Tras dos años de protestas y amparos de la comunidad maya, la Granja Porcícola Santa María es clausurada por descargar aguas residuales sin autorización, en un acto que las autoridades califican como justicia ambiental.
La Granja Porcícola Santa María, ubicada en la comisaría de Santa María Chi, Mérida, y propiedad de Oswaldo Loret de Mola Coldwell y Francisco José Loret de Mola Díaz, quedó clausurada de manera total y definitiva por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Esta medida es una respuesta a años de denuncias de la comunidad maya y a la verificación de impactos ambientales negativos.
Desde 2023, los pobladores emprendieron acciones legales y protestas para exigir un ambiente libre de contaminación, incluyendo más de cuatro amparos presentados con apoyo del Instituto Federal de Defensoría Pública. Las quejas documentaron que la empresa descargaba aguas residuales al manto freático, quemaba excremento de cerdos en el monte y contaminaba pozos de agua, lo que causaba enfermedades estomacales y respiratorias en la población.
Mariana Boy, titular de la Profepa, señaló que la clausura busca poner fin a los daños ambientales reiterados y destacó que, durante dos años, la actividad de la granja fue suspendida en varias ocasiones sin que los propietarios mitigaran los impactos. La granja operaba también como aparcera de la empresa Keken, lo que dificulta la reubicación de las instalaciones.
El comisario Wilberth Nahuat Puc indicó que la prioridad es retirar a los cerdos de la comunidad y desmantelar la granja, aunque la reubicación será gradual debido a la cantidad de animales y a los permisos necesarios. La Profepa aseguró que trabajará en la mitigación de daños, aunque aún no han detallado las acciones específicas para proteger el entorno y garantizar la seguridad ambiental de la zona.
El conflicto también incluyó denuncias legales contra Wilberth Nahuat por presuntos delitos relacionados con las protestas, mientras que las autoridades estatales y federales evalúan la reubicación de los cerdos para evitar que se afecte a otras áreas, como la Reserva Ecológica de Cuxtal, que suministra agua a Mérida.
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