Estados Unidos vendió rifles a una unidad policial brasileña involucrada en una operación que dejó más de 120 muertos, generando un fuerte rechazo de organismos de derechos humanos.
El Gobierno de Estados Unidos autorizó en 2024 la venta de rifles de francotirador a un grupo policial brasileño llamado Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE). Esta unidad tuvo un papel clave en una reciente operación en Río de Janeiro que resultó en más de 120 muertes, provocando el rechazo de organizaciones de derechos humanos tanto en Brasil como a nivel internacional.
Volker Turk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, afirmó que “las violaciones no pueden quedar impunes”. Organismos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch calificaron la operación de “masacre”.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva expresó su “horror” ante los sucesos, según informó su ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski. El operativo generó temores sobre el uso de las armas en ejecuciones extrajudiciales. Diplomáticos estadounidenses, incluida la embajadora Elizabeth Bagley, se manifestaron en contra de la venta, enfatizando que el BOPE tiene un historial problemático en cuanto a asesinatos de civiles.
El BOPE adquirió 20 rifles fabricados por la empresa Daniel Defense LLC, ubicada en Georgia. Esta transacción, valorada en aproximadamente 150,000 dólares, se firmó en mayo de 2023, aunque las armas llegaron a Brasil en 2024. A pesar de su historial letal, el BOPE ha importado al menos 800 fusiles estadounidenses en el pasado.
Este tipo de transacciones suelen ser aprobadas por consideraciones de seguridad. Se argumenta que si el BOPE no obtiene armas en Estados Unidos, buscarán en otros países. Además, el BOPE es responsable de la protección del consulado estadounidense en Río de Janeiro.
A pesar de su reputación, el BOPE mantiene cierto apoyo entre los residentes de Río, quienes se sienten frustrados por la violencia en la ciudad. Una reciente encuesta mostró que el 55% de los brasileños apoya la operación policial, y este apoyo asciende al 62% entre los habitantes de Río.
No obstante, las críticas hacia el BOPE continúan, especialmente por su historial de abusos contra los derechos humanos. En un incidente trágico en 2022, la policía estuvo involucrada en 23 asesinatos. La situación sigue siendo complicada y polarizadora en una Brasil que lucha con la violencia y la búsqueda de justicia.

