La mañana de este martes 15 de abril, varios medios tradicionales publicaron que la empresa automotriz, Honda, mudaría parte de su producción de autos en México y Canadá a los Estados Unidos, esto ante las amenazas arancelarias de Donald Trump, actual inquilino de La Casa Blanca.
Ante estas falsas afirmaciones que de inmediato alegraron a la derecha mexicana, el Secretario de Economía, Marcelo Ebrad Casaubón, salió a desmentir este nuevo intento de desinformación articulado por los conservadores.
Me preguntan sobre una nota que circula respecto de la empresa automotriz Honda , al respecto les puedo informar que sus directivos en nuestro país nos comparten no hay modificación alguna a sus planes de producción en México. Saludos cordiales .
Desde su cuenta de X, Ebrard Casaubón mencionó que directivos de la empresa japonesa en México, le han confirmado que no hay planes de modificar sus estrategias de producción en nuestro país.
“Me preguntan sobre una nota que circula respecto de la empresa automotriz Honda , al respecto les puedo informar que sus directivos en nuestro país nos comparten no hay modificación alguna a sus planes de producción en México. Saludos cordiales”.
En respuesta a la política arancelaria de Trump, una de las industrias estadounidenses más poderosas se quedaría sin insumos: la armamentista.
Luego de que Trump impusiera a China una tarifa arancelaria de hasta el 145%, Xi Jinping decidió dejar de suministrar Tierras raras a compañías estadounidenses.
Para la industria armamentista, el que se le prive de los elementos químicos que componen a las Tierras raras puede afectar en la fabricación de:
Armas de alta precisión
Sistemas de comunicación y radares
Vehículos militares y drones.
De los 130 millones de toneladas métricas existentes, China posee una tercera parte de las Tierras raras, por lo que es el principal exportador de las mismas.
Estados Unidos adquiere del gobierno de Pekín el 80% de las Tierras raras que también sirven para su industria tecnológica, por lo que su privación puede repercutir gravemente en su economía.
Como parte de los acuerdos de cooperación internacional en materia de justicia, 13 personas mexicanas que cumplían condenas en Estados Unidos fueron trasladadas a México para continuar su sentencia en territorio nacional, confirmó este lunes la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Según lo informado por la dependencia federal, los connacionales fueron entregados a las autoridades mexicanas en la garita internacional de Santa Teresa, en El Paso, Texas, frontera con Ciudad Juárez, Chihuahua. Ahí estuvieron presentes representantes del Consulado General de México en El Paso, de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), así como de la Fiscalía General de la República (FGR) y el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Reinserción Social.
Tras el procedimiento de entrega, los sentenciados fueron trasladados a bordo de una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana hasta el Centro Federal de Reinserción Social (CEFERESO) No. 4 “Noroeste”, ubicado en Tepic, Nayarit.
El operativo de ingreso contó con el resguardo de personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional (GN) y del Servicio de Protección Federal (SPF), según detalló la SSPC, en cumplimiento de los protocolos de seguridad y derechos humanos establecidos por las autoridades mexicanas.
Este traslado representa el movimiento número 184 de personas sentenciadas desde EE.UU. hacia México, bajo el Tratado Internacional de Transferencia de Personas Condenadas, vigente entre ambos países.
El colectivo internacional de la CELAC Social alzó la voz este lunes para denunciar lo que calificó como un grave atentado contra la voluntad popular en Ecuador, tras las más recientes elecciones presidenciales. A través de un comunicado, advirtió que en dicho país se consolidó un montaje sistemático con múltiples irregularidades y un uso arbitrario del aparato estatal, con el objetivo de imponer por la fuerza al conservador Daniel Noboa, a quien acusan de encabezar un proyecto que carece de legitimidad democrática.
De acuerdo con la CELAC Social, lo sucedido en Ecuador representa una “burla a los principios más elementales de la soberanía popular”, marcada por el uso clientelar de recursos públicos, exclusión de veedurías internacionales, y la suspensión del voto en el exterior. El comunicado acusa que se trató de una operación cuidadosamente planificada, que aprovechó la maquinaria estatal para allanar el camino a un gobierno que, lejos de responder a las mayorías, atiende intereses económicos y foráneos.
El colectivo alertó que la imposición del nuevo régimen se ha sostenido mediante represión selectiva, sobre todo en territorios históricamente combativos. “Lo que demuestra que este gobierno no busca respaldo en el pueblo, sino en la represión”, denuncian.
“Con el autoritarismo no se transa, se confronta. Con los pueblos, siempre”, afirma el documento, que hace un llamado urgente a la organización y movilización popular en defensa de la democracia y contra los abusos del régimen de Noboa.
Finalmente, la CELAC Social subrayó que se mantiene “en pie de lucha, del lado de la dignidad, la democracia y la soberanía de los pueblos”
En una nueva escalada de la guerra comercial, el Gobierno de China anunció este viernes un aumento de aranceles a productos estadounidenses hasta un 125 por ciento, como respuesta directa a las medidas proteccionistas impuestas por la administración del presidente Donald Trump.
Mediante un comunicado oficial, la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado de China acusó a Washington de aplicar tarifas “anormalmente altas” que “violan gravemente las normas comerciales internacionales, las leyes económicas básicas y el sentido común”. El nuevo paquete arancelario entrará en vigor a partir de este sábado.
Además, el gobierno chino advirtió que, con ese nivel de tarifas, los productos estadounidenses “ya no tienen posibilidad de aceptación en el mercado chino” y que, de continuar con nuevas rondas de sanciones económicas, Pekín “los ignorará”.
Como parte de su ofensiva diplomática, China presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), impugnando la legalidad de las tarifas anunciadas por Estados Unidos. Esta acción se produce en un contexto de crecientes tensiones económicas que han comenzado a repercutir en los mercados financieros internacionales.
Las consecuencias del conflicto comercial no tardaron en sentirse. El dólar estadounidense alcanzó su nivel más bajo en más de tres años frente al euro, arrastrado por el nerviosismo global sobre las implicaciones económicas de estas decisiones. Por su parte, las principales bolsas europeas registraban caídas a media jornada, mientras que en Asia, el índice Nikkei de Tokio cerró la semana con una baja del 2.95 por ciento.
En una nueva escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la Casa Blanca oficializó este jueves el decreto que eleva hasta el 145 por ciento los aranceles aplicables a productos de origen chino. La medida surge tras el anuncio del presidente Donald Trump de imponer un incremento adicional del 125 por ciento, en represalia a las tarifas que Pekín aprobó días antes.
De acuerdo con el documento difundido por el gobierno estadounidense, los nuevos gravámenes se suman al 20 por ciento vigente desde marzo, implementado como parte de la estrategia contra el tráfico de fentanilo. Además, se aclara que estas medidas se adicionan a los impuestos ya existentes desde antes del regreso de Trump a la Casa Blanca, en enero de este año.
El decreto también incluye una suspensión temporal de algunas tarifas impuestas a otros países, aunque se mantendrá firme la ofensiva comercial contra China, principal objetivo de la actual política exterior económica estadounidense.
Frente a esta decisión, el gobierno chino anunció su respuesta: reducirá las importaciones de películas estadounidenses, una medida simbólica pero con alto contenido político. La Administración Nacional de Cine de China declaró que esta decisión responde a la necesidad de “seguir las reglas del mercado” y respetar “las elecciones del público”, en un contexto de creciente producción y consumo local.
“Seguiremos las reglas del mercado, respetaremos las elecciones del público y reduciremos de forma moderada el número de películas estadounidenses importadas”, publicó el organismo en su sitio web oficial.
Según el analista Chris Fenton, autor del libro Feeding the Dragon, esta es una respuesta contundente con mínimas consecuencias negativas para China. “Es una forma muy notoria de hacer una declaración de represalia con casi cero desventajas para China”, comentó.
A pesar de ser el segundo mercado cinematográfico más grande del mundo, las películas de Hollywood apenas representan el 5 por ciento de la taquilla total en China, donde los títulos nacionales han ido ganando terreno desde hace una década. Aun así, los ingresos que regresan a los estudios estadounidenses son mínimos, ya que el país asiático aplica una tasa impositiva del 50 por ciento a ese contenido y solamente retorna el 25 por ciento de los ingresos a los productores en Estados Unidos.
Históricamente, desde 1994, China había mantenido un acuerdo para importar 10 películas estadounidenses por año, muchas de ellas convertidas en éxitos de taquilla como Titanic y Avatar, contribuyendo al posicionamiento global de actores como Leonardo DiCaprio o directores como James Cameron.
No obstante, desde 2020 las producciones locales han representado cerca del 80 por ciento de los ingresos anuales de taquilla, reflejo de un cambio profundo en las preferencias del público y en el fortalecimiento de la industria cinematográfica nacional.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la elevación inmediata de los aranceles a productos chinos hasta alcanzar un 125 por ciento, en respuesta a la última decisión del gobierno de Beijing de incrementar sus propios gravámenes a las exportaciones estadounidenses hasta en 84 por ciento.
Desde su red social Truth Social, el mandatario estadounidense justificó la medida señalando que se trata de una reacción ante la falta de respeto de China a las reglas del comercio internacional. “Basándome en la falta de respeto que China ha mostrado a los mercados mundiales, elevó el arancel cobrado a China por los Estados Unidos de América al 125%, con efecto inmediato”, escribió el jefe de la Casa Blanca.
Trump añadió que espera una eventual rectificación por parte de Beijing. “En algún momento, esperemos que en un futuro próximo, China se dará cuenta de que los días de estafar a Estados Unidos y otros países, ya no es sostenible o aceptable”, apuntó.
La escalada arancelaria se da justo después de que entrara en vigor una nueva serie de gravámenes por parte del gobierno estadounidense, que impactan a casi 60 países. A pesar de que se concedió una prórroga de 90 días a varios de estos países, China fue excluida de dicha excepción.
En respuesta, el Ministerio de Comercio de China expresó su inconformidad, advirtiendo que las decisiones de Washington vulneran de forma grave sus intereses legítimos. “La escalada arancelaria contra China por parte de Estados Unidos acumula errores encima de errores e infringe gravemente los derechos e intereses legítimos de China”, sentenció la dependencia. Aun así, el gobierno chino dejó abierta la posibilidad de establecer un canal de diálogo en términos de igualdad y beneficio mutuo.
En paralelo, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, advirtió desde Panamá que China representa una amenaza directa para la estabilidad regional, y llamó a los países aliados a adoptar una estrategia de “disuasión robusta” para prevenir un eventual conflicto.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, también elevó el tono al señalar que si China decide tomar más represalias, Estados Unidos tiene aún margen para aumentar los aranceles. En una declaración conjunta con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, Bessent advirtió a las naciones europeas sobre los riesgos de alinearse con el gobierno de Xi Jinping. “Sería como cavar su propia tumba”, sostuvo, haciendo referencia a las prácticas de dumping por parte de la potencia asiática.
Desde Naciones Unidas, el secretario general António Guterres manifestó su preocupación por el impacto que esta guerra comercial pueda tener sobre los países más vulnerables. “Estoy particularmente preocupado por los países en desarrollo más vulnerables, cuyos impactos serán más devastadores”, declaró.
En una nueva escalada en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, el presidente Donald Trump ordenó este martes la aplicación de aranceles de hasta el 104 por ciento a las exportaciones procedentes del país asiático, según informó la Casa Blanca a la cadena Fox Business.
La medida se da como respuesta a las contramedidas impuestas por China la semana pasada, luego de que el gobierno estadounidense implementara graves aumentos tarifarios bajo el argumento de proteger la economía nacional. Trump había advertido que, si Pekín no retiraba el arancel del 34 por ciento antes del mediodía del martes, su gobierno procedería con un incremento adicional del 50 por ciento, elevando así los impuestos hasta más del doble.
De acuerdo con Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, los nuevos aranceles entrarán en vigor un minuto después de la medianoche de este martes, tiempo del Este de Estados Unidos.
Más temprano, el presidente estadounidense había afirmado que China, al igual que otras naciones como Corea del Sur, “quiere desesperadamente un acuerdo arancelario, pero no sabe cómo iniciarlo”. En ese sentido, expresó que la Casa Blanca “espera la llamada” de su homólogo Xi Jinping, dando a entender que la puerta a las negociaciones no está cerrada.
Trump también reveló que sostuvo una llamada con el presidente interino de Corea del Sur, Han Duck-soo, en la que discutieron las recientes medidas arancelarias adoptadas por su administración y las posibles rutas de cooperación entre ambos países.
Respuesta inmediata de Beijing
El gobierno chino calificó las acciones del mandatario estadounidense como un acto de “chantaje”, y expresó su “firme condena” a la nueva ronda de tarifas impuestas por Estados Unidos. Como respuesta, China había anunciado el pasado viernes una serie de contramedidas, entre las que se incluyen:
Aranceles del 34 por ciento a importaciones estadounidenses
Sanciones a empresas de Estados Unidos
Restricciones a la exportación de tierras raras
Suspensión de importaciones de productos de pollo y sorgo
Apertura de investigaciones antimonopolio y antidumping
Además, el gobierno chino presentó una demanda formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) utilizando el mecanismo de solución de controversias, al considerar que la política comercial adoptada por Estados Unidos contraviene los acuerdos internacionales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este lunes una nueva amenaza al gobierno de la República Popular China, al señalar que impondrá aranceles adicionales del 50 por ciento a las importaciones chinas si Pekín no revierte el aumento del 34 por ciento que aplicó como medida de represalia a las sanciones comerciales anunciadas por Washington el pasado 2 de abril.
A través de la red social Truth Social, Trump declaró: “Si China no retira su aumento del 34 por ciento sobre sus abusos comerciales a largo plazo antes de mañana, 8 de abril de 2025, Estados Unidos impondrá aranceles adicionales del 50 por ciento a China, a partir del 9 de abril”.
La decisión surge tras la respuesta del Ministerio de Finanzas chino, que el viernes pasado anunció la entrada en vigor de un nuevo paquete arancelario del 34 por ciento a productos de origen estadounidense, como reacción a las políticas proteccionistas impuestas por Trump el miércoles anterior, fecha que el inquilino de La Casa Blanca denominó como “Día de la Liberación” en materia comercial.
Trump también advirtió que se suspenderán todas las conversaciones con el gobierno de China sobre reuniones previamente solicitadas, mientras que las negociaciones con otros países se reanudarán de inmediato. La medida endurece aún más el tono de la política comercial estadounidense y acentúa el riesgo de una guerra comercial de gran escala, con posibles efectos globales.
“A pesar de mi advertencia de que cualquier país que tome represalias contra Estados Unidos imponiendo aranceles adicionales, además de los ya abusos arancelarios existentes contra nuestra nación, se enfrentará de inmediato a nuevos aranceles sustancialmente más altos (…), China impuso un aumento del 34 por ciento”, recordó el magnate.
El Ministerio de Finanzas de China calificó las acciones de Washington como una práctica típica de intimidación unilateral y acusó a Estados Unidos de violentar las normas del comercio internacional, además de afectar tanto a la economía estadounidense como al desarrollo económico global.
“Estas medidas socavan gravemente los derechos e intereses legítimos de China y ponen en peligro la estabilidad de la cadena de suministro mundial”, señaló el gobierno chino en su postura oficial.“China jugó mal, entraron en pánico. ¡Lo único que no pueden permitirse!”, finalizó el estadounidense.
Este viernes, los mercados financieros globales registraron una nueva jornada de pérdidas generalizadas ante el recrudecimiento de la disputa comercial entre Estados Unidos y China, luego de que el gobierno chino anunciara nuevos aranceles del 34 por ciento en represalia a las medidas impuestas por el presidente estadounidense Donald Trump.
La reacción en las bolsas fue inmediata. El índice Nasdaq Composite caía 604.27 puntos, equivalente al 3.59 por ciento, ubicándose en 15 mil 954.66 unidades. El Promedio Industrial Dow Jones retrocedía mil 230.72 puntos, un 3.04 por ciento, hasta 39 mil 315.21 unidades. El S&P 500, por su parte, bajaba 190.89 puntos, es decir, 3.54 por ciento, situándose en 5 mil 205.34 unidades. El índice financiero S&P 500 también reportaba una caída de 5.1 por ciento.
El panorama se tornó aún más pesimista tras confirmarse que los aranceles de Trump incluyen un gravamen general del 10 por ciento a la mayoría de las importaciones y recargos significativamente mayores para decenas de países, configurando así el mayor cierre comercial impuesto por Estados Unidos en más de un siglo.
Los efectos se sintieron también en los mercados europeos y asiáticos. El índice de acciones mundiales de MSCI descendía 30.8 puntos, equivalente al 3.81 por ciento, hasta las 776.84 unidades, mientras que el índice paneuropeo STOXX 600 se hundía 5.2 por ciento. En Asia, el Nikkei 225 de Japón cerró con una caída del 2.8 por ciento.
El temor a una recesión global provocó una oleada de ventas en los mercados energéticos. El crudo perdía 8 por ciento, mientras que los inversionistas buscaban refugio en los bonos del Tesoro de Estados Unidos. El rendimiento de los bonos a 10 años bajaba 12.2 puntos básicos hasta situarse en 3.933 por ciento, tras haber tocado un mínimo de seis meses de 3.86 por ciento.
Empresas tecnológicas con alta exposición a China, como Apple, Nvidia y Amazon, registraban importantes caídas bursátiles. También se vieron afectadas las acciones bancarias, ante el temor creciente de una contracción global.
El anuncio del gobierno chino, que impone nuevos gravámenes a los productos estadounidenses, fue interpretado por los analistas como una señal de que se ha desatado una guerra comercial total. El analista Rick Meckler, de Cherry Lane Investments, señaló: “Cumple los peores temores de hacia dónde se dirigía el programa arancelario. Para los inversores que estaban seguros de que se trataba sólo de una negociación –aunque aún podría ser cierto– se está volviendo cada vez peor según se profundiza y es más peligroso para las empresas”.
Un informe laboral de Estados Unidos, que mostró un crecimiento de 228 mil empleos en marzo, no logró revertir el ánimo negativo de los mercados. El dólar recuperaba terreno frente al euro y recortaba pérdidas frente al yen, con el índice dólar subiendo 0.5 por ciento, tras haber registrado el jueves su peor caída desde noviembre de 2022. El euro bajaba a 1.0998 dólares, mientras que el dólar se debilitaba a 145.47 unidades frente al yen japonés.