En un contexto marcado por tensiones comerciales, Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, anunció que le informan desde Washington que el país no estará sujeto a los nuevos aranceles recíprocos del 10% anunciados el día de hoy por Estados Unidos. Este anuncio se produce en medio de una guerra arancelaria que ha generado incertidumbre en los mercados internacionales.
Ebrard destacó la importancia de la relación comercial entre ambas naciones y reafirmó el compromiso de México con un diálogo constructivo para evitar represalias económicas. La exención de estos aranceles representa una victoria para el gobierno mexicano en la búsqueda de mantener una relación comercial fluida con su vecino del norte.
En una nueva escalada en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, el presidente Donald Trump ordenó este martes la aplicación de aranceles de hasta el 104 por ciento a las exportaciones procedentes del país asiático, según informó la Casa Blanca a la cadena Fox Business.
La medida se da como respuesta a las contramedidas impuestas por China la semana pasada, luego de que el gobierno estadounidense implementara graves aumentos tarifarios bajo el argumento de proteger la economía nacional. Trump había advertido que, si Pekín no retiraba el arancel del 34 por ciento antes del mediodía del martes, su gobierno procedería con un incremento adicional del 50 por ciento, elevando así los impuestos hasta más del doble.
De acuerdo con Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, los nuevos aranceles entrarán en vigor un minuto después de la medianoche de este martes, tiempo del Este de Estados Unidos.
Más temprano, el presidente estadounidense había afirmado que China, al igual que otras naciones como Corea del Sur, “quiere desesperadamente un acuerdo arancelario, pero no sabe cómo iniciarlo”. En ese sentido, expresó que la Casa Blanca “espera la llamada” de su homólogo Xi Jinping, dando a entender que la puerta a las negociaciones no está cerrada.
Trump también reveló que sostuvo una llamada con el presidente interino de Corea del Sur, Han Duck-soo, en la que discutieron las recientes medidas arancelarias adoptadas por su administración y las posibles rutas de cooperación entre ambos países.
Respuesta inmediata de Beijing
El gobierno chino calificó las acciones del mandatario estadounidense como un acto de “chantaje”, y expresó su “firme condena” a la nueva ronda de tarifas impuestas por Estados Unidos. Como respuesta, China había anunciado el pasado viernes una serie de contramedidas, entre las que se incluyen:
Aranceles del 34 por ciento a importaciones estadounidenses
Sanciones a empresas de Estados Unidos
Restricciones a la exportación de tierras raras
Suspensión de importaciones de productos de pollo y sorgo
Apertura de investigaciones antimonopolio y antidumping
Además, el gobierno chino presentó una demanda formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) utilizando el mecanismo de solución de controversias, al considerar que la política comercial adoptada por Estados Unidos contraviene los acuerdos internacionales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este lunes una nueva amenaza al gobierno de la República Popular China, al señalar que impondrá aranceles adicionales del 50 por ciento a las importaciones chinas si Pekín no revierte el aumento del 34 por ciento que aplicó como medida de represalia a las sanciones comerciales anunciadas por Washington el pasado 2 de abril.
A través de la red social Truth Social, Trump declaró: “Si China no retira su aumento del 34 por ciento sobre sus abusos comerciales a largo plazo antes de mañana, 8 de abril de 2025, Estados Unidos impondrá aranceles adicionales del 50 por ciento a China, a partir del 9 de abril”.
La decisión surge tras la respuesta del Ministerio de Finanzas chino, que el viernes pasado anunció la entrada en vigor de un nuevo paquete arancelario del 34 por ciento a productos de origen estadounidense, como reacción a las políticas proteccionistas impuestas por Trump el miércoles anterior, fecha que el inquilino de La Casa Blanca denominó como “Día de la Liberación” en materia comercial.
Trump también advirtió que se suspenderán todas las conversaciones con el gobierno de China sobre reuniones previamente solicitadas, mientras que las negociaciones con otros países se reanudarán de inmediato. La medida endurece aún más el tono de la política comercial estadounidense y acentúa el riesgo de una guerra comercial de gran escala, con posibles efectos globales.
“A pesar de mi advertencia de que cualquier país que tome represalias contra Estados Unidos imponiendo aranceles adicionales, además de los ya abusos arancelarios existentes contra nuestra nación, se enfrentará de inmediato a nuevos aranceles sustancialmente más altos (…), China impuso un aumento del 34 por ciento”, recordó el magnate.
El Ministerio de Finanzas de China calificó las acciones de Washington como una práctica típica de intimidación unilateral y acusó a Estados Unidos de violentar las normas del comercio internacional, además de afectar tanto a la economía estadounidense como al desarrollo económico global.
“Estas medidas socavan gravemente los derechos e intereses legítimos de China y ponen en peligro la estabilidad de la cadena de suministro mundial”, señaló el gobierno chino en su postura oficial.“China jugó mal, entraron en pánico. ¡Lo único que no pueden permitirse!”, finalizó el estadounidense.
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China volvieron a estallar tras el colapso de las negociaciones entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y la empresa china ByteDance, propietaria de TikTok. La ruptura del intento de acuerdo para evitar la prohibición de la aplicación en suelo estadounidense ocurrió luego de que el gobierno chino no diera su aprobación final, en respuesta al nuevo paquete de aranceles impuesto por Washington.
Desde hace meses, TikTok ha sido el centro de una disputa entre los gobiernos de ambas potencias. En abril de 2024, el entonces presidente Joe Biden firmó una ley que obligaba a ByteDance a vender sus operaciones en EE.UU. en un plazo de 270 días, bajo el argumento de proteger la seguridad nacional. Trump, quien retomó el poder en enero de este año, heredó ese mandato y buscó concretar un acuerdo antes del 5 de abril.
La propuesta más avanzada contemplaba la creación de una nueva entidad con sede en Estados Unidos, mayoritariamente controlada por inversionistas norteamericanos, mientras que ByteDance mantendría una participación menor al 20 %. Trump incluso estaba listo para firmar una orden ejecutiva que diera 120 días adicionales para cerrar la transacción. Sin embargo, el consenso se desmoronó a último momento.
El principal obstáculo fue la negativa del gobierno chino a aprobar el acuerdo. De acuerdo con información de Bloomberg, Beijing reaccionó con molestia ante la imposición de nuevos aranceles por parte de Trump, quien aumentó las tasas a productos chinos hasta un 54 %. En respuesta, el vocero de la Cancillería china, Lin Jian, declaró que estas medidas “solo causarán agitación e inestabilidad”.
El fracaso en las negociaciones también impactó en los mercados financieros. Wall Street vivió este viernes su peor jornada desde la crisis del covid-19 en 2020, con caídas generalizadas atribuidas a la incertidumbre comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Por ahora, Trump ha extendido el plazo original de desinversión en 75 días más, buscando ganar tiempo para que las partes lleguen a un acuerdo. ByteDance confirmó que las conversaciones continúan, aunque advirtió que hay “asuntos clave por resolver” y que cualquier decisión debe cumplir con las leyes chinas, que limitan la exportación de algoritmos.
En medio de este escenario tenso y cambiante, el futuro de TikTok en Estados Unidos permanece incierto. La aplicación, usada por más de 170 millones de estadounidenses, se ha convertido en un punto de fricción geopolítica que podría redefinir el rumbo del comercio digital global.
En una medida que intensifica su política proteccionista, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el 2 de abril una orden ejecutiva que impone aranceles recíprocos a “todo el mundo”, excluyendo sorpresivamente a México y Canadá, los principales socios comerciales de EE.UU. en América del Norte.
La medida más inmediata incluye un arancel del 25% a todos los automóviles fabricados en el extranjero, que entrará en vigor a partir de la medianoche. Trump enfatizó que estas acciones afectarán a países amigos y enemigos por igual.
“Hemos estado pagando los déficits con Canadá y México, pero esto se acabó”, sentenció Trump, reafirmando su compromiso de proteger la industria estadounidense.
Condiciones arancelarias del T-MEC: ventajas para productos calificados y desafíos para los no calificados
En el marco del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), los productos que cumplen con los requisitos de origen pueden ingresar al mercado estadounidense con términos preferenciales. Sin embargo, las mercancías de Canadá y México que no califican bajo el T-MEC enfrentan un arancel adicional del 25%. Por otro lado, la energía y recursos energéticos, así como la potasa importada de Canadá que no cumplan con los requisitos, están sujetas a un arancel adicional de menos del 10%.
Con estas acciones, la administración Trump busca no solo proteger el empleo local, sino también reestructurar las relaciones comerciales en un entorno cada vez más competitivo.
En un discurso desde La Casa Blanca con motivo del llamado “Día de la Liberación”, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló una tabla con los países a los que se aplicarán nuevos aranceles, como parte de su renovada política proteccionista. La lista, presentada como respaldo a su estrategia de tarifas recíprocas, sorprendió al excluir a México y Canadá, los principales socios comerciales de EE.UU. en América del Norte, y colocar a China en el primer lugar.
“Si quieren que sus aranceles sean de cero, no tendrían por qué tener sus plantas en Estados Unidos”, advirtió Trump, al justificar su decisión de presionar con más dureza a países que, según él, han aprovechado el comercio internacional para debilitar la industria estadounidense.
En el caso de China, el habitante de La Casa Blanca aseguró que: “China nos cobra un arancel del 67%, nosotros a ellos el 34%, un poco menos. Espero que no se enfade nadie”.
La medida más inmediata será la imposición, a partir de esta medianoche, de un arancel del 25% a todos los automóviles fabricados en el extranjero, como parte de una estrategia para proteger la industria automotriz nacional. Trump reiteró que estas acciones aplicarán contra países amigos y enemigos, sin excepción.
“Muchos líderes extranjeros han robado nuestros trabajos, engañado a nuestra gente y destruido fábricas, acabando con el sueño americano que tanto hemos valorado durante décadas”, declaró el magnate al firmar la orden ejecutiva que formaliza esta política de aranceles espejo.
Entre los casos que usó como ejemplo, denunció que Vietnam e India imponen entre el 60% y el 70% de aranceles a motocicletas estadounidenses, mientras EE.UU. solo cobra un 2.5% a esos países. “Estamos hablando de cifras colosales”, sostuvo.
Respecto a sus vecinos del norte y sur, Trump no los incluyó en la primera tabla de países objetivo, pero sí lanzó fuertes críticas. Señaló que Canadá impone aranceles de hasta 300% a productos lácteos estadounidenses, lo que consideró injusto. “Imaginen lo que podríamos vender en ese país si hubiera trato justo”, expresó. En el caso de México, Trump aseguró que los subsidios comerciales ascienden a 300 mil millones de dólares al año.
“Estamos respondiendo a una guerra comercial que no tuvo miramientos con nuestra nación. Hemos estado pagando los déficits con Canadá y México, pero esto se acabó”, remató Trump.
La Unión Europea (UE) advirtió que responderá dsi Estados Unidos decide imponer nuevos aranceles a sus exportaciones. En un comunicado emitido este lunes, la Comisión Europea (CE) calificó de “injustificadas” las posibles medidas anunciadas por el expresidente Donald Trump y aseguró que tomará medidas para proteger a sus 27 Estados miembros.
Desde Bruselas señalaron que aún no han recibido una notificación oficial sobre estos aranceles, por lo que no detallaron qué acciones tomarán. Sin embargo, insistieron en que la imposición de barreras comerciales perjudicaría tanto a la economía europea como a la estadounidense, afectando cadenas de suministro consolidadas a lo largo de los años.
“Si imponen aranceles, responderemos. Ya lo hicimos antes y lo haremos otra vez”, afirmó Barrot en declaraciones a la cadena TF1. No obstante, advirtió que una escalada en las tensiones comerciales no beneficiaría a ninguna de las partes.
Alemania también se prepara para reaccionar
El gobierno alemán se sumó a las advertencias. Durante un evento político en Berlín, el canciller Olaf Scholz enfatizó que cualquier acción comercial restrictiva por parte de Estados Unidos traerá consigo una respuesta proporcional de la UE. “Quien imponga aranceles debe estar preparado para recibir contraaranceles”, afirmó Scholz, en un mensaje que dejó clara la postura alemana ante una posible guerra comercial.
La situación recuerda las tensiones comerciales que surgieron en 2018, cuando la administración Trump estableció aranceles del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio. En ese momento, la UE reaccionó con medidas de represalia que afectaron productos emblemáticos de Estados Unidos, como el bourbon y las motocicletas Harley Davidson.
Aunque en 2021, bajo la administración de Joe Biden, ambas partes acordaron suspender esos aranceles, el posible regreso de Trump al poder genera incertidumbre sobre el futuro de las relaciones comerciales entre ambas potencias. La UE espera aclaraciones oficiales antes de tomar una decisión definitiva, pero el mensaje de Bruselas es contundente: cualquier acción que afecte a la economía europea tendrá una respuesta equivalente.
El Gobierno de China ha expresado su rechazo a las recientes tarifas impuestas por Estados Unidos sobre el acero y el aluminio, calificándolas como una medida proteccionista sin futuro. En una conferencia de prensa, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Guo Jiakun, enfatizó que los conflictos comerciales no generan beneficios para ninguna de las partes y advirtió sobre las consecuencias de politizar las relaciones económicas y tecnológicas.
Pekín ha reafirmado su compromiso con un mercado abierto y accesible para empresas extranjeras, aunque la decisión de Washington de aumentar los aranceles ha generado preocupación en el gigante asiático. Como mayor exportador mundial de acero, con más de 100 millones de toneladas producidas en 2024, China percibe estas restricciones como una amenaza a su estabilidad económica, aun cuando Estados Unidos no sea su principal comprador.
En respuesta, China ha aplicado aranceles de represalia sobre productos estadounidenses por un valor estimado en 14.000 millones de dólares. Estas tarifas, que entraron en vigor esta semana, afectan exportaciones clave como gas natural licuado, petróleo crudo, carbón, maquinaria agrícola y algunos automóviles, con gravámenes de entre el 10 % y el 15 %.
Además de las sanciones comerciales, China ha tomado otras medidas contra compañías estadounidenses. Se ha iniciado una investigación antimonopolio contra Google y la firma biotecnológica Illumina, mientras que marcas de ropa como Calvin Klein y Tommy Hilfiger han sido incluidas en una lista de entidades restringidas. Asimismo, el gobierno chino ha limitado la exportación de cinco metales estratégicos utilizados en sectores como la defensa, la tecnología de energía renovable y la fabricación de baterías para vehículos eléctricos.
Pekín ha decidido elevar el conflicto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que sus contramedidas están diseñadas para proteger su seguridad e intereses nacionales. Al mismo tiempo, ha reiterado que su objetivo es mantener relaciones comerciales basadas en acuerdos internacionales, rechazando cualquier intento de imponer restricciones unilaterales que puedan afectar el comercio global.