El sobreviviente de la masacre de Tlatelolco, Pedro Medina, pone en su lugar al conservador historiador, Enrique Krauze, quien se atrevió a comparar la falsa marcha a la que convocó la “sociedad civil”, este pasado 18 de febrero, con la movilización estudiantil de 1968.
A través de un video difundido en redes sociales, Pedro Medina señaló que la comparación hecha por Krauze es una ofensa y deshonra a la memoria de los estudiantes, obreros y mexicanos que perdieron la vida en la brutal masacre del 1968.
Señor Krauze usted ofende y deshonra la memoria de estudiantes, obreros y personas mayores que murieron en la masacre de Tlatelolco al decir que su manifestación del pasado domingo (18 de febrero) es semejante a la del 2 de octubre 1968.
Sostuvo Pedro Medina.
📹 #Vídeo | "Usted ofende y deshonra la memoria de estudiantes, obreros y personas mayores que murieron en la masacre de #Tlatelolco": Pedro Medina, sobreviviente de la masacre del 68, le responde a Enrique Krauze (@EnriqueKrauze). pic.twitter.com/TiRs8e6alN
Medina explicó que el movimiento encabezado por estudiantes si fue reprimido por un gobierno autoritario y represor, que las movilizaciones fueron disuletas con toletasos de los granaderos. Además que en la Plaza de las Tres Culturas la concentración fue atacada con balas y bayonetas del ejército.
A ustedes no los desalojaron del Zócalo con tanquetas como si lo hizo el ejército en 1968. En aquel año no podrían hablar mal del gobierno por el que lo hacía se lo llevaban a los separos de Tlaxcoaque o al Campo Militar, donde eran torturados o desaparecidos.
Relata Medina.
Asimismo, expresó su agradecimiento de poder ver la transformación que vive México y lamentó que muchos mexicanos lucharon no lo hayan podido ver. Además, señaló que, tras la masacre de 1968, los mexicanos padecieron la represión de los siguientes gobiernos hasta el triunfo de López Obrador, que es cuando comenzó el cambio.
El 2 de octubre de 1968, en la Ciudad de México se suscitó la más terrible matanza ocurrida en Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas, provocando la muerte de más de 300 personas por parte del Ejército y por órdenes del expresidente Gustavo Díaz Ordaz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) (1964-1970).
Cronología
El 22 y 23 de julio de 1968 ocurrieron una serie de enfrentamientos entre alumnos de las Vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por lo que el cuerpo policíaco de granaderos entra y disuelve a la turba, deteniendo a varios estudiantes y entrando a las instalaciones de dicha vocacional.
Por lo anterior, entre el 26 al 29 de julio de 1968, varias escuelas inician un paro de labores, los granaderos y el ejército entran a varias de las escuelas. A las protestas se sumó Javier Barros Sierra, entonces rector de la UNAM, para exigir la desaparición del cuerpo de granaderos, la destitución de los jefes policiacos y el deslinde de responsabilidades en las protestas universitarias, así como pedir la retirada de los elementos policiacos de todos sus planteles.
También, Barros Sierra en Ciudad Universitaria, condenaría públicamente los hechos, izando la bandera mexicana a media asta y con un emotivo discurso se pronunciaría a favor de la autonomía universitaria y exigiría la libertad de los presos políticos, refiriéndose a los estudiantes detenidos de la Prepa 1.
Fue hasta el 1 de octubre de 1968, el ejército se retiró de la UNAM y el IPN.
2 de Octubre de 1968
Un día después, el 2 de octubre de 1968, miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco para asistir a un mitin convocado por el Consejo Nacional de Huelga (CNH), del Casco de Santo Tomás del IPN, plantel que seguía tomado por el Ejército; pero este evento se canceló luego de que Luis González de Alba, Gilberto Guevara Niebla y Anselmo Muñoz, miembros del CNH, se reunieron con el gobierno para negociar el cese de las movilizaciones estudiantiles. Sin embargo miles de estudiantes comenzaron a llegar a Tlatelolco, donde varios de ellos tomaron la palabra para manifestar sus opiniones por alrededor de dos horas.
Por su parte, miembros del Batallón Olimpia, cuyos integrantes iban vestidos de civiles con un pañuelo o guante blanco en la mano izquierda, se infiltraban en la manifestación hasta llegar al tercer piso del edificio Chihuahua donde se encontraban los oradores del movimiento y varios periodistas.
A mitad de las discusiones, un helicóptero del Ejército lanzó una bengala verde y otra roja, en señal para comenzar la masacre contra estudiantes, niños, madres y vendedores que se encontraban en la zona. Todo bajo órdenes de Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del extinto Estado Mayor Presidencial (EMP) y de Marcelino Barragán, quien comandaba al Batallón Olimpia, un grupo paramilitar creado especialmente para reprimir y vigilar a los estudiantes.
Tras dos horas de masacre, los elementos del Ejército detuvieron a varios líderes del movimiento estudiantil y los llevaron al Campo Militar Número 1, donde los mantuvieron encarcelados mientras fueron golpeados.
Los sobrevivientes que lograron salir del lugar, pudieron ser atendidos en instituciones como la Cruz Roja y los hospitales Rubén Leñero y Balbuena, de acuerdo con la versión de la UNAM.
Posteriormente, los militares y unidades comandados por el general Crisóforo Masón Pineda, salen de la Plaza de Tlatelolco.
Gustavo Díaz Ordaz
El entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordazdefendió su decisión de reprimir a los estudiantes al decir que estos representaban un grupo de agitación y atentaban contra el orden público, salvaguardando la imagen del país ante la comunidad internacional durante los Juegos Olímpicos.
Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional, sostuvo que el Ejército intervino en Tlatelolco a petición de la policía, para sofocar un tiroteo entre dos grupos de estudiantes, quienes iban armados con metralletas.
Juegos Olímpicos de 1968
En la inauguración de los Juegos Olímpicos el sábado 12 de octubre de 1968, el expresidente Díaz Ordaz fue abucheado , un grupo de manifestantes que se encontraban en el estadio Olímpico Universitario lanzó sobre el palco presidencial un papalote de color negro como forma de protesta y repudio por la matanza estudiantil.
Hoy en día, la frase “¡2 de octubre no se olvida!” es un grito en contra de la impunidad, el olvido y la amnesia colectiva. Así, lejos de perder vigencia al repetirse año tras año, se ha convertido en un gran símbolo del impacto ejemplar que tuvo en México el movimiento estudiantil de 1968.