El gobierno colombiano, liderado por Gustavo Petro, anunció la superación de la reciente crisis diplomática con Estados Unidos, tras el rechazo de Bogotá a recibir aviones militares con migrantes deportados. El presidente Petro enfatizó que dicha medida era una defensa de la dignidad y los derechos humanos de los colombianos.
En un comunicado oficial, el canciller Luis Alberto Murillo confirmó: “El gobierno de Colombia informa que hemos superado el impasse con el gobierno de los Estados Unidos”. Como parte de la solución, se acordó utilizar el avión presidencial para garantizar un retorno digno a los deportados. “No permitiremos que nuestros ciudadanos sean tratados como delincuentes”, añadió.
La disputa inició cuando Colombia negó el aterrizaje de aviones militares estadounidenses que transportaban deportados. Petro justificó esta decisión afirmando: “Un migrante no es un delincuente y debe ser tratado con dignidad”. Esto desató una escalada comercial promovida por Donald Trump, quien respondió con amenazas de guerra económica, aumentando los aranceles entre ambos países.
El presidente Petro también destacó la crisis humanitaria en el Tapón del Darién, señalando que el problema migratorio debe abordarse integralmente.
“Si no hay regularización, aumentarán las ilegalidades. Colombia no permitirá que el trato indigno a los migrantes continúe siendo la norma”, aseguró.
Este episodio refleja un cambio en la política exterior colombiana, con Petro priorizando la soberanía y los derechos humanos por encima de las presiones externas. Su gobierno busca establecer un diálogo más equitativo con Washington, cuestionando políticas históricas como el Plan Colombia, al que calificó de ineficaz.
Debes leer:
Comentarios