El Papa Francisco será dado de alta la mañana del domingo 23 de marzo, luego de haber permanecido 37 días internado en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma, tras ser diagnosticado con una infección respiratoria grave. De acuerdo con su equipo médico, el Sumo Pontífice regresará a su residencia habitual en Casa Santa Marta, en El Vaticano, para continuar su recuperación.
En conferencia de prensa, el doctor Sergio Alfieri, jefe del equipo médico que atiende al líder de la Iglesia Católica, detalló que Francisco se encuentra estable desde hace dos semanas, aunque deberá continuar con medicamentos orales y permanecer en reposo al menos por dos meses.

Según Alfieri, el Papa fue ingresado con un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda, derivado de una “infección polimicrobiana causada por virus, bacterias y hongos”, lo que generó una neumonía bilateral severa, requiriendo un tratamiento farmacológico complejo y vigilancia continua.
Durante su recuperación, el Pontífice atravesó dos episodios críticos en los que su vida estuvo en peligro, sin embargo, la aplicación de medicamentos especializados, oxígeno de alto flujo y ventilación mecánica no invasiva permitieron una “lenta y progresiva mejora”, explicó Alfieri.

“El Santo Padre nunca estuvo intubado, siempre estuvo en consciente, orientado y presente”, sentenció el médico, quien también subrayó la importancia de que el resto del proceso de recuperación se lleve fuera del hospital: “Cuando un paciente tiene una infección de este tipo y ha estado en un estado tan grave, los progresos ulteriores es mejor hacerlos en casa, porque el hospital es el peor lugar para continuar la convalecencia ya que es donde más se pueden contraer infecciones”, afirmó.
Por su parte, Luigi Carbone, médico de consulta del Vaticano, agregó que “en Casa Santa Marta, el Pontífice continuará con la terapia motora y respiratoria que ha hecho en el hospital, en este momento es lo más importante y lo que necesita para recuperarse”.
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