Etiqueta: Luis Piña

  • Hasta siempre José Mujica

    Hasta siempre José Mujica

    La historia de América Latina está tejida por figuras que, más allá del poder, encarnaron ideales profundos. José “Pepe” Mujica fue una de ellas. Su legado no solo vive en Uruguay, sino en cada rincón del continente donde aún se cree en la justicia social, la democracia participativa y la dignidad por encima del consumo. Hoy, a sus 89 años, el expresidente uruguayo ha partido, pero su palabra queda resonando como una brújula ética para las izquierdas del mundo.

    Mujica no fue un político tradicional. Fue guerrillero, preso político, agricultor y finalmente presidente. Su paso por el poder no fue para acumular privilegios, sino para desmantelarlos. Gobernó desde la humildad, rechazó lujos, vivió en su chacra y donó la mayor parte de su salario. Pero su austeridad no fue pose: fue coherencia. Ese ejemplo ha sido un faro para líderes como Andrés Manuel López Obrador, con quien compartió no solo una visión de país desde abajo, sino también una mística de transformación sin rencores.

    Ideológicamente, Mujica revitalizó a la izquierda latinoamericana desde la ética de la solidaridad y el sentido común. Defendió la soberanía frente al capital financiero y abogó por una integración regional sin hegemonismos. Pero su mayor lucha fue cultural: combatir el egoísmo y la indiferencia en un mundo dominado por el mercado. Como él decía, “no venimos al mundo solo a competir, sino a convivir”.

    En Uruguay, dejó un país más justo y libre. Legalizó el aborto, el matrimonio igualitario y la marihuana, no desde el capricho, sino desde la lógica de ampliar derechos y reducir daños. Bajo su gobierno, el país mejoró sus indicadores sociales y mantuvo su estabilidad democrática. No gobernó para el aplauso, sino para la posteridad.

    Mujica también le habló a los jóvenes con una claridad brutal pero esperanzadora. Los invitó a cuestionarlo todo, a no vender su vida por cosas, a rebelarse sin odio. Su discurso ante la ONU en 2013 sigue siendo una joya de humanidad y lucidez, un llamado urgente a frenar el consumismo y construir otra forma de habitar el planeta. Una visión profundamente afín a las juventudes que hoy, desde el feminismo, el ambientalismo y la lucha por la equidad, exigen una nueva izquierda.

    Hoy América Latina pierde a uno de sus mejores. Pero su ejemplo permanece. Como AMLO y ahora la Presidenta, Claudia Sheinbaum, Mujica demostró que se puede gobernar desde el amor al pueblo, sin traicionar los principios. Que la honestidad en política no es ingenuidad, sino fuerza. Que la humildad no es debilidad, sino coraje.

    José Mujica no buscó dejar monumentos ni estatuas. Pero dejó algo más profundo: una semilla. La de una izquierda con alma, con ética, con rumbo. La de un continente que aún sueña con justicia. Y esa semilla, mientras haya memoria y lucha, seguirá germinando.

    Porque los grandes no mueren. Se siembran.

  • Luz, Cámara y… a recuperar la soberanía nacional del Cine Mexicano

    Luz, Cámara y… a recuperar la soberanía nacional del Cine Mexicano

    A finales de la semana pasada, desde la Mañanera del Pueblo, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció una importante inversión para renovar las instalaciones de los Estudios Churubusco, una noticia que dejó atónitos al sector cultural y a los cinéfilos del país.

    Si bien muchos podrían preguntarse: ¿Qué relevancia puede tener esto?, hay que recordar que el declive del cine mexicano comenzó en los años noventa, específicamente con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

    En el TLCAN, los servicios audiovisuales se abordaron principalmente en los capítulos relacionados con el comercio de servicios y la inversión. México acordó otorgar un trato no menos favorable a los proveedores de servicios de los otros países miembros, lo que implicó que no podía imponer restricciones que favorecieran a su industria cinematográfica nacional sobre las extranjeras.

    Esta decisión fue una estocada importante para la producción cinematográfica mexicana, principalmente porque, para entonces, Hollywood ya dominaba la industria a nivel mundial. En cambio, Canadá sí protegió su identidad cultural mediante reservas expresas.

    Los Estudios Churubusco son uno de los pilares más importantes e históricos del cine mexicano y latinoamericano. En este lugar se han rodado clásicos como Los olvidados, de Luis Buñuel; La perla, de Emilio Fernández; y Tizoc, de Ismael Rodríguez, la cual catapultó la carrera de Pedro Infante y María Félix.

    Incluso se han grabado películas importantes del cine contemporáneo, como Amores perros, de Alejandro González Iñárritu; El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro; así como Y tu mamá también y Roma, de Alfonso Cuarón.

    La inversión que la presidenta anunció el 9 de mayo es un paso estratégico de alto impacto en términos culturales, económicos y simbólicos para nuestro país. Permitirá reducir los costos de producción del cine mexicano, atraerá proyectos que de otro modo se realizarían en el extranjero, ofrecerá espacios equipados para nuevas producciones nacionales y ayudará a recuperar la soberanía sobre nuestras narrativas.

    Otro punto relevante es la generación de empleos y la reactivación de la economía local, pues la industria cinematográfica emplea a miles de técnicos, creativos, actores y proveedores. Invertir en los Churubusco significa reactivar cadenas de valor locales: vestuario, escenografía, transporte, catering, entre muchas otras.

    En resumen, la rehabilitación de los Churubusco es mucho más que restaurar edificios: es una apuesta por la identidad, la memoria, la soberanía cultural y el futuro del cine mexicano. Puede convertirse en una plataforma para que México cuente sus propias historias, con autonomía y calidad técnica.

    Porque mientras otros firmaron para silenciar al cine mexicano y olvidar su valor cultural, hoy el Estado vuelve a apostar por darle voz. Y en tiempos donde sobran pantallas pero faltan historias propias, esa voz no solo debe escucharse… debe retumbar.

  • Dracarys al transporte público de la Ciudad de México

    Dracarys al transporte público de la Ciudad de México

    En Game of Thrones, los Targaryen se presentan como una estirpe de sangre ardiente, capaz de conquistar reinos… o reducirlos a cenizas. En House of the Dragon, esa misma dinastía demuestra que su verdadero legado no es la gloria, sino la destrucción. Algo parecido podría estar a punto de ocurrir en la Ciudad de México, si se confirma lo que muchos ya dan por hecho: que Adrián Rubalcava, apodado “el Dragón” en Cuajimalpa, tomará las riendas del Metro capitalino.

    Y como buen Targaryen tropical, Rubalcava no llega a gobernar: llega a incendiar. Porque el Metro, ya de por sí en crisis, podría convertirse en el próximo reino arrasado por ambiciones personales, pactos oscuros y una historia plagada de escándalos.

    Apenas vamos saliendo del tema de los pinchazos, cuando se filtró una supuesta carta de renuncia que confirma lo que desde hace meses se rumora en los pasillos del poder: que el actual director del Metro, Guillermo Calderón, dejará el cargo para dar paso al exalcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava.

    La posible llegada de un personaje como Rubalcava no solo despierta sospechas, sino que prende las alarmas. Más aún considerando los persistentes señalamientos sobre la opacidad en la administración de este sistema de transporte.

    Adrián Rubalcava, “el Dragón”, como se le conoce en Cuajimalpa, logró llegar a esa alcaldía con el respaldo del PRI. Sin embargo, al no ser elegido como candidato a la Jefatura de Gobierno y tras la designación de Santiago Taboada, abandonó al tricolor y se sumó a Morena.

    En lo que muchos ven como un escándalo político disfrazado de favor, se estima que la jefa de Gobierno, Clara Brugada, lo designará como nuevo director del Metro este 5 de mayo. Y eso, con justa razón, preocupa a la ciudadanía.

    Rubalcava no llega con las manos limpias. En 2023 fue acusado de enviar a grupos a agredir a simpatizantes de Taboada, según denuncias de miembros del PRI. Aunque el hecho no ha sido confirmado oficialmente, el contexto político lo vuelve verosímil.

    Uno de los episodios más graves durante su gestión como alcalde fue la presunta irregularidad en adquisiciones públicas. En 2019, contrató a la empresa “Energétika Sustentable y Ecológica S.A. de C.V.” por más de 6.8 millones de pesos para adquirir equipos de seguridad. La Auditoría Superior de la Ciudad de México advirtió que esta empresa ya había incumplido contratos previos y, pese a ello, recibió el pago completo sin entregar lo acordado.

    Con proyectos millonarios en puerta para el mejoramiento del Metro, resulta preocupante que quien dirija esta institución esté involucrado en ese tipo de antecedentes.

    Pero no es todo. Entre 2021 y 2023, Rubalcava omitió información en sus declaraciones patrimoniales, como su participación en la empresa Katamon Industrial y Comercial. También existen inconsistencias en la compra de un inmueble, tanto en el valor como en la fecha de adquisición. Según la Ley de Responsabilidades Administrativas de la Ciudad de México, estas omisiones podrían constituir faltas graves.

    En otro escándalo, personal de limpia de Cuajimalpa lo acusó de haber tolerado, o permitido, una red de cobros ilegales por la recolección de basura. Se estima que se recaudaron más de 500 mil pesos bajo este esquema.

    Con estos antecedentes, resulta difícil comprender por qué alguien como Rubalcava estaría en consideración para dirigir uno de los sistemas de transporte más estratégicos del país. Y sin embargo, todo indica que así será.

    Porque en esta ciudad, los escándalos no inhabilitan: se premian. El Metro, que debería estar conducido por manos técnicas, parece que pasará a manos de ambiciones políticas. Y eso nos obliga a preguntarnos: ¿de verdad estamos condenados a movernos entre la opacidad y la impunidad?

  • ¿De que lado de la historia estará la intelectualidad de izquierda?

    ¿De que lado de la historia estará la intelectualidad de izquierda?

    En toda transformación profunda, los intelectuales han sido piezas clave: dan sentido a las causas, les otorgan palabras, las defienden frente al embate del poder. México no es la excepción. Sin la fuerza de comunicadores, pensadores y artistas comprometidos con la justicia social, Morena no habría llegado a ser la fuerza política que es hoy.

    Sin embargo, la historia también muestra que las intelectualidades no son inmunes a los intereses propios. Bajo el manto de la crítica legítima, a veces se esconden disputas de poder, ambiciones personales o simples cálculos económicos. No toda crítica nace del compromiso con los ideales: algunas nacen del ego, de la nostalgia por no ocupar un lugar más protagónico, o de negociaciones que poco tienen que ver con el bienestar del pueblo.

    Hoy vemos, en momentos clave para el movimiento de la Cuarta Transformación, una actitud ambigua entre quienes se presentaban como sus defensores intelectuales. Cuando las campañas de linchamiento político se lanzan contra figuras del propio movimiento —como sucedió con Omar García Harfuch o, ahora, con César Gutiérrez Priego—, no basta con guardar silencio o mirar hacia otro lado. No basta con fingir una neutralidad que en los hechos alimenta la estrategia de sabotaje interno.

    Señalar errores es no sólo válido, sino necesario. Pero hay una enorme diferencia entre la crítica que busca corregir rumbos y el ataque que busca abrir fracturas. Y aquí es donde la intelectualidad tiene una responsabilidad histórica: reconocer cuándo su voz ayuda a construir y cuándo, consciente o inconscientemente, se vuelve instrumento de intereses contrarios a la transformación.

    Hoy más que nunca, es necesario preguntarse: ¿al servicio de quién está cada palabra, cada posicionamiento? ¿Al servicio del pueblo, de la justicia, de un proyecto de país? ¿O al servicio de cuotas personales, de plataformas mediáticas, de prebendas económicas?

    La madurez política que exige esta etapa de la 4T no sólo es tarea de los dirigentes y los militantes. También lo es de quienes se asumen como conciencia crítica del movimiento. Defender el proyecto no implica callar ante los errores, pero tampoco implica prestarse a linchamientos, purismos o pugnas internas que terminan favoreciendo a quienes siempre han querido frenar la transformación.

    La historia juzgará a todos: a quienes lucharon con lealtad crítica, y a quienes, desde la trinchera del “intelectualismo”, pusieron su vanidad por encima del bien común. La pregunta es simple, pero ineludible: ¿de qué lado de la historia queremos estar?

  • ¿Y la dictadura, no era acá?

    ¿Y la dictadura, no era acá?

    Mucho se ha hablado de cómo la política de Donald Trump ha cambiado el manejo de las relaciones comerciales y diplomáticas internacionales. Pero eso no sería posible sin la existencia de personajes que comparten su forma de actuar, ya sea por conveniencia política, ideológica o simplemente porque, al igual que él, son fascistas hambrientos de poder.

    Uno de los favoritos de la derecha latinoamericana es, sin duda, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien sostiene que el monopolio de la violencia debe estar en manos del Estado, en lugar de buscar la paz y la reconciliación.

    En días recientes, ambos mandatarios se reunieron en la Casa Blanca, en un encuentro que dejó a Estados Unidos al borde de una crisis constitucional, derivada del caso de la deportación de Kilmar Abrego García.

    Kilmar Abrego García es un joven salvadoreño que vivía en Estados Unidos desde hacía más de diez años. A pesar de contar con una orden judicial que impedía su expulsión del país, el gobierno de Donald Trump lo deportó a El Salvador.

    Abrego fue enviado directamente al CECOT, la megacárcel que alberga a miembros de las maras. Sin juicio, sin pruebas, sin delito: Estados Unidos lo subió a un avión y lo mandó de regreso a su país natal. Aunque la corte ordenó a la administración de Trump regresarlo y corregir el procedimiento, el mandatario se mofó frente a las cámaras durante la reunión con Bukele y le aventó la responsabilidad a la fiscal Pam Bondi.

    Con actitud claramente autoritaria y fascista, Trump declaró: “Eso no es problema nuestro, eso le toca a El Salvador”, a lo que Bukele respondió: “No, de malas, es un terrorista y se queda en el CECOT”. Ambos ignoraron abiertamente el mandato judicial.

    En resumen: Donald Trump desobedeció a la Corte Suprema de Estados Unidos, que días después ordenó frenar las deportaciones de migrantes bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 y que siguen desobedeciendo.

    Y sin embargo, ningún medio corporativo en México y Estados Unidos levantó la voz. Nadie gritó “dictadura”. Nadie acusó a Trump de violar el estado de derecho o de secuestrar la justicia.

    La misma derecha y los mismos medios que montan escándalos por suspensiones judiciales en México, que acusan sin pruebas al gobierno actual de “avasallar a la Corte” o de “destruir la democracia”, hoy guardan un silencio cómplice frente a una de las violaciones más graves al orden constitucional en Estados Unidos.

    ¿Será que lo que molesta no es la forma, sino el proyecto político que se construye? ¿Será que lo que les duele no es la legalidad, sino que el poder lo tenga alguien que no responde a sus intereses?

    El silencio con Trump y la furia con México lo confirman: para la derecha, la ley es solo un disfraz, no una convicción.

  • La cloaca que destapó el Axe Cordenada

    La cloaca que destapó el Axe Cordenada

    Lo ocurrido la tarde-noche de este sábado 5 de abril en el llamado festival Axe Cordenada 2025 fue un suceso que no solo dejó la lamentable muerte de dos jóvenes, sino que destapó una cloaca de la que pocos se salvan.

    Lo primero que hay que resaltar es la falta de normativa y protocolos de actuación en la Ciudad de México. Y es que, a pesar de que la norma indica que los permisos de seguridad los otorga la alcaldía, en este caso, Miguel Hidalgo, el Gobierno de la Ciudad de México no supo cómo controlar el problema.

    El alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, reaccionó hasta que salió de la boda de su amigo Santiago Taboada, por lo cual, a pesar de estos lamentables hechos, el festival continuó con toda normalidad. Incluso, las cuentas oficiales de Axe Cordenada hacían mofa de lo sucedido.

    El Gobierno de la Ciudad de México también fue endeble en su actuación. Debería intervenir ante la falta de gobernabilidad de la alcaldía; sin embargo, se limitó a emitir un comunicado donde informaba lo ocurrido y explicaba que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México haría las investigaciones correspondientes.

    El festival, para evitar que le clausuraran el segundo día, contrató a una empresa privada de paramédicos, quienes brindaron protocolos de reanimación a las víctimas y los llevaron al hospital del IMSS Bienestar Rubén Leñero. Horas más tarde, mediante un comunicado, el Gobierno de la Ciudad de México informó que los jóvenes habían muerto en el nosocomio. Sin embargo, fue la institución federal la que desmintió dicha versión y detalló que los jóvenes llegaron sin vida; es decir, los levantaron muertos.

    Desde la mañana del domingo 6 de abril, el alcalde Mauricio Tabe se ha dedicado a echar culpas y tratar de limpiar su imagen, mientras que la jefa de Gobierno, Clara Brugada, guarda un silencio sepulcral.

    Por otro lado, otro grave problema que destapó este hecho fue la corrupción que existe en el medio periodístico. Estos jóvenes ingresaron acreditados como prensa gráfica, eran fotógrafos, quienes hacían su labor sin contrato con su medio, sin paga, sin seguro y sin garantías. En el mundo del espectáculo, la gran mayoría hace fotografía, reportajes y escribe sin ningún incentivo más que la única satisfacción de ser publicado, reconocido y, principalmente, de disfrutar eventos importantes.

    Esta es una situación que muchos hemos padecido al inicio de nuestra carrera. En mi caso, por años estuve en la fuente de espectáculos por amor a esta profesión, por compromiso, pasión y gusto, algo que ocurre muy a menudo en esta industria.

    Pero este accidente es el resultado de una industria normalizada en la precariedad, esa que te hace creer que una acreditación a tu obra, concierto o festival favorito es suficiente como forma de pago. Que tu talento vale lo que dure una historia de Instagram.

    Desgraciadamente, en esta ocasión le tocó a Berenice y a Miguel ser doblemente víctimas: de un sistema que normaliza la muerte, de autoridades que no protegen a nadie más que a la inversión privada, y de un gremio que, entre abusos y romanticismos, ha aprendido a sobrevivir con lo mínimo.

    Descansen en paz Berenice Giles y Miguel Hernández.

  • Jueces y magistrados en las urnas: ¿quién merece nuestro voto?

    Jueces y magistrados en las urnas: ¿quién merece nuestro voto?

    Este 30 de marzo marcará un hito en la historia de México: por primera vez, se llevarán a cabo campañas para la elección de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, tanto a nivel federal como local. Con ello, se pone fin a un capítulo oscuro en el que la justicia estuvo en manos de los poderosos y no del pueblo, como lo dicta la Constitución.  

    Como en toda elección, algunos candidatos son más conocidos que otros. Por ello, es responsabilidad de todas y todos informarnos sobre quienes aspiran a impartir justicia en nuestro país.  

    En ese sentido, mucho se ha hablado de quienes aún integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que ahora buscan refrendar su labor mediante el voto popular. Tal es el caso de Loretta Ortiz, Lenia Batres y Yasmín Esquivel, ministras que, durante su gestión, han sido objeto de constantes ataques por intentar impartir justicia en favor del pueblo.  

    Lenia Batres es quizá una de las candidatas más señaladas por la oposición. Su perfil encarna el cambio que el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso para la Corte. Licenciada en Derecho desde 2008, Batres conoce de primera mano las carencias y desigualdades que aquejan a la sociedad, pues, dos décadas antes de obtener su título, trabajó como cajera en un supermercado.  

    Por su parte, Loretta Ortiz cuenta con una trayectoria académica y profesional sobresaliente. Ha publicado una impresionante cantidad de libros y artículos, además de haber sido presidenta honoraria de la Asociación Americana de Derecho Internacional Privado.  

    Yasmín Esquivel es otra de las ministras que buscan su legitimación en las urnas. Su trayectoria es un testimonio de cómo el pueblo puede apropiarse de instituciones que, históricamente, han estado reservadas para quienes ostentan poder económico o político. Esquivel es doctora en Derecho y se formó en instituciones públicas desde el preescolar hasta la universidad; solo en la maestría estudió en instituciones privadas. Su preparación y experiencia la colocan como una figura clave en esta transformación judicial.  

    Además de quienes ya forman parte del Poder Judicial, también hay candidatos con una visión del derecho centrada en el bienestar ciudadano. Tal es el caso de César Gutiérrez Priego, quien decidió estudiar Derecho para defender a su padre y su familia de las inconsistencias y corrupción del sistema judicial. En carne propia vivió la persecución del Estado, particularmente durante el gobierno de Ernesto Zedillo, quien acusó a su padre de vínculos con el narcotráfico, mientras él mismo tenía lazos con el llamado Amado Carrillo el “Señor de los Cielos” y gracias a sus habilidades logró demostrar la inocencia de su padre.  

    Otro personaje relevante en esta contienda es Federico Anaya, a quien conozco desde hace algunos años, cuando fui consejero universitario impugnado de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Durante aquella crisis, que derivó en una huelga estudiantil, Anaya asumió la defensa de los consejeros agredidos por la entonces rectora Esther Orozco. Su compromiso con la justicia quedó demostrado cuando, como abogado general de la UACM, resolvió casos de acoso sexual, defendió a estudiantes agredidos por la policía capitalina dentro del Metro y logró la emisión del primer título profesional con la identidad de una mujer transgénero.  

    Las cartas están sobre la mesa. Por primera vez, la ciudadanía tiene en sus manos la posibilidad de decidir quién impartirá justicia. ¿Elegiremos a quienes entienden la realidad del pueblo o permitiremos que la vieja élite se reinvente para seguir controlando los tribunales?

  • La reelección el sueño de Toño Ochoa, la pesadilla del municipio de Durango

    La reelección el sueño de Toño Ochoa, la pesadilla del municipio de Durango

    Mientras Durango enfrenta crisis de violencia familiar, desvío de recursos, falta de agua y abandono de colonias populares, el alcalde prianista Antonio Ochoa está más ocupado en asegurar su reelección que en resolver los problemas urgentes de la ciudadanía. Su gobierno, en lugar de representar un cambio o una solución, es la continuidad de administraciones marcadas por corrupción, ineficiencia y promesas incumplidas.

    Uno de los temas más alarmantes es el incremento de la violencia familiar, que ha convertido a Durango en un foco rojo en materia de seguridad y derechos humanos. Organizaciones civiles han denunciado el crecimiento de estos casos, mientras el gobierno municipal minimiza la problemática con discursos vacíos. El abandono institucional es tal que incluso colectivos feministas han tenido que acudir al Senado y al INE para exigir acciones concretas contra la violencia de género en la entidad y exhortar al actual alcalde a no abandonar sus responsabilidades en búsqueda de un segundo mandato en el municipio.

    A esto se suma el saqueo descarado de recursos públicos. Investigaciones han revelado facturas infladas y un ambiente de acoso laboral dentro del ayuntamiento, prácticas que han sido una constante en las gestiones prianistas. No es casualidad que millones de pesos destinados a combatir el hambre hayan sido desviados bajo estas administraciones, dejando a la población más vulnerable en el olvido.

    Pero la corrupción y la negligencia no terminan ahí. La crisis del agua en Durango es otra muestra de la incompetencia del gobierno municipal. Mientras las y los ciudadanos padecen la falta del líquido vital, la administración de Ochoa sigue sin ofrecer soluciones reales y sostenibles. En lugar de garantizar el acceso a este derecho fundamental, su prioridad es la propaganda política para intentar perpetuarse en el poder.

    Y como si fuera una tradición política indigna, las colonias más olvidadas de Durango vuelven a ser objeto de promesas vacías en vísperas electorales. Barrios enteros llevan décadas en el abandono, con servicios deficientes y sin infraestructura digna, pero el gobierno municipal solo recuerda su existencia cuando necesita votos.

    Durango merece un gobierno que realmente escuche y atienda las necesidades de la gente, no una administración que usa los recursos públicos para financiar campañas mientras la ciudad se hunde en crisis. La reelección de Antonio Ochoa no solo es un insulto para quienes han padecido su mala gestión, sino un peligro para el futuro del municipio.

  • ¿Justicia o montaje? La verdad incómoda sobre Izaguirre

    ¿Justicia o montaje? La verdad incómoda sobre Izaguirre

    Seguramente en los últimos días has visto en todos los medios de comunicación la famosa noticia de los artículos personales encontrados en el rancho Izaguirre, en Jalisco, al más puro estilo de una película de ficción.  

    Y sí, no cabe duda de que es un tema de relevancia como para no acaparar los encabezados de los medios. Pero, ¿te has puesto a pensar qué hay detrás de este hecho tan lamentable?  

    Antes que nada, quiero decir que este análisis lo haré con mucho respeto y con la intención de que cada quien saque sus propias conclusiones.  

    Hace aproximadamente una semana nos enteramos del terrible hallazgo en un rancho en Izaguirre, Jalisco. Un grupo de madres y familiares de personas desaparecidas llegó al lugar gracias a denuncias anónimas, algo muy extraño, a decir verdad.  

    No estoy culpando ni revictimizando a las víctimas; sin embargo, el desarrollo del descubrimiento y la manera en que se ha manejado la noticia muestran que hay personas detrás de estos hechos, personas que están lucrando políticamente. Y es que no solo se ha expuesto el tema de manera excesiva, sino que también han aparecido supuestos sobrevivientes que relatan lo sucedido ahí.  

    El segundo factor extraño es que este predio ya había sido cateado en septiembre del año pasado, es decir, seis meses atrás, cuando la Guardia Nacional detuvo a diez personas. Y disculpen, pero ¿a poco todos los artículos personales que encontraron ahora no los vieron antes? ¿En verdad es posible ocultar eso?  

    Dicen que en política nada es casualidad, y tomando ese principio, expongo el tercer factor que muestra el montaje. La noticia se dio a conocer el 11 de marzo, apenas dos días después de que se celebrara la cancelación de aranceles, que sin duda fue la primera victoria política de la actual presidenta. Incluso pueden ver lo que distintos personajes de derecha opinaban al respecto.  

    Cuarto factor: ¿qué personajes hablan del tema, acuden y convocan a marchar el sábado 15? Personajes como Javier Lozano, influencers que nunca han hablado de política y hasta Alazraki se montaron en el tema. A esto se suma que las tomas fotográficas y de video que circulan en medios son en su mayoría cerradas, para que la marcha parezca más tumultuosa de lo que en realidad fue. No existe una sola imagen abierta.  

    Y si eso no fuera suficiente, quiero recordarles cómo inició su campaña la candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez: con una marcha contra la violencia y los desaparecidos, acompañada por Ceci Flores, representante de madres buscadoras, así como con spots publicitarios donde aparecían zapatos y mochilas abandonadas. Sí, muy similar a lo que encontraron en el rancho Izaguirre.  

    No podemos negar que, desde que Felipe Calderón le declaró la guerra al narco, México ha estado sumergido en una violencia imparable que ha destrozado a miles de familias mexicanas. Tampoco podemos ignorar que los colectivos de búsqueda son apartidistas y genuinamente buscan a sus familiares. Pero a través de la historia mundial, la derecha ha utilizado la orquestación, la manipulación y los montajes para generar miedo y capitalizar políticamente el dolor.  

    Hay que preguntarnos: ¿por qué la derecha solo recuerda a los desaparecidos cuando le conviene? ¿Por qué no hicieron escándalo cuando se votaron reformas para garantizar derechos a las víctimas o cuando se presentaron estrategias reales de seguridad? La respuesta es simple: porque su objetivo no es la justicia, sino la desestabilización.  

    Es un hecho que los hallazgos en Izaguirre deben investigarse a fondo. Pero lo que no se puede permitir es que la derecha utilice la tragedia para golpear políticamente, mientras ignora cualquier avance en la atención a las víctimas y en la seguridad del país. Porque si realmente les importara el problema, estarían hablando de los decretos que Claudia Sheinbaum hizo sobre el tema. Pero dime, ¿viste a alguno de esos medios mencionarlo?

  • De señalamientos y simulaciones: la oposición y su espejo roto

    De señalamientos y simulaciones: la oposición y su espejo roto

    El tema del narcotráfico y la seguridad del país siempre ha sido relevante; no obstante, fue hasta el fraude de 2006 y la llegada del espurio Felipe Calderón a la Presidencia de nuestro país cuando adquirió una dimensión nacional sin precedentes.

    Ojalá la relevancia hubiera sido por un combate frontal contra los capos que no solo apostaban por la venta de estupefacientes, sino que también incursionaban en otros giros delictivos como el secuestro. Sin embargo, no fue así. La notoriedad de los cárteles de la droga se debió a la violencia desmedida, una violencia impulsada por el gobierno del panista, que, lejos de combatir al crimen, lo potenció con su fallida estrategia de guerra.

    Por años, se sabía que los capos estaban estrechamente ligados a los altos mandos políticos del país, pero era un tema apaciguado, confinado a ciertos rincones de la República. Se conocía el poderío de los narcos, pero su presencia no era tan avasalladora ni tan letal para la población civil como lo fue después de 2006.

    Como decía Andrés Manuel López Obrador, Calderón golpeó el avispero del crimen organizado y, en el proceso, se alió con uno de los cárteles para favorecerlo y despejarle el camino para convertirse en el más importante: el Cártel de Sinaloa.

    Esta alianza no solo está documentada, sino que su principal operador, el hombre encargado de la supuesta lucha contra el narcotráfico, está purgando una condena en Estados Unidos por narcotráfico. Claro, hablamos de Genaro García Luna, el artífice de una estrategia que dejó muerte, corrupción y descomposición institucional a su paso, avalado por Felipe Calderón Hinojosa.

    Resulta irónico que, casi 20 años después de aquel episodio sangriento e histórico, el país aún no se haya recuperado por completo y que quienes originaron esa debacle ahora pretendan construir narrativas para acusar al actual gobierno de vínculos con el crimen organizado.

    Mucho se ha dicho que AMLO recibió del Cártel de Sinaloa dos millones de dólares para su campaña de 2006, en una época en la que el dólar rondaba los 10.90 pesos. Es decir, que de los 899 millones 127 mil 845 pesos que gastó en campaña, suponen que el crimen aportó 20 millones, apenas el 2.22% de todo lo invertido. No tiene congruencia.

    Pero la principal incongruencia en esa narrativa es que, cuando Felipe Calderón se robó la Presidencia, el grupo delictivo más beneficiado por su gobierno fue precisamente el Cártel de Sinaloa.

    La mentira de que los gobiernos morenistas están ligados al crimen organizado se desmoronó aún más este sábado 1 de marzo, cuando se emitió una orden de aprehensión contra Silvano Aureoles, exgobernador de Michoacán, quien tenía hasta un búnker y rutas de escape blindadas en su propia casa.

    Esta noticia no es solo una más sobre políticos de oposición vinculados al crimen organizado. Silvano Aureoles no solo fue gobernador, sino también el principal financiador del medio de comunicación Latinus y, por lo tanto, el patrocinador estrella del “periodista” Carlos Loret de Mola, quien ha dedicado los últimos años de su carrera a fabricar “reportajes” para atacar al gobierno de AMLO y ahora al de la Presidenta Claudia Sheinbaum. Es decir, la oposición que acusa sin pruebas es la que, en los hechos, está hundida en la podredumbre del crimen.

    El discurso de los sectores conservadores es una paradoja en sí mismo: quienes incendiaron el país con su guerra absurda hoy juegan a ser los defensores de la paz. Quienes se beneficiaron de la complicidad con el narco ahora quieren dictar lecciones de moral pública. Quienes usaron el periodismo como herramienta de propaganda y encubrimiento hoy se presentan como adalides de la verdad. No hay mayor cinismo que el de los derrotados aferrados a su propio engaño.