El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, justificó el plan para tomar completamente Ciudad de Gaza como la vía “más rápida” para derrotar a Hamás, acabar con el conflicto y liberar a los rehenes palestinos. Aseguró que la ofensiva comenzará pronto y prometió facilitar el desplazamiento seguro de civiles hacia zonas con ayuda humanitaria.
De acuerdo con un análisis de El País, Netanyahu calificó a Hamás como una “organización genocida” responsable del ataque del 7 de octubre, que dejó más de 1,200 muertos y 250 secuestrados, de los cuales una veintena siguen vivos en Gaza. Rechazó críticas sobre el riesgo a los rehenes y afirmó que la guerra podría terminar si Hamás depone las armas.

El primer ministro negó que la población de Gaza pase hambre y culpó a Hamás de sabotear la ayuda humanitaria, aunque reconoció una política de “privación” y anunció medidas conjuntas con EE.UU. para aumentar el flujo de alimentos, a través de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF).
Criticó a la ONU por no distribuir las toneladas de ayuda almacenadas y pidió mayor apertura para la prensa extranjera, que está impedida de ingresar a Gaza desde octubre de 2023. Mientras, Naciones Unidas alerta que la crisis humanitaria en Gaza se ha convertido en una “hambruna pura y dura”.
Netanyahu afirmó que Gaza será desmilitarizada y gobernada por una administración civil sin Hamás ni la Autoridad Palestina, aunque no dio detalles sobre la participación local en este nuevo gobierno.