thunder 2025, centrada —dijo— en un “ataque nuclear preventivo”.
Ante este panorama, el funcionario insistió en que Rusia debe reaccionar para no quedar en desventaja. Propuso preparar pruebas en el polígono de Nueva Zembla, en el Círculo Polar Ártico, un sitio emblemático de las detonaciones soviéticas durante la Guerra Fría.
Sin embargo, Vladimir Putin frenó el impulso del ministro y ordenó a las agencias de seguridad —el FSB, el SVR y los ministerios de Defensa y Exteriores— analizar el contexto internacional antes de dar cualquier paso. “No debemos precipitarnos”, advirtió el mandatario, al tiempo que reafirmó que Rusia respetará la moratoria nuclear mientras EUA y otras potencias hagan lo mismo.
En la misma sesión, el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, advirtió que Trump no ha aclarado si sus ensayos implicarían explosiones reales o simples pruebas de armamento, lo que, a juicio de Moscú, aumenta la incertidumbre global.
Por su parte, Serguei Shoigu, secretario del Consejo de Seguridad ruso, y el director del FSB, Aleksandr Bortnikov, coincidieron en que la situación “es compleja y requiere tiempo” para evaluar riesgos antes de dar un paso que podría enterrar décadas de diplomacia nuclear.Con ello, Rusia se coloca al borde de una decisión histórica: volver al terreno de los ensayos atómicos y reabrir un capítulo que el mundo creyó cerrado desde 1991.

