El 27 de noviembre del año anterior publique en este mismo medio una columna en donde advertía la importancia que había en que “Nuestra presidenta debe mostrar una postura digna y donde establezca nuestros intereses (del pueblo) al momento de la renegociación de ese tratado; tiene que recordar en todo momento que ellos también dependen de nosotros. Dependen (sobre todo E.U.) de México no solo en lo económico, sino también en lo social”.
A menos de un mes de la entrada del presidente Trump, México se encuentra en el centro de una ola de insultos e injurias provenientes del nuevo mandatario estadounidense. A pesar de que la renegociación del tratado aún no ha comenzado, las tensiones ya se han incrementado considerablemente. Sin embargo, la respuesta de nuestras autoridades, lideradas por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha sido firme y digna, demostrando que México no se dejará doblegar ni por las provocaciones ni por los tiranos
“A un arancel, vendrá otro en respuesta y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes” fue la primera de las respuestas que hizo nuestra presidenta ante la amenaza de aranceles. En esta, podemos observar como el gobierno de México no se achica frente a ningún otro gobierno extranjero; además, encontramos también una muestra enorme de soberanía nacional, así en el sector económico como también en cuanto a la diplomacia se refiere.
Este tipo de postura no solo responde a una necesidad de defensa de los intereses económicos y comerciales de México, sino que también se erige como un claro mensaje sobre nuestra independencia política. La presidenta Sheinbaum ha dejado claro que no estamos dispuestos a ser presionados ni manipulados por potencias extranjeras, y que las decisiones de nuestro país deben ser tomadas con base en las necesidades y el bienestar de la población mexicana, no bajo la amenaza de medidas punitivas. Esta firmeza no solo es una respuesta ante los ataques, sino también un recordatorio de que México, como nación soberana, tiene la capacidad de actuar con dignidad y fortalecer su posición en la arena internacional. Es un claro ejemplo de que, aunque enfrentemos desafíos, nuestra identidad y autonomía están por encima de cualquier intento de subordinación.
Ahora bien, hace unos días el presidente de los Estados Unidos repitió que sí impondría aranceles a nuestro país, afirmación que exaltó a la derecha y prácticamente los hizo celebrar; sin embargo, tras una llamada entre los tres presidentes de Norteamérica, nuestra presidenta logró hacer que no se impongan dichas tarifas anunciadas.
Este logro no solo demuestra la habilidad diplomática de la presidenta Sheinbaum, sino también la fortaleza de México para negociar desde una posición de respeto y dignidad. Al evitar que se impongan los aranceles, se reafirma la importancia de nuestra nación en el contexto de Norteamérica, demostrando que no estamos dispuestos a ser tratados como una nación subordinada. La capacidad de México para enfrentar las amenazas económicas con respuestas firmes y estratégicas envía un mensaje claro a nivel internacional: nuestro país no es un actor pasivo ni una pieza de intercambio en los juegos de poder global.
De esta forma, la postura de la presidenta no solo ha consolidado la soberanía nacional en el ámbito económico, sino que también ha dado un paso importante hacia el fortalecimiento de nuestra autonomía en la diplomacia global. Este tipo de decisiones no solo benefician a México, sino que también le dan una voz más fuerte en la región y en el mundo. La defensa de nuestros intereses, basados en la justicia social y económica, es el camino para que nuestro país continúe avanzando con dignidad, sin ceder ante las presiones externas.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios