Etiqueta: Luis Tovar

  • El PRIAN y la negación del Apocalipsis

    El PRIAN y la negación del Apocalipsis

    Alito Moreno y Marko Cortés poseen una característica muy peculiar: ¡son bravucones! Y si no lo creen, bastaría con preguntar a una pequeña parte de la militancia que aún le sobrevive a los partidos que representan. Así ha quedado demostrado desde que tomaron las riendas de sus respectivos partidos donde la valentía que pregonan no ha sido más que una simulación, una sencilla apariencia que oculta el alto grado de sus limitaciones, particularmente el de la conducción política. 

    Vayamos por partes: Apenas esta semana el líder impresentable del PRI sostuvo un encuentro con los diputados federales y senadores electos. Cuentan algunos de los asistentes que el estilo soberbio del campechano eliminó de tajo los tibios reclamos de uno que otro que se atrevió a mencionar las causas de la debacle. Entre ellas, evidentemente los señalamientos del bajo rendimiento en términos electorales que ha experimentado ese partido, al menos desde 2018 a la fecha. Recordemos que en comparación con la anterior elección, el PRI sufrió una pérdida de poco menos de 2 millones de votos, además de la desbandada que se ha convertido en una constante.

    Ahora para la militancia real, el peligro es mayor y los colocará al borde de la desaparición total si, como todo indica, la camarilla de Moreno Cárdenas logra perpetuarse al frente del tricolor pues la modificación de los estatutos o el cambio de imagen (incluso el de siglas) de nada servirá para erradicar el cáncer que le representa su dirigente actual. Incluso, como si se tratara de una nueva edición del priísmo ochentero, hoy manifiesta Alito la necesidad del PRI de “reformarse” (algo así similar a la renovación moral, como si la crisis de legitimidad en lo interno y hacia la sociedad, sólo requiriera de cambios cosméticos y domésticos. Ante tal realidad imagínese ¿Qué futuro le espera a un partido cuya fuerza en el Congreso de la Unión apenas contará con 33 diputados que probablemente se reduzca más con el paso del tiempo?

    El caso del PAN es el que pudiera merecer un análisis más profundo. Para empezar las voces que hoy exigen la renuncia de Marko Cortés, son las mismas que callaron durante todo el proceso de selección de su candidata a la presidencia lo que no es más que el reflejo de la hipocresía que se ha convertido en una de las principales características de los destacados dirigentes del blanquiazul. A como están las cosas, siendo una oposición que poco margen de maniobra tendrá en el acontecer político (con todo y su aliado tricolor) el escenario no puede ser más catastrófico en tanto que no encuentran la forma de llamar la atención de la ciudadanía que dejó de creer en las calumnias y mentiras que utiliza para denostar a la Cuarta Transformación. En este escenario resulta aún más probable que la fuerza real que posee el PAN se ahonde cuando los grupos al interior comiencen a disputar la dirigencia y los principales cargos, especialmente en el congreso donde ni siquiera tendrán capacidad para hacer frente a la super bancada de MORENA, PVEM y PT. En esta etapa se verá en poco tiempo la manera en que el desgaste vaya mermando la vida interna del panismo hasta el punto en el que se lleguen las elecciones intermedias de 2027 que les obligará nuevamente a supeditarse a voluntades fuera de su propia organización interna.

    La militancia de ambos partidos tiene mucho que reflexionar, están conscientes de que el verdadero enemigo, el principal, está en casa en la figura de este par de bravucones, y mientras ellos y sus secuaces continúen negando el Apocalipsis por el que transitan, serán las bases las que se verán más afectadas porque queriéndolo o no, se cuentan por cientos de miles aquellos que se identifican con la ideología que les dio vida. Pero en este, como en otros casos (ahí está el PRD), Marko Cortés y Alito Moreno, prefieren mil veces aplicar la máxima de Jesús Zambrano: primero perder el registro que el cargo.

  • El triunfo de la reconciliación

    El triunfo de la reconciliación

    Nada de lo sucedido el domingo pasado salió fuera de lo previsto: ni el triunfo contundente de Claudia Sheinbaum, ni las posiciones alcanzadas, ni mucho menos la derrota moral del bloque opositor que terminó de configurarse cuando el INE salió a dar los resultados preliminares. Así que llegó la hora de cerrar este ciclo y darle vuelta a la página para entrar en un nuevo proceso que, conforme pasen las semanas, irá adquiriendo mayor relevancia. Este proceso sin duda es el de la reconciliación necesaria para un país que cuenta en estos momentos con todos los elementos para avanzar hacia la prosperidad.

    Entre los muchos elementos que se pueden analizar de la jornada electoral, uno de los más destacables es la afluencia de votantes que dejan para la estadística una participación de más del 60% de la lista nominal. Este elemento deja en claro que hoy se cuenta con una sociedad más informada que se dio cita en las urnas para expresar su voluntad y eso, innegablemente se debe en buena medida a los efectos de las conferencias mañaneras que durante los seis años de López Obrador al frente, fueron despertando el interés de propios y extraños en el acontecer político. Hoy, en cualquier estrato social, no existe conversación alguna que no incluya temas de carácter político y eso, de alguna u otra forma, contribuye a la democracia más allá de los intereses partidistas. Por cierto, la participación de los jóvenes en esta contienda también resulta admirable por la orientación del voto, pero eso será motivo de un análisis sociológico más profundo. 

    Tras la victoria, el mensaje de Claudia Sheinbaum es noble y obliga a verse más allá de su posición como ganadora y hoy como presidenta electa; también debe apreciarse como una mano extendida a la oposición para que tengan claro que su gobierno será de puertas abiertas en las que se privilegiará el diálogo en aras de reconocer a las fuerzas políticas, pues al fin y al cabo, con un gobierno legitimado en las urnas, se gobernará para todas y todos y eso incluye a la oposición. Sin embargo adquiere relevancia las últimas declaraciones de Xóchitl Gálvez: la primera su anuncio de la madrugada del 3 de junio reconociendo el triunfo de Claudia Sheinbaum, y segundo, el anuncio de impugnar las elecciones. En la primer declaración parece ser alentada por la evidencia de que nada se podía hacer ante tal ventaja y la segunda declaración parece más alentada por los partidos postulantes como clara estrategia mediática que terminará siendo en vano. Aquí el principal interesado es el moribundo PRD que tratará a toda costa de rasguñar el porcentaje pero claro, está muy complicado que sobreviva a la magnitud del desastre orquestado desde la cúpula.

    En fin, quedó la contienda en el pasado y marcará un suceso histórico para nuestra nación con el que inicia una nueva era donde todo indica que por fin se materializará la lucha de las mujeres, con nuevos aires y con un futuro prometedor pues en el ejercicio de gobierno y en todos los ámbitos, las oportunidades serán para todas y no para unas cuantas. El avance de las mujeres y su papel protagónico dejará de ser selectivo o por interés para convertirse en universal y esto no puede dejarnos más que la esperanza de que nuestro país, a pesar de los pesares, va que vuela para convertirse en potencia en un futuro más cercano del que nos imaginamos. ¡Felicidades Claudia Sheinbaum!, como te lo dije aquella tarde calurosa en la ciudad de la eterna primavera: me siento orgulloso de ti. Un abrazo y a trabajar en lo que sigue: hacer de México el país de los derechos y de las libertades. Un país progresista, solidario y fraterno con todo el mundo. ¡Que siga la transformación!

  • El día después del 2 de junio

    El día después del 2 de junio

    Amanece un lunes 3 de junio con mucha calma después de una jornada electoral intensa; el peso frente al dólar se mantiene fortalecido, los mercados caminan en un clima de estabilidad, los conatos de violencia no escalaron a mayores como sugería el bloque opositor. Despierta una inmensa mayoría del electorado con la satisfacción de haber depositado su voto a favor de la continuidad del proyecto encabezado por López Obrador, y sí: Sheinbaum se convierte en la primer mujer presidenta de este país dando declaraciones y otorgando entrevistas por todos lados a medios locales e internacionales. Llegan por uno y otro lado las felicitaciones de mandatarios de toda el orbe.

    En frente, la voz de los vencidos en la jornada trata de hacerse escuchar en cualquier medio que les abra espacio, aunque para este día, pocos minutos les son otorgados porque la nota principal es el triunfo de la morenista; así que no queda más remedio para los mandamases del bloque opositor que recurrir a los tribunales, aunque ese camino, poco o nada servirá en contra de un resultado tan abrumador. También comienzan las cúpulas a orquestar algunas acciones, quizá una movilización, algún tipo de mitin, algo que les permita mantener vigencia aunque pasada la efervescencia electoral, los hace saber de sobra que poca convocatoria alcanzarían a tener; sin más qué hacer, comenzará el conflicto entre partidos opositores para repartirse lo poco alcanzado, curules, presidencias municipales y una que otra gubernatura serán desde este día el nuevo foco del conflicto. De las bases ya ni hablemos, estás seguirán siendo ignoradas como cada vez que acaba una contienda. En el otro frente, Sheinbaun comienza a esbozar lo que será su gobierno y cómo conformar un gabinete que desde el principio equilibre el actuar del gobierno a partir de la valoración objetiva sobre las áreas a mejorar, los errores a erradicar y las políticas públicas que habrán de profundizarse.

    Es 3 de junio ya y la etapa post electoral irá generando un margen noticioso bastante amplio y todo se circunscribe a la nueva presidenta. Comenzará una era distinta de grandes desafíos que exigirán a Claudia Sheinbaum temple para ir ordenando al movimiento desde el interior. Sin embargo, éste se irá acercando al cenit sin que exista una sola posibilidad de detener los aires de cambio que llegaron en 2018 para permanecer durante mucho tiempo.

    Es 3 de junio y las voces que gritaban a los cuatro vientos en contra de Sheinbaum comenzarán a guardar silencio, quizá por prudencia o por cálculo político, o quizá porque se saben incapaces de argumentar con seriedad sobre la enorme diferencia entre el proyecto que ganó y que supo salir airoso pasando por encima de las calumnias y difamaciones. Aquí los que más resienten la derrota desde este 3 de junio son los colectivos que no hallaron forma de reinventarse cuando se demostró que el modelo imperante de organización gremial se había agotado; ya sin base muchos de ellos, irán siendo abandonados por aquellos que les ofrecieron revivir los años de bonanza. 

    El júbilo de este 3 de junio no comenzó ayer, sino desde el miércoles pasado donde cientos de miles de personas abarrotaron el zócalo capitalino para pasar lista y declararse listos para la contienda y respaldar a Claudia Sheinbaum. Desde ese día no quedó lugar a dudas de que no basta inundar la plaza principal de los mexicanos con gente, hay que inundarla de propuestas, de ideas, de verdadera orientación ideológica que es al final lo que otorga el triunfo a Sheinbaum.

    Es 3 de junio y todo indica que se acaba con una élite poderosamente económica que sucumbió ante el clamor popular, ese clamor avivado por la memoria de nuestros compañeros que iniciaron desde hace años en la izquierda, el de los estudiantes, de los obreros, de los campesinos, de los muertos durante el salinismo, de los muertos por la guerra contra el narco, del “comes y te vas”, el de la lucha indígena, el de la diversidad, el clamor de todas y todos que desde uno u otro rincón gritamos un ¡YA BASTA!.

    ¡Viva Claudia Sheinbaum!

  • Adiós PRD, adiós

    Adiós PRD, adiós

    Todo apunta a que la resignación de perder la contienda el 2 de junio llegó al bloque opositor y tanto a ellos como a sus principales voceros, incluyendo los de la prensa, no les queda más remedio que soltar la última carga de calumnias y mentiras para justificar tanto la derrota como el evidente distanciamiento con el ciudadano que sigue creyendo en el obradorismo. A veces pareciera que la lluvia de mentiras les hace creer en la posibilidad manchar la reputación de Sheinbaum que a estas alturas ya todos la observan como la próxima presidenta del país. Aunque dicha estrategia que ningún resultado positivo les trajo en todo lo que va de la segunda mitad del sexenio, se mantendrá todavía por mucho tiempo, esta poco permeará en lo que será el próximo gobierno, pero de que a la guerra sucia le queda camino, es indudable.

    El bloque opositor tiene mucho más qué perder a parte de la elección. El PAN por ejemplo llevará mano seguramente en las curules del bloque, lo que les significará fricciones con el PRI. Este por su lado, comenzará en una nueva etapa de reacomodo que verá otro episodio de desbandadas que lo alejará de las estructuras sólidas que llegó a tener en algún momento y, por último, el PRD está condenado a la desaparición inevitable que probablemente les deje algunas diputaciones, sin que eso les permita mantener el registro, aunque se aferren sus cúpulas a negarlo. Aún recuerdo la frase de Jesús Zambrano cuando decía que el muerto que vos matáis goza de cabal salud. ¿cuál salud? La desaparición está a la vuelta de la esquina y parece ser que la pena de hoy en el partido del sol azteca, será mucho más grande que la gloria que alcanzó a tener en algún momento.

    La desaparición del PRD también obligará a algunos movimientos a la desaparición, entre ellos una parte del movimiento campesino que en este proceso terminó por desdibujarse a tal grado que les obligó a sumarse a un bloque que desnuda las ambiciones personales. Los casos son conocidos y lamentables, pero más lamentable aún resulta la traición a los ideales y causas que les dieron vida, así que, dicho en términos jurídicos, la suerte del accesorio, será la misma suerte del principal, por lo tanto no les quedará más remedio que resignarse a la derrota y a su fin como movimiento.

    Es triste ver en qué acabó el perredismo y a los traidores de aquel movimiento hay que señalarnos abiertamente: tienen nombre y apellido y lejos de pasar a la historia como los grandes dirigentes y luchadores sociales que en algún momento aportaron a la construcción de la vida democrática del país, ahora sólo serán recordados como los sepultureros del perredismo que cambiaron la bandera de lucha por la matraca en los eventos de la derecha. Adiós al PRD y a sus orígenes, el daño está hecho y todo está perdido, pero nos queda (a algunos pocos) la nostalgia y a otros muchos la culpa, cada quien que ocupe el lugar que eligió en la historia.

    P.D. Un abrazo solidario al Movimiento Ciudadano, las diferencias son claras con su dirigencia pero ante la tragedia hay que ser solidarios pues la pena que acompaña a las familias exige la bondad y el humanismo de quienes hemos participado en las concentraciones. No resta más que desear pronta resignación y dedicarles oraciones a los deudos. Al mismo tiempo, también nos queda rechazar cualquier manifestación de burla o escarnio de los eternos miserables que viven en las redes sociales.

  • El voto ideológico de la CDMX

    El voto ideológico de la CDMX

    A inicios de esta semana tuve la fortuna de convivir con dos grandes amigos a quienes no sólo aprecio y tengo confianza, sino que además les guardo un cariño especial; ambos, exitosos en sus respectivos ámbitos, han mantenido una postura sumamente crítica al desempeño del actual gobierno y, más allá de toda diatriba, basan su análisis en la evidencia que en algunos casos resulta irrefutable. Pero, como el sentido crítico es lo primero que se privilegia, conocer sus puntos de vista resulta benéfico para quiénes pretendemos que en la próxima elección el voto favorezca nuevamente a la izquierda.

    Tocando la situación en la Ciudad de México, toda su argumentación deriva en un mismo resultado: la posibilidad de que Santiago Taboada logre arrebatar a MORENA la capital más importante del país, y si bien creo que muchos de sus argumentos poseen cierta solidez, también creo que la orientación del electorado no se reduce en la capital al voto de castigo en algunas alcaldías o, como es sabido por todos, a la práctica de la simulación a la que recurren varios personajes que no fueron elegidos para contender.

    Me parece que, tanto mis dos grandes amigos como los principales asesores de la campaña de Taboada (incluso él mismo) dejan de lado algo que es innegable: buena parte del electorado chilango (probablemente sin saberlo) tiene una orientación ideológica hacia la izquierda por el propio dinamismo de la ciudad pero también porque se trata de una sociedad sí con valores y tradiciones arraigadas como en buena parte de los pueblos originarios, pero también con ideas progresistas que han podido permear desde hace muchos años gracias a lo que identificamos con la izquierda y con los partidos identificados con esta; es decir, en su momento lo que representó el PRD que hoy está al borde de la desaparición y con lo que es MORENA en la actualidad aunque no se puede y menos se debe, dejar de señalar sus errores como movimiento, como partido y los que haya que identificar en el ejercicio de gobierno. Si alguna duda existe de la orientación ideológica del votante, basta con analizar el por qué del nulo crecimiento y/o aceptación de Movimiento Ciudadano por más que tratan de llegar a sectores tan exigentes como el estudiantado.

    La orientación de la que hablamos no es otra cosa más que el respaldo popular ¿a qué? Sencillamente a que desde que llegó el Ingeniero Cárdenas a gobernar el Distrito Federal, los avances han sido significativos, insisto: sin que eso soslaye en los errores que por supuesto existen pero que al ser colocados en la justa medianía, dejan muestra de que no será una contienda fácil, pero que al fin y al cabo, se impondrá el voto ideológico en favor de Clara Brugada con un margen significativo que evitará (como pretenden algunos) llevar el resultado a otras instancias tan faltas de credibilidad como el poder judicial.

    La operación política del bloque opositor se ha intensificado en la capital, al igual que las descabelladas mentiras como eso de que Claudia Sheinbaum va a cerrar la Basílica de Guadalupe en caso de ganar, lo que demuestra la desesperación de la derecha que hoy ve en la ciudad algo así como “de lo perdido lo hallado” pero lo que no saben, o quizá pretender ignorar, es que si se hiciera un estudio demoscópico acerca de las creencias religiosas de quienes votarán por MORENA y aliados en este proceso o, si dicho estudio se realizara a los declarados lopezobradoristas que no militan ni participan activamente en el movimiento, se sorprenderían al saber que un gran número (si no es que la mayoría) profesan entre el catolicismo y el cristianismo. Puede que sea paradójico si se trata de contrastar con el PAN y sus orígenes, pero de ese voto se ha decantado ya por la continuidad de la 4T, es innegable.

    Finalmente hay que aplaudir que un gran número de compañeros que históricamente han participado en la izquierda capitalina, hayan acudido al llamado para sumarse a la campaña de Clara Brugada y de Claudia Sheinbaum. Su aporte ha sido valioso y hoy, a partir de reconocerlos en su largo andar en la construcción de la democracia en la ciudad, aportan manos en el proceso actual, llamarán al voto, se movilizarán y, sobre todo, defenderán el triunfo lo que hace invaluable su apoyo. Pero todo eso tiene algunos actores visibles de esos que son todo terreno y que han logrado sumar esas fuerzas. Mi reconocimiento en especial a Lety Quezada a quien se le celebran tanto los métodos como los resultados. Enhorabuena.

  • Un fenómeno llamado Claudia Sheinbaum

    Un fenómeno llamado Claudia Sheinbaum

    Para estas alturas y ya con la elección a la vuelta de la esquina, hasta las encuestas más conservadoras señalan el triunfo de Claudia Sheinbaum que por donde se mire es completamente irreversible. Quizá por eso las baterías de la coalición opositora centran su capacidad de operación en la Ciudad de México donde creen que existen condiciones para apretar la contienda.

    Ahora bien, a pesar de la narrativa excesivamente insidiosa que buscaba acusar a Sheinbaum de no tener autonomía respecto a Andrés Manuel o de ser apenas un apéndice de éste, lo cierto es que esos señalamientos poco pudieron permear en la opinión pública gracias a un aspecto que ha dejado muy claro la candidata morenista y que no es otra cosa más que su personalidad. En cada uno de los recorridos que realiza Sheinbaum, así como la contundencia de sus discursos han dejado en claro que posee una visión clara de gobierno y que logra sumar adeptos en distintos sectores de la sociedad. Una muestra clara es el resultado del encuentro que en días recientes sostuvo la morenista con empresarios mexicanos que ven en su virtual triunfo, la posibilidad de dar certeza a las inversiones de todo tipo.

    Lo anterior significa que el propio sector empresarial tiene confianza plena en que el arribo de Claudia a la presidencia, significará una nueva etapa que garantizará un clima de estabilidad económica que se traducirá en bienestar generalizado y que, en consecuencia habrá una nación más próspera para beneplácito de este y muchos sectores más.

    Claudia Sheinbaum se ha convertido en esta última etapa en todo un fenómeno de gran trascendencia que anima a los electores, incluidos los jóvenes que por primera vez ejercerán su voto, a participar en la contienda para expresar su clara identidad con quien hoy inunda de propuestas claras de gobierno bajo una lógica simple: erradicar para siempre los grandes males enquistados en la práctica política. Así que cada vez falta menos para que a ese fenómeno llamado Claudia Sheinbaum se le coloque la banda presidencial y vivamos, como dicen los propios empresarios, el momento histórico que significará un parteaguas en la historia del México reciente.

    Dicho fenómeno con su sencillez, pero también con una buena dosis de sabiduría, ha conquistado a las masas sin demagogia, con carácter sí, pero también con sensibilidad, por eso queda de sobra todo análisis de carácter científico para entender su impacto en el electorado, baste con caminar en las calles para darse cuenta que el nivel de participación en la próxima elección quedará registrado como el de mayor afluencia en la historia de las elecciones presidenciales; ya veremos el 3 de junio el resultado.

    Finalmente, la oposición ha determinado enfocarse en la elección de la CDMX y se empiezan a notar ajustes desde las dirigencias partidistas del frente para establecer una nueva estrategia que se acompañará del derroche de recursos desde otras entidades; ante esa situación, MORENA en la capital sabe perfectamente que en la CDMX no puede quedar lugar a dudas en el triunfo y que este debe ser, si no holgado, cuando menos con una ventaja considerable. Por esa razón, es de relevancia la tarea que hoy realiza Leticia Quezada Contreras respaldada por Claudia Sheinbaum quien opera en las 16 alcaldías haciendo un llamado a la unidad y logrando que muchas compañeras y compañeros que históricamente han participado en la izquierda, hoy se sumen al proyecto por convicción y no bajo la lógica de los cargos.

  • El agua como propaganda política

    El agua como propaganda política

    Después de los sismos de 1985 y la consolidación de las organizaciones civiles en la Ciudad de México, los movimientos sociales lograron encabezar las demandas más importantes de la ciudadanía en el contexto político y social, especialmente en esta ciudad que concentra el poder político del país. Grandes colectivos abanderaban las causas más nobles como el derecho a la vivienda, la alimentación, la salud o el trabajo. Incluso, este fenómeno de aquel entonces significó para la democracia un avance importante pues comenzaba la participación más activa de los ciudadanos, no sólo en los procesos electorales, sino también en las problemáticas de su entorno.

    Hay que reconocer que uno de los principales aciertos del recién aparecido PRD en 1989, precisamente fue el de contar entre sus filas a decenas de dirigentes políticos y luchadores sociales que encontraban en ese partido político a su principal aliado y que se identificaban plenamente con su declaración de principios que sin duda eran llevados a la práctica; especialmente los relacionados con los derechos laborales, el respeto a la diversidad y la lucha de las organizaciones populares por la vivienda digna y el medio ambiente sano. Por eso, hoy cualquier sobreviviente de ese largo transitar del PRD, desde sus antecedentes hasta su inminente desaparición, observa con una mezcla de nostalgia y rabia la manera en que ese partido se fue desdibujando y abandonando sus causas hasta reducirse en un apéndice de la derecha dada su necesidad de no desaparecer por completo. 

    En ese sentido hay que destacar que la otrora lucha del PRD por la vivienda o el medio ambiente, siempre buscó ser descalificada por el gobierno de Espinoza Villarreal quien acusó a los principales dirigentes de los movimientos populares de politizar las demandas en aras de restar la legitimidad de éstas; sin embargo, la andanada del oficialismo, poca oportunidad tenía para contener la fuerza que acompañaba dicha lucha pues, evidentemente había un cause político para su solución que lejos está de la idea peyorativa que se tiene de “politizar”. 

    La semana pasada tomó relevancia el problema del agua contaminada en algunas colonias de la Alcaldía Benito Juárez que derivó en un bloqueo “aparentemente” ciudadano que colapsó la avenida insurgentes y que exigió la respuesta del gobierno capitalino para esclarecer las causas y las acciones inmediatas para resolver el problema, particularmente para garantizar la salud de las personas. En este caso hay dos hechos clave que observar: el primero es la obligación del gobierno de la ciudad de ver el problema como una causa legítima y atenderlo bajo los procedimientos legales y administrativos que den certidumbre a los afectados. Mal haría el gobierno si descalifica de entrada la demanda por las razones que sean. El segundo hecho es el de reflexionar sobre la reiterada práctica de la oposición de lucrar con este hecho, más como propaganda política que cómo acompañamiento de la demanda o apoyo a los manifestantes. Por eso, en este punto hay que dejar en claro que nadie debe soslayar en la exigencia de la solución pronta al problema (en la medida de que exista), así como el derecho de cualquiera en esta ciudad a manifestarse; pero también vale aclarar que los mismos que hoy se erigen como defensores de cualquier causa (en este caso el agua en la Benito Juárez), son los mismos a los que nunca les ha importado en lo más mínimo la cuestión ambiental.

    Pero sea como sea y esperando que se esclarezca pronto quienes son los responsables, cosa que le corresponde al gobierno de Martí Batres, hasta eso hoy la derecha tiene algo qué agradecer a Andrés Manuel: que sin importar la orientación ideológica o si se pertenece o no a algún partido, los ciudadanos se van acostumbrando a salir a las calles para exigir sus demandas. Ay de aquellos que busquen “politizar” la demanda del agua porque en el pecado llevarán la penitencia.

  • Sheinbaum gana el debate y gana la democracia

    Sheinbaum gana el debate y gana la democracia

    El debate presidencial despertó un buen grado de interés en los mexicanos y dejó dos cosas claras: el triunfo indiscutible de Sheinbaum sobre sus contrincantes y el pésimo trabajo del Instituto Nacional Electoral en el diseño del formato al que se suman las pifias técnicas que estuvieron presentes durante todo el ejercicio. 

    Pero sin afán de soslayar en la ineficiencia del formato, el punto que más se debe destacar es el reflejo que trajo consigo el ejercicio democrático y que muestra lo que ha sido la oposición durante el largo transitar de la contienda: una oposición débil, carente de propuestas y empeñada en construir señalamientos a partir de calumnias sin ton ni son. Como era de esperarse, los promotores de Xóchitl Gálvez lanzarían toda una campaña en redes para aparentar un supuesto “triunfo” que a todas luces solo existe y que en su necesidad de salvar el barco, no les deja más remedio que admitir el fracaso aunque traten de disimularlo con narrativas por demás absurdas como esa que pretende señalar a Sheinbaum como arrogante y soberbia. Sin embargo el resultado del encuentro no deja espacio a la sorpresa, era evidente que al momento de debatir, Gálvez no podría salir airosa dado que sus limitaciones son por demás evidentes. Así que la estrategia no podría más que encaminarse a las acusaciones y a la vileza de (muy propia del panismo) de lucrar con tragedias como la línea 12 o la propia pandemia.

    Pero lo verdaderamente importante para el post debate es sin duda la imagen que se genera en los millones de espectadores que siguieron el encuentro y que no son precisamente los identificados como militantes o simpatizantes de algún partido o coalición en especial, sino de aquellos que se van identificando cada día más con la vida democrática y el acontecer político nacional pues hoy cuentan con mayores elementos para identificar qué representa cada uno de los contendientes. Por esa razón gana Sheinbaum el debate, de lo que insistimos, no quedaba duda pero al mismo tiempo gana la democracia. Y gana la democracia porque los ciudadanos indecisos en ir a votar en las próximas elecciones, seguramente saldrán a votar por alguno de los dos proyectos visiblemente contrarios; pero decimos los dos proyectos porque quien pudo tener una oportunidad para incrementar su visibilidad en esta contienda, o sea Maynez de Movimiento Ciudadano, terminó por caricaturizar su personalidad aun y cuando en el arranque de su participación no estuvo tan mal. Así que el equipo de Dante Delgado, tendrá que allanarse a los distritos electorales donde tiene una presencia probada y terminará por dejar de lado las aspiraciones presidenciales, qué dicho sea de paso, no existieron nunca ni en los más apacibles sueños de Dante.

    Ganó Sheinbaum, ganó la democracia y solo es cuestión de tiempo para ver a la Doctora como la primer presidenta de este país.

    PD

    Como a millones de mexicanos nos indigna la acción criminal del gobierno ecuatoriano, atropello nunca antes visto y que exige la condena internacional y señalamientos ejemplares de cualquiera que se diga demócrata en cualquier parte del mundo. Pero si bien causa indignación el actuar del gobierno de Ecuador, más indigno es que existan personajes mexicanos que celebren dichos actos, pero al fin Lily Téllez, ¿Qué se podía esperar?

  • El futuro de los chapulines

    El futuro de los chapulines

    La lista de chapulines en MORENA está más larga que la cuaresma, así que sería ocioso revisar cada uno de los casos y poco valdría la pena dedicar tiempo a los antecedentes de cada uno, al fin y al cabo, la militancia ya se ha encargado de sacar los respectivos trapitos al sol; pero lo que sí vale la pena es reflexionar sobre el futuro que les espera a dichos personajes a partir de que Claudia Sheinbaum asuma (como todo parece indicar) la presidencia de la República.

    En principio hay que decir las cosas como son, por más que se corra el riesgo de desatar el enojo de la dirigencia: abrir la puerta al “chapulineo” no es otra cosa que el reflejo de un pragmatismo vil contrario a los ideales de lo que supuestamente representa la Cuarta Transformación. Así que digamos que la estrategia (ingenua o no) de privilegiar la rentabilidad electoral por encima de la identidad ideológica, no es otra cosa que la consecuencia inevitable de una dirigencia que poco a poco se encamina hacia la ilegitimidad en tanto que no cuenta con el apoyo de las bases obradoristas y menos cuando se rehúsa a escuchar a la militancia que rechaza respaldar en las calles a personajes completamente impresentables en muchos estados de la república.  

    Pero si alguien en la cúpula de MORENA cree que la molestia quedará sólo en las bases y pasará inadvertida por quien hoy porta el bastón de mando de esta nueva etapa de la 4T, está completamente equivocado. Para nadie es un secreto que Claudia Sheinbaum tiene claro el pulso político de las entidades conforme camina por los rincones del país. Además es notorio que el carácter de Sheinbaum, así como su formación y la participación activa desde la construcción de MORENA, le ha permitido identificar en qué casos existen definiciones incorrectas que a la larga significarán un costo mayor para un movimiento que no termina por encausarse hacia la institucionalidad. Por eso el mensaje es más que claro: el plan C debe ser orquestado por quienes se rigen bajo los principios y no por el estricto sesgo electorero que te da para ganar una encuesta, pero no para ganar una elección como se verá reflejado en los comicios de junio. Así que todos aquellos chapulines que ven en esta jornada un día de campo y ya se celebran con un cargo público, poco margen de maniobra tendrán mientras la rienda del movimiento la sostengan la doctora.  

    En las definiciones de MORENA nuevamente se abrió la puerta a personajes tan cuestionables como en los casos anteriores, llámese Lily Téllez y/o Germán Martínez, que resultan ofensivos para el militante de a pie, pero en esta ocasión se volaron la barda, hasta pareciera que el verdadero opositor al movimiento se encuentra en casa y no en el frente opositor que nomás no levanta en las preferencias electorales. Sin embargo, todo parece indicar que en las reuniones a puerta cerrada, Claudia Sheinbaum ha dejado clara su postura de no convalidar a ningún candidato que pretenda jugar a dos bandas, para ella lo primordial es defender el proyecto y no reparará en lo absoluto en señalar a quien pretenda servir a otros intereses y menos a quienes se identifica plenamente por sus antecedentes.  

    MORENA tiene frente a sí muchos retos como partido, uno de ellos es la necesaria reestructuración que no puede esperar más aunque hoy resulte inevitable transitar por los comicios de junio. Por supuesto que sobrarán los que quieran dar más importancia a lo cuantitativo que en este caso se reduce al número de cargos obtenidos, pero la valoración debe ir más allá, a veces se gana perdiendo y en otras ocasiones se pierde ganando. Sheinbaum va a ganar la presidencia de la república y su triunfo también significará una nueva etapa para el morenismo en la que se cerrará la puerta a los chapulines cuyo futuro, no se vislumbra como envidiable en lo absoluto. No sólo se trata de la aspiración de los militantes, sino de un acto de justicia para todos aquellos que ofrendan sus fuerzas al movimiento más importante de las últimas décadas.

  • El debate antes del debate

    El debate antes del debate

    Pues si le faltaba algo de emoción al debate presidencial, nada mejor que el debate previo generado por la designación del moderador que recayó en la figura de Manuel López San Martín, personaje a quien MORENA solicita su inmediata remoción, dado que, en el punto de vista del morenismo, este no garantiza ni la imparcialidad ni la neutralidad que exige el ejercicio a partir de sus dichos vulgares en contra de Hugo López Gatell quien recientemente se incorporó al gobierno federal como asesor en materia de salud.

    En primer lugar, es cierto que un ejercicio de tal trascendencia obliga al INE a examinar a detalle los perfiles de las personas propuestas y, evidentemente, el primer elemento a valorar es la completa neutralidad de quien puede ser considerado como moderador, pero aquí cabe una pregunta apelando a la sensatez: ¿Quién en este momento cubriría tal perfil cuando es por demás evidente que casi la mayoría de los comunicadores se manifiestan abiertamente a favor de un candidato?

    Es decir, dicho cuestionamiento para nada sugiere que no exista alguien en ese noble oficio completamente neutral o imparcial, sin que eso signifique desconocer o rechazar su libertad de expresión, pero de que pocas opciones existen, es completamente innegable. Aquí valdría la pena reflexionar sobre las motivaciones que tuvo el INE para pronunciarse por López San Martín a sabiendas de que ese hecho, imprudente por decir lo menos, generaría una reacción obvia en contra por parte de la Coalición Seguiremos Haciendo Historia. Lo más sano evidentemente sería apelar a varios factores al momento de hacer una propuesta para moderar tal evento como la trayectoria, la conducta irreprensible en el ejercicio periodístico o, cuando menos, la actitud crítica tanto para un lado como para el otro.

    Pero a como están las cosas en el INE heredado por Lorenzo Córdova, una designación de esa naturaleza hasta parece plan con maña, misma que, de echarse para atrás, poco se dudaría en la narrativa acartonada que le seguirá acompañada de un “dadas las circunstancias actuales” tratando de afirmar una especie de veto desde palacio nacional o atentado contra la libertad de expresión.

    Sin embargo, en algo acierta el periodista al afirmar que el debate es entre los candidatos porque así es, la función del moderador en este caso, poca relevancia tendrá cuando la expectativa está centrada en las marcadas diferencias entre Sheinbaum y Xóchitl Gálvez a la hora de plantear sus propuestas y cómo se pueden materializar. Así que, los morenistas poco caso deberían hacer a este tema pues lo verdaderamente importante será que los espectadores logren constatar que la figura de Xóchitl Gálvez no representa oponente alguno para debatir contra Claudia Sheinbaum. Quizá ahora será más importante dejar en claro que frente a las propuestas viables que ha venido planteando la ex jefa de gobierno, no existen contra propuestas serias por parte del bloque opositor más allá de la diatriba y la descalificación per se.

    En eso radica la importancia del debate, en que la fuerza de las ideas de Sheinbaum radica en el respaldo de los votantes que saldrán a las urnas a refrendar el por qué su identidad con la Cuarta Transformación, así que, tanto el debate cómo la contienda, sin ánimo de menosprecio a cualquier ejercicio democrático, terminará siendo un trámite para llegar a lo que es inevitable: en junio los mexicanos tendremos la primer mujer presidenta de este país y será, sin duda, Claudia Sheinbaum Pardo.