Para comenzar, la Suprema Corte de Justicia de la Nación comentó que se invalidó por procedimientos de forma, no de fondo lo cual provoca una “transgresión al principio de deliberación democrática”, dando a entender que existen escasez de reglas y operatividad en el planteamiento a la Reforma del Plan B propuesta por el Presidente.
Es importante precisar que la SCJN no legisla, los encargados de la realización de leyes son las Cámaras (alta y baja) por lo que la SCJN solo aprueba o invalida algunas acciones cumpliendo estrictamente y a cabalidad con lo que indica la “Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
Los Ministros comentaron que hubo una violación a los artículos 71 y 72 de la Constitución mencionando que el Congreso se “saltó” un procedimiento legislativo ordinario. El artículo 72 comenta: todo proyecto de ley o decreto, cuya resolución no sea exclusiva de alguna de las Cámaras, se discutirá sucesivamente en ambas, observándose la Ley del Congreso y sus reglamentos respectivos, sobre la forma, intervalos y modo de proceder en las discusiones y votaciones, recordando que el Plan B se discutió varias veces antes de ser declarada inconstitucional.
¿Qué pasa y cuál es mi opinión? Se han tomado en cuenta por años las opiniones de partidos en el poder y de la oposición dejando al pueblo y a la ciudadanía de lado. Los Ministros hablan de trasgresión al principio de la deliberación democrática debido a que los legisladores de la oposición “no conocían” previamente la iniciativa, pero no hablan sobre una democracia deliberativa la cual debe ser importante y primordial en nuestro país.
Cuando la ciudadanía habla de política, por lo general su reacción va en dos vertientes: la primera tiene que ver con el enfado, la frustración el sentirse engañados y manipulados, y la segunda tiene que ver con la resignación, la gente se queja, pero no hace nada al respecto esto es porque el pueblo aún no se ha dado cuenta del poder que tiene cuando alza la voz en beneficio de sus principales necesidades, las que viven todos los días en el país.
Bien lo comenta (Brugué, 2011), el conflicto nos lleva a intentar llegar a procesos de consenso a través del diálogo en los que todos/as podemos/debemos participar y estos, a la democracia deliberativa.
Nuestro ideal de política debe ir en esa dirección, configurando la palabra y el entendimiento como la herramienta fundamental del progreso. Esto quiere decir que toda ley o reforma también debe ser conocida por la ciudadanía, no solo por sus legisladores.
Lo sucedido con el Plan B es muy desafortunado porque al ser la primera vez que los Ministros podían ser votados por el pueblo a través de una Democracia Deliberativa, hoy existe un retroceso a estas herramientas de participación ciudadana que son ejemplo de países primer mundistas como Irlanda y los países nórdicos.
- Presidenta de Que Siga La Democracia Querétaro
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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