Durante una redada del ICE en Chicago, el agente Charles Exum se jactó de haber disparado cinco veces contra una mujer identificada como Marimar Martínez, de 30 años, quien terminó con siete heridas de bala. En un mensaje de texto presentado ante un tribunal federal, Exum escribió: “Disparé cinco veces y ella tenía siete agujeros. Anoten eso en su libro, chicos”.
Los hechos ocurrieron el 4 de octubre, cuando las autoridades sostienen que Martínez y otro conductor embistieron una camioneta federal en el suroeste de la ciudad. Sin embargo, la defensa de la mujer argumenta que fue el vehículo de la Patrulla Fronteriza el que invadió su carril y la impactó.
De acuerdo con documentos judiciales, el agente destruyó evidencia clave, ya que el vehículo involucrado fue trasladado a Maine, donde las marcas de roce y daño fueron pulidas, pese a que formaban parte de la investigación.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) afirmó que los agentes fueron rodeados por diez autos y que dispararon “en defensa propia”, mientras que testigos y abogados denuncian uso excesivo de la fuerza.
El caso se suma a otras acusaciones contra agentes federales en Chicago por violencia innecesaria, incluyendo el uso de gas lacrimógeno y balas de pimienta contra manifestantes pacíficos y periodistas. Una jueza federal advirtió que estas prácticas violan derechos constitucionales y ordenará limitar el uso de la fuerza por parte de las autoridades.
El incidente reaviva el debate sobre la brutalidad de las redadas migratorias impulsadas durante la administración de Donald Trump, que han dejado un creciente número de víctimas civiles y denuncias por abusos de poder.


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