La escritora y periodista Sabina Berman criticó duramente la narrativa utilizada por figuras de la derecha tras el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, colaboradores cercanos a la jefa de Gobierno, Clara Brugada. A través de su cuenta de X, Berman desmanteló lo que llamó una estrategia de invención simbólica para “asesinar” a la izquierda en el terreno discursivo, sin aportar nada real a la vida pública del país.
“Ayer Ricardo Anaya habló de un ‘crimen de Estado’. Algo que inventó al vuelo y cuya intención era aprovechar un doble asesinato para asesinar simbólicamente al gobierno actual”, escribió. La autora de La mujer que buceó dentro del corazón del mundo también se refirió a otras voces opositoras que buscaron atribuir los hechos a conflictos internos de Morena, sin evidencia y sin responsabilidad.
“Ambas declaraciones tuvieron efecto en unos cuantos de miles de personas durante unos cuantos miles de segundos, antes de que la realidad las reventara. Plac, plac, plac. Tronaron como globos”, añadió.
Para Berman, el problema de fondo no es únicamente la falta de veracidad, sino el desprendimiento total de la oposición respecto a la realidad concreta del país. “Es el problema central de la Oposición. Sus acciones son solo palabras e invenciones para matar simbólicamente a la Izquierda –no para algo benéfico que agregue a la vida real de personas– y tienen efectos minúsculos”, apuntó.
La periodista también arremetió contra la columnista Denise Dresser, quien en su espacio editorial acusó de “farsa” el proceso de elección de ministros del Poder Judicial, descalificando la reforma judicial impulsada desde el Congreso y aprobada democráticamente.
“Mentira, mentira, mentira: el compendio de todo cuanto vienen publicando las figuras de la Derecha sobre la elección de jueces”, denunció.

Pese a sus críticas, Sabina Berman reconoció que México necesita una oposición legítima, con visión y sentido de realidad: “Hay espacio amplísimo para una derecha más ambiciosa. Una que se instale en la realidad y cuya meta sean los electores reales y no la izquierda”, sostuvo.
No obstante, advirtió sobre el riesgo de que esa derecha termine siendo solo una versión autoritaria tipo Bukele-Salinas Pliego, basada en la promesa de aplacar la inseguridad a través de la violencia y el populismo punitivo.
Con ironía, concluyó que la actual oposición está sufriendo una fuga de cerebros inflados de retórica: “Se elevan como un racimo de globos hacia el cielo… Plac, plac, plac. Están estallando ahí en las alturas”.
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