El arte, los museos y la cooperación internacional se convierten en la nueva vía de entendimiento entre ambos países tras el distanciamiento provocado durante el sexenio de López Obrador.
La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia marcó un giro en la relación México-España, después de años de choques políticos, reclamaciones históricas y fricciones diplomáticas. Con una aprobación cercana al 80%, la mandataria ha impulsado una estrategia basada en diplomacia cultural, un mecanismo que ha logrado suavizar tensiones y abrir espacios de diálogo donde antes había confrontación.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la relación bilateral vivió momentos críticos: exigencias de disculpas por la conquista, acusaciones contra empresas españolas y el anuncio de una “pausa” diplomática tensaron los vínculos. España respondió con llamados a mantener la cooperación, pero el distanciamiento se profundizó. La política heredada llegó a su punto máximo cuando Sheinbaum decidió no invitar al rey Felipe VI a su toma de protesta en 2024, lo que provocó fuertes críticas de sectores políticos en España.

Aun así, el cambio comenzó a tomar forma en el ámbito cultural. En 2025, México fue protagonista en escenarios clave: el Museo Nacional de Antropología recibió el Premio Princesa de Asturias de la Concordia, la fotógrafa Graciela Iturbide obtuvo el Premio de las Artes y se inauguró en Madrid la exposición “La mitad del mundo. La mujer en el México indígena”, un proyecto que se convirtió en símbolo de reconciliación. Incluso el canciller español reconoció implícitamente los abusos del pasado, gesto que Sheinbaum valoró como un paso hacia una relación renovada.
Ambas naciones han entendido que la cultura es un puente estratégico. México será País Socio en FITUR 2026, mientras que España fue invitada especial en la FIL Guadalajara 2024, bajo el lema “Camino de ida y vuelta”. Estas iniciativas consolidan un soft power que sustituye la confrontación por la colaboración, fortaleciendo los lazos iberoamericanos.
La diplomacia cultural se ha convertido en el nuevo camino para reconstruir confianza, impulsar cooperación y dejar atrás la política de choque. España y México apuestan por una agenda común basada en el respeto, la identidad compartida y el potencial transformador del arte.
Con información de Katia Fach Gomez para The Conversation

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