Etiqueta: Militarización

  • Contrabando de combustible persiste pese a militarización de aduanas

    Contrabando de combustible persiste pese a militarización de aduanas

    A cinco años de asumir la vigilancia de las aduanas, Ejército y Marina solo detuvieron 46 millones de litros, mientras en 2024 el contrabando alcanzó 18 mil millones de litros.

    Desde julio de 2020, el Ejército y la Marina asumieron el control de las aduanas mexicanas para frenar la corrupción y el contrabando de combustible, conocido como huachicol fiscal. En ese periodo, según datos de la Agencia Nacional de Aduanas, se aseguraron 46 millones de litros de hidrocarburo, cifra ínfima frente a los 18 mil millones de litros ilegales que circularon en 2024, según expertos.

    De acuerdo con un análisis de Carlos Carabaña para El País, la promesa de honestidad y eficacia militar quedó cuestionada tras la detención de 14 personas la semana pasada, incluyendo seis marinos, vinculados a la red de contrabando liderada por el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna. Su hermano y cómplice sigue prófugo, ambos familiares políticos del exsecretario de Marina José Rafael Ojeda Durán.

    El análisis de la base de datos de Aduanas documenta 137 embargos, con casi 7 millones de litros asegurados, la mayoría en Tamaulipas, mientras que la Marina reportó dos buques con 19.5 millones de litros cada uno en Tabasco y otros aseguramientos en el Aeropuerto Benito Juárez. Aun así, estas cifras representan apenas una fracción del contrabando real.

    Según la consultora Petro Intelligence, la persistencia del huachicol fiscal se debe a corrupción, debilidades institucionales y tecnología limitada, ya que solo el 5% de las importaciones son inspeccionadas físicamente y los análisis químicos son escasos. El contrabando se realiza mediante disfrazar el combustible, subdeclarar cantidades, usar documentación falsa o contrabando puro.

    El caso de Farías Laguna ejemplifica este coladero: el buque Challenge Procyan, que atracó en Tampico, transportaba diésel declarado como aceites lubricantes. Los aseguramientos se realizaron en Altamira y Ensenada, fuera del control aduanero militar, revelando la magnitud y sofisticación de la red.

  • Trump refuerza militarización en la frontera con México

    Trump refuerza militarización en la frontera con México

    El Ejército de EE.UU. tomó control de nuevas zonas en Texas y Arizona bajo el esquema de Áreas de Defensa Nacional (NDA), sumando ya cerca de mil kilómetros fronterizos militarizados. Aunque por ley no pueden hacer tareas civiles, los soldados han detenido a más de 1,400 migrantes en los últimos meses por “intrusión”.

    La estrategia, impulsada por Donald Trump, ha reducido en más de 90% los cruces irregulares. Organizaciones legales advierten que se evade la Ley Posse Comitatus, pero aún no hay recursos legales. Algunas tierras son privadas, pero se usan por acuerdos con autoridades fluviales.

    Ganaderos tienen paso permitido, pero cazadores y excursionistas ya han sido advertidos: entrar sin autorización podría costarles una denuncia penal.

    A pesar de las críticas, fiscales como Justin Simmons han reiterado que seguirán presentando cargos federales por entrada ilegal. Aunque algunos jueces han desechado casos por falta de señalización, las autoridades migratorias mantienen firme la política de expulsión inmediata.

  • EE.UU. despliega 500 marines en Los Ángeles por protestas migratorias

    EE.UU. despliega 500 marines en Los Ángeles por protestas migratorias

    El gobierno de Estados Unidos ordenó el despliegue de 500 infantes de marina en Los Ángeles para reforzar la seguridad. Esta medida responde a los disturbios por las redadas migratorias que han persistido durante cuatro días.

    Los efectivos provendrán de la base Camp Pendleton, ubicada al sur de la ciudad. El objetivo del operativo es proteger a los agentes federales y edificios gubernamentales ante un “aumento de amenazas”. Este anuncio se produjo pocas horas después de que el presidente Donald Trump defendiera el uso de tropas en respuesta a la crisis migratoria.

    La Guardia Nacional, compuesta por 2,000 efectivos, ya patrulla las calles de Los Ángeles. Por otro lado, organizaciones civiles y el gobernador de California, Gavin Newsom, critican la “militarización” de la situación. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, justificó el despliegue en medios nacionales, señalando la necesidad de garantizar la seguridad.

    Hasta el momento, más de 100 personas han sido detenidas en Los Ángeles y San Francisco debido a las protestas. La situación sigue siendo tensa, y las autoridades se preparan para posibles nuevas manifestaciones en los próximos.

  • Militarización, según la derecha

    Militarización, según la derecha

    Quienes combatan la inseguridad debe contar con un alto grado de legitimidad en la sociedad para ser efectivos, de tanto nivel que los delincuentes sepan que detrás de las armas y el uniforme hay un pueblo apoyando las batallas y dejen de infiltrarse en la sociedad para convertirla en su cómplice.

    Así, se garantiza la seguridad de las personas con la certeza de que las personas apoyan a quienes los protegen. Si en algún momento las fuerzas armadas fueron enemigos del pueblo, de los estudiantes, de los jóvenes, de los maestros, del pueblo, es hora de convencerlos que somos el escudo que consolida su fuerza en la guerra contra la delincuencia.

    Es verdad que los militares se ganaron su lugar en el desprecio de los mexicanos, principalmente en los años 60 y 70. De Díaz Ordaz a Peña Nieto los militares obedecieron órdenes equivocadas de comandantes supremos equivocados y espurios. El error no es de quien obedece sino de quien ordena.

    Las dictaduras militares de América Latina contribuyeron de manera importante, en el desprestigio de los uniformados, la represión, tortura, desaparición como medidas de orden en esta parte del continente alejaron a los militares de la población.

    Quienes fueron utilizados para combatir al pueblo en México tuvieron tiempo para rectificar su propia historia. Ahora, los herederos de esos represores quieren impedir el olvido y la reestructuración que realizan todas las fuerzas armadas en el mundo. Para los conservadores mexicanos las luchas del pasado son presentes y las actitudes de la historia deben ser inamovibles para poder entenderlas. No entienden la permanente evolución lógica de las sociedades de nuestro país y el mundo.

    Esos mismos conservadores que impulsaban y justificaban la represión ahora exigen que los militares reduzcan sus atribuciones frente a la violencia y sea la violencia la que impere para magnificar un problema que desde el inicio del sexenio se ha inflado mediáticamente como parte del nado sincronizado que mostraba un enemigo común desde trincheras diferentes.

    Definitivamente no es el mismo Ejército bajo el mando de Calderón que bajo el mando de Claudia Sheinbaum. La cantidad de votos, la legitimidad, la inteligencia, la ideología, la trayectoria, los estudios, la visión de país, etc. Los muestra en puntos antagónicos de la historia. Así también las estrategias de los militares.

    La necesidad de los conservadores por mantener todo estancado para así poder entender la realidad y situarse en el presente tiene una constante que en este sentido les da elementos válidos para el debate y que tiene que ver que México padece como vecino al consumidor de drogas más grande del mundo. Esta condición no ha cambiado en más de un siglo e impone violencia en México obligadamente.

    La inseguridad para los conservadores es un cheque en blanco, lo mismo la usan para desgastar a un gobierno, que para comprar y vender armas con el pretexto de las batallas por la tranquilidad social. La inseguridad ha sido parte reiterada y esencial del discurso de la oposición, la exageran o la reducen según sus necesidades políticas. Saben que, al incorporarse a la Guardia Nacional, su utilización política se reducirá considerablemente.

    Es decir, la intensidad de la inseguridad nada tiene que ver con los niveles de guerra que tratan de someterla. Los factores políticos de la inseguridad se reducirán considerablemente y podrá medirse con mayor precisión y atacarse con eficiencia.

    La derecha retoma la mala reputación del pasado de los militares y las expresiones de violencia a causa del narcotráfico. Por mucho que se eleve el consumo de drogas en México nunca será igual o similar al que existe en Estados Unidos. La violencia es a causa de la droga sus rutas, precios, clientes, socios, etc.

    El panorama que combina mala fama de los militares y marinos y la violencia, sin patrimonio de la derecha. Su complicidad que mantuvo por tres sexenios Genaro García Luna, y personajes anteriores, incluyendo generales y presidentes de la República, requieren libre juego para el crimen organizado como el que se desarrolla desde hace años en Guanajuato.

    La llegada de la Guardia Nacional a la Sedena complica la complicidad de la derecha con el narcotráfico, sobre todo en una fusión realizada por la izquierda en el gobierno. En remembranza de los golpes militares que reprimieron al pueblo escogen la palabra militarización que tiene que ver con el control del Ejército de la política y en su nombre rescatan en el discurso y el debate hechos que nada tienen que ver con el Ejército ni con la seguridad, como fue el caso de introducir, con calzador, la matanza de Tlatelolco del 2 de octubre en el debate del Senado como una continuidad de la opresión.

    Militarización es un proceso de represión y control sobre la sociedad y la política. La presencia de militares en las calles y caminos es la consolidación de un nuevo pacto nacional, incluso fraternal, entre uniformados y mexicanos.

    En todo caso se policializa el Ejército pero no se militariza la policía. En los congresos locales ya se aprobó y nada hay que hacer más que vigilar que el objetivo de erradicar la inseguridad se cumpla. El manejo mediático de los términos que sólo surgió al discurso de la oposición para desgastar.

  • Revés a la «militarización»

    Revés a la «militarización»

    Este lunes pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó dar revés a lo que algunos llaman la «militarización» del país, tras valorar la acción de inconstitucionalidad 137/2022, la cual se promovió el 11 de octubre de 2022, por 49 senadores de distintos partidos políticos de la LXV Legislatura del Congreso de la Unión.

    Mediante esta demanda, se solicitó declarar la invalidez del Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 9 de septiembre de 2022, por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; Ley de la Guardia Nacional; Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos; y Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, en materia de Guardia Nacional y Seguridad Pública.

    Ciertamente, la Guardia Nacional fue aprobada por el Congreso de la Unión en 2019, con cuatro objetivos principales: 

    • 1. Regresar de manera ordenada a los militares a sus cuarteles;
    • 2. Otorgar la facultad transitoria al Presidente de la República para disponer de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria -durante el estricto plazo de cinco años-;
    • 3. Establecer un marco regulatorio a las Fuerzas Armadas durante esa etapa de transición;
    • 4. Desarrollar y desplegar a la Guardia Nacional, al tiempo que se fortalecían las policías locales.

    Por tanto, la SCJN invalidó el traslado a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) del conjunto de facultades orgánicas, administrativas, presupuestales y directivas de la Guardia Nacional, al considerar que el artículo 21 de la constitución federal establece expresamente que la Guardia Nación se mantendrá como un ente civil y que su adscripción, así como la determinación de sus acciones, planes y programas, corresponden a la Secretaría del ramo de la seguridad pública, en este caso particular, a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).

    Asimismo, la SCJN también invalidó la facultad del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional para proponer el nombramiento de la persona titular de la Comandancia de la Guardia Nacional, quien debería contar con el grado jerárquico de Comisario General, tras considerar que esa facultad vulneraba la regla de adscripción a la Secretaría del ramo de la seguridad pública, aunado a que el requisito mencionado direccionaba el perfil del titular de la Comandancia hacia el ámbito de las Fuerzas Armadas.

    Por último, invalidó el régimen diferenciado del personal de la Guardia Nacional proveniente de la Policía Militar, el cual preveía, entre otros aspectos, que seguirían siendo considerados miembros activos del Ejército y Fuerza Aérea y quedarían sujetos al fuero militar para determinados delitos, toda vez que se contravenía el artículo 21 de la constitución federal, porque distorsiona el carácter civil de la Guardia Nacional. Además, se vulnera el artículo 13 constitucional, porque expandía la jurisdicción militar a servidores que, de acuerdo con la misma constitución, deben ser civiles.

    Con este panorama, aquél artículo transitorio que contempla una transición de 5 años para que la Guardia Nacional sea enteramente civil, queda en pie. Por lo cual, será el próximo año en que se cumplirá este plazo.

    Sin embargo, cabe recordar qué argumentos llevaron a plantear que la Guardia Nacional dependiera de la SEDENA. Por tanto, bien la SCJN puede estar en lo correcto, pero no prestar atención al factor de la «distancia histórica», puede considerarse un craso error.

    Así lo llegó a mencionar el presidente Andrés Manuel López Obrador, en agosto de 2022: “[…] lo que no quiero, en el caso de la Guardia Nacional, es que pase lo mismo que sucedió con la Policía Federal, que inicia cuando Zedillo, la empiezan a formar. No se consolida como institución, porque no hay profesionalismo, no hay disciplina y, sobre todo, empieza la corrupción”.

    En fin, desde una postura hermenéutica, se estipula que así como la expresión está sujeta al cambio histórico, es decir, que su sentido cambia por el simple paso del tiempo, también pasa lo mismo con la intención. Por tanto, la Guardia Nacional nació con la intención de ser una institución civil, pero que las circunstancias que han ocurrido desde su creación, amerita analizar si su intención original ha también de cambiar. 

    No obstante, tal parece que dicho análisis no se puede esperar que lo realice la SCJN.

  • Militarización sí, pero con militares extranjeros

    Militarización sí, pero con militares extranjeros

    No tengo la menor duda al respecto, no faltarán quienes, frente a la amable oferta de los representantes republicanos de nuestro vecino del norte, clamarán al cielo reclamando intervencionismo, imperialismo, violación de la soberanía nacional y una tremenda falta de respeto. Al respecto, no vale la pena decir mucho, se trata de personas que viven en el pasado, que siguen celebrando glorias caducas, que piensan que la Independencia de México fue un logro y no una calamidad.

    Personas que no saben ─como no lo supieron Hidalgo, Morelos, Guerrero y tanto otros─ apreciar las virtudes de ser una colonia, de vivir sojuzgados a una voluntad ajena que se encarga de tomar todas las decisiones y nos mantiene libres de la preocupación de pensar por nosotros mismos, libres del terrible yugo de la autodeterminación que tanta culpa genera en los sujetos. Personas que son incapaces de apreciar la emancipación resguardada por aquella máxima que sostiene que el que obedece no se equivoca. Personas, al fin y al cabo, con tanta soberbia que se creen capaces de construir su propio destino. En resumidas cuentas, más que personas, sujetos alienados por la ideología individualista, egoísta y arcaica que los orilla a asumirse como constructores de su propia historia.

    Lo de hoy es otra cosa, lo de hoy no es el egoísta anhelo de autonomía e independencia, lo de hoy es abrazar un neoimperialismo como fase única del capitalismo, que de neo tiene solo el prefijo mercadológico que disfraza de novedad la intención añeja ─que por añeja ha adquirido madurez, sabiduría y experiencia en la explotación de las colonias─ de imponer una forma única de leer y actuar sobre el mundo, una sola forma de ser, estar y existir: nada de dudo luego existo, sino acato luego existo, me someto luego existo. Permitir que el Ejercito Estadounidense, con la bandera de las franjas y las estrellas siempre en su brazo, libere a los mexicanos del narcotráfico y, de paso, de los mexicanos, es una oportunidad que no deben meditarse, mucho menos rechazarse, es una oportunidad que debemos agradecer y, frente a la amenaza que representamos para nosotros mismos, luego de doscientos dos años de fallida vida independiente, llenos de humildad, mansamente, con la cabeza agachada, pero los brazos en alto, aplaudir para dar la bienvenida al ejército que se ofrece a liberarnos mediante una invasión disfrazada de expedición punitiva.

    Oportunidades como éstas ─si bien no son nuevas─ no se presentan a diario, y en el pasado no hemos sabido aprovecharlas. Pienso, y me detengo solo en ello para no hacer de este texto un breve tratado sobre historia y mercedes del intervencionismo imperialista, en la oportunidad que tuvimos durante la Segunda intervención francesa y el consecuente gobierno del Emperador Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena, hombre blanco, moderno, lleno de ideas novedosas y listas para salvar al pueblo mexicano de los estragos del pueblo mexicano, oportunidad que, representados por Juárez y compañía, ese grupo pervertido por la idea de la autodeterminación y el derecho de los mexicanos a definir el destino de México, no supimos aprovechar y terminamos tirando a la basura tras fusilar a su Majestad Imperial. La invitación que hacen los congresistas Lindsey Graham y Dan “el bucanero” Crenshaw para que el ejército de los Estados Unidos intervenga en México para combatir el tráfico de fentanilo, puede ser la ultima oportunidad que tiene nuestro país de abrazar un futuro que asegure nuestra permanencia y garantice nuestra sujeción. Darle la espalda ─sin lugar a dudas─ habrá de condenarnos a la libertad, cuando bien podríamos consagrarnos ¡Finalmente! como un protectorado de nuestro vecino del norte, consagrarnos como ese patio trasero que defenderá y cuya supervivencia asegurará para no perder la oportunidad de seguirlo explotando.

    Entrados en gastos

    Tampoco faltarán quienes se encuentren confundidos ante el rechazo que la sacrosanta oposición a la CuatroTe ha manifestado ante el uso y abuso del Ejército Mexicano en tareas civiles, en la construcción del AIFA, en la Guardia Civil, la construcción del Tren Maya, rechazo de aquello que la oposición llama a diestra y siniestra militarización ¿Cómo empatar este rechazo con el aplauso a la presencia del Ejercito Estadounidense para combatir al narcotráfico? No hace falta resolver esa aparente paradoja ¿Qué más da? Lo importante es que el intervencionismo imperialista es imperialista y no es mexicano, lo importante es que vienen a rescatarnos de nosotros mismos, a decirnos como hacer las cosas, a convertirnos en una colonia de facto, a restituirnos en ese estatuto que nunca debimos haber perdido, el de sucursal de una potencia extranjera que, lejos de velar egoístamente por sus intereses y su identidad, se sacrificará para evitar que sigamos dando tumbos en el proceso de construir nuestra propia historia, y, de paso, nos colocará del lado ganador de la historia ¿Qué tenemos que hacer para lograrlo? Nada más que cruzar los brazos y someter nuestra voluntad a las órdenes de alguien que está listo para darnos órdenes.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • Una “realidad” creada: MILITARIZACIÓN  

    Una “realidad” creada: MILITARIZACIÓN  

    La verdad es que sí existe una dictadura en México, la cuestión es ¿de parte de quién? ¿De parte de la izquierda o de la derecha, de los que representan a las minorías del país o de los que representan a los grandes empresarios?; es decir, los que lograron llegar a la presidencia de la república a pesar de fraudes, campañas mediáticas y estrategias hechas por parte de magnates como lo es Claudio X. González, o de parte de los que fueron derrotados en 2018.

    Desde hace varios años, cuando se comenzó a imponer el neoliberalismo en México con Miguel de la Madrid y que se profundizó con Salinas de Gortari, fue todo un periodo de 36 años que se dibujada por si solo como una dictadura tras bambalinas. Como una dictadura expresada a través del neoliberalismo, periodo en el que con toda la fuerza del estado se reprimió a más no poder, especialmente en el sexenio de Zedillo marcado por el FOBAPROA, a los movimientos que buscaban justicia, igualdad y todos aquellos derechos que per se les pertenecen a los mexicanos.

    Como la masacre a los pueblos originarios. No se olvida lo que ocurrió en Aguas blancas, el Charco y Acteal, fueron masacres hacia personas que buscaban la paz, hacia niñas, niños y mujeres en su mayoría, personas indefensas contra el estado. En aquel entonces ¿Acaso no hubo militarización? Pero ahora… ¿sí? ¿Ahora que los medios de “comunicación” pueden hablar de dictadura y militarización y expresarlo con toda la libertad posible?. Entonces, ¿Por qué no hablar de un narco gobierno en Guanajuato, jalisco, Estado de México…? En donde se concentran los mayores índices de violencia y que pertenecen a partidos de oposición. Aun así, tanto aquellos que cometieron esos crímenes, y aquellos periodistas e intelectuales que callaron hasta dejar a más de medio país sumido en la pobreza, hablan como si nunca hubieran gobernado. Los “renovados” habría que llamarlos. 

    Fueron sexenios en los cuales se trató de imponer la idea de que todas las represiones, reformas y demás, eran hechas para el bien de los ciudadanos y por esa razón no teníamos derecho a manifestarnos pues ellos eran los graduados, los estudiosos, los tecnócratas. Cuando el pueblo se comenzaba a cansar, nos vendieron la idea del triunfo de un nuevo gobierno, de un estado democrático que permitía que la “oposición” tuviera lugar.

    Y así fue como llego al poder el partido que tanto reniega sus orígenes nazis, con Vicente Fox, que representaba a las grandes corporaciones y quien era ex gerente de una de las transnacionales más gigantescas del mundo: Coca-Cola. Una simulación más pues a pesar de que hasta 2020 se creó “Va X México” del magnate Claudio X. González y Gustavo de hoyos. El PRI y el PAN siempre fueron lo mismo, la misma “organización criminal” que aprobaba todas y cada una de sus reformas neoliberales y que finalmente anunció su unión para poder regresar al poder en 2024, fecha para la cual muy posiblemente los acompañe su amigo Mc. 

    El nuevo modelo de pensamiento y de acción que encabeza López obrador llegó en tiempo casi perfecto, por una parte, antes de que ocurriera una especie de estallido social por la gran opulencia concentrada en una elite privilegiada. Y, por otra parte, en un tiempo en el que las redes sociales son las que lideran la opinión a nivel internacional dejando de haber una gran y masiva manipulación social a través de la monopolización de los medios de comunicación.

    Un movimiento en donde se invierte por primera vez en el sureste del país, en el que los derechos estipulados en la constitución de la república se ven reflejados a través de los distintos programas sociales que se elevaron a rango constitucional, en el que desapareció el estado mayor presidencial, en el que se creó la GN, en donde se puso fin a privilegios fiscales, en donde se recuperan las raíces de nuestras civilizaciones pasadas y también se recupera la dignidad de México a nivel internacional, y que recupera la soberanía y Autosuficiencia nacional ante una crisis energética mundial. son algunos de los hechos que han caracterizado el movimiento de la 4T y el gobierno de López Obrador que tiene como finalidad dejar las bases del crecimiento de nuestro país y concientizar a los mexicanos. Al momento en el que nos cuestionemos lo que por tantos años no pudo hacer el PRIAN y lo que en menos de 6 años ha logrado este gobierno. 

    Sabemos que no es nuevo el que digan políticos y periodistas, que vamos hacia una dictadura y una militarización teniendo como principal argumento su paranoia que está sustentada en la nada pues, ¿Cómo puede haber una militarización si el comandante supremo de las fuerzas armadas en un civil? Pero, lo más raro de esto es que están muy “preocupados” y se quejan del crimen organizado (herencia del PRIAN) pero no quieren a la GN como parte de la SEDENA. Entonces ¿Cómo quieren que se combata al narco? ¿Con el sistema corrupto de policías en el que nadie confía? 

    Actualmente se sigue con un plan de seguridad nacional transparente y a pesar de las narrativas que confunden el principal objetivo y las razones de esta decisión, es un plan claro que se hace en un contexto de transformación como cuando se creo el ejercito en tiempos de la revolución mexicana. Y que busca contribuir al desarrollo y seguridad nacional. El decir que se esta militarizando y reprimiendo al país es no tener memoria histórica, es, también, vivir en una dictadura imaginaria y en una militarización creada.