No es la primera vez que una persona que se dice mexicano va a los Estados Unidos a hacer el hazme reír, de eso tenemos mucha experiencia los mexicanos con los antiguos gobiernos del PRIAN que nos han llenado de buenos ejemplos. Quién podría olvidar al Presidente Peña Nieto intentando saludar a la vez de forma tímida y torpemente a Obama y a Trudeau o a Xóchitl Gálvez yendo a Washington con su inglés no tan fluido al Centro Woodrow Wilson a hacer el ridículo, ahí mismo en el lugar que es común para los vende patrias de todo el mundo que van a que les dicten las agendas colonialistas e imperialistas de los Estados Unidos.
Tristemente nuestra relación con Harvard es de larga data. Harvard ha sido por tradición el centro educativo por excelencia de los delincuentes más viles del mundo y de México en particular. Grandes personalidades de la corrupción, del desfalco, de las privatizaciones, de las grandes contaminaciones y del daño al mundo y a la humanidad se han formado ahí en esa mal llamada “escuela” de gran fama por ser una fachada de grandes “genios”, cuando en realidad es la “escuela” por excelencia de los sin vergüenzas que van ahí a “formarse” para robar a manos llenas, como si pareciera que su título es el permiso internacional (con “prestigio”) para robar con impunidad. El proceso es muy sencillo, los forman, los egresan, los devuelven a sus países con instrucciones dadas, roban y después regresan a Harvard para que se laven la cara haciéndose pasar por académicos de renombre o “conferencistas internacionales”.
Para muestra basta un botón, véase por ejemplo el caso de Carlos Salinas de Gortari, que estudia dos maestrías en Harvard, una en Administración Pública y otra en Economía Política y termina su doctorado en Economía Política y Gobierno y es, hasta el momento, el presidente más ladrón de la historia reciente de México, incluso con daños más severos que los heredados por Zedillo, otro ladrón, pero este formado en la Universidad de Yale, donde dirige supuestamente un centro de estudios para la globalización. Es así, sin pena ni gloria, los “educan”, roban en sus países y Harvard les abre la puerta para dictar cátedra para enseñarle a sus nuevos “estudiantes” cómo robar y vivir en la impunidad, tal es el caso de Felipe Calderón, otro egresado de la Maestría en Administración Pública en Harvard y que cínicamente después de dejar la presidencia y al país bañado en sangre, fue a la Escuela de Gobierno de Harvard a supuestamente dar clases.
Yo no me imagino a un estudiante de Harvard eligiendo sus materias para tomar, por ejemplo, con Calderón las materias de: Guerra contra el narco I y II, o con Salinas la asignatura de: Asesinatos de Políticos I y II, o con Zedillo la materia de: Matanza de Acteal y Fobaproa I y II, o en el colmo del absurdo, que todos ellos dicten las materias de Ética y Democracia. De esta calaña es la Universidad de Harvard, enaltecida por políticos corruptos y por organismos internacionales y financiada a su vez por empresas transnacionales que han sido manchadas de sangre, de corrupción, de escocidos o de saqueos monumentales, particularmente en países de desarrollo.
Harvard ha sido desde siempre el bastión donde se gestan las ideas y el pensamiento que posteriormente adoptan la falsa intelectualidad y los políticos ladrones para poder entrar por la puerta grande a las secretarías o ministerios hasta llegar a la presidencia y desde ahí, desde los lugares económicos, políticos y financieros estratégicos mantener una política entreguista, una agenda anti desarrollista en beneficio de la oligarquía nacional e internacional y en contra de la mayoría de la gente y en nuestro caso, en contra del pueblo de México. Claro que puede haber un egresado de Harvard honesto, pero son más la excepción que la regla.
Esta “normalidad” de mirar a un egresado de Harvard como un “genio” que trae las respuestas a los problemas del desarrollo se impulsó con mayor énfasis en el periodo neoliberal, visto como una especie de “salvador erudito”, poco a poco los medios y la falsa intelectualidad en México se encargaron de enaltecer lo extranjero por lo nacional, también en este rubro. No se nos olvide que en las universidades todo lo que venía de Harvard era como ley, académicos y estudiantes se tragaban todo lo que venía de Harvard, de sus distintas escuelas y facultades, en distintas disciplinas, casi era un pecado cuestionar lo que venía de Harvard. En Economía, por ejemplo, fueron precisamente las teorías que ahí se gestaron lo que ideológicamente contaminó el pensamiento económico de que, por ejemplo, “la apertura económica trae consigo la prosperidad”, o de esta idea de que “los salarios bajos de los trabajadores son una ventaja competitiva para las naciones y para la atracción de inversiones”, y así un largo etcétera.
Dejando claro este punto como antecedente y dejando fuera también otras tantas evidencias, vayamos a lo que nos ocupa en esta ocasión por demás especial. Lo que se nos presenta al día de hoy es una joya de ejemplo para saber cómo es el proceder de las personas de Harvard, ¡veamos esto con mayor detalle! Tomando de ejemplo al bufón de ministro o al ministro bufón Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, sí, aquel que vive, que se alimenta y que va con el dinero de todos los mexicanos a Harvard, que cada peso y centavo que se gasta en su ministra y pulcra vida viene de ese pueblo al que tanto desprecia. Pues verá usted apreciable lector, le cuento que el payasito Ortiz Mena hizo su actuación en la Escuela de Leyes en Harvard y narrando como buen bufón que es y con el carisma que le caracteriza, hizo reír a los “expertos” que se encontraban presentes en la reunión al hablar sobre la reforma al poder judicial en México.
Con un inglés fluido característico de los hijos de buena cuna de donde viene Ortiz Mena que sería algo así como el Nene consentido de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se lanzó en contra de la reforma judicial tratando de dejar en mal la iniciativa propuesta por el ejecutivo y votada por mayoría en el legislativo y haciendo ver como estúpidos a los 36 millones de mexicanos que votamos por el segundo piso de la cuarta transformación y a favor del plan C. Claro, como egresado de la Maestría en Derecho de Harvard, Ortiz Mena regresa a su casa de estudios como “exalumno distinguido” para divertir a los asistentes con sus narraciones un tanto tragicómicas sobre la elección popular de jueces, ministros y magistrados al decir que: “…es el fin de esta era, de esta era del tribunal constitucional…”.
Pero qué podría esperarse del pícaro Ortiz Mena si fue puesto en su curul por Felipe Calderón, otro cómico de la política mexicana que sigue haciendo el hazme reír a nivel mundial al declarar sobre la reciente sentencia de Genaro García Luna que él nunca supo nada, de la misma manera que los “analistas” y “expertos” que tampoco vieron nada, mientras se cubría el país de sangre. Evidentemente el jenruchito de la jurisprudencia Ortiz Mena tampoco vio nada de las masacres de Calderón en su famosa guerra contra el narco, y es que el pulcro magistrado no estaba para eso, lo habían colocado en su puesto de trabajo para defender a la oligarquía, a las grandes corporaciones de la iniciativa privada nacional y extranjera, lo hizo desde siempre en su carrera como funcionario público de la Administración Pública Federal desde el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Ortiz Mena de manera irónica se ha educado con nuestros impuestos, con los impuestos de cada mexicano y mexicana del pueblo de México, a ese pueblo que tanto desprecia y que utiliza de mofa para hacer reír a la alta nobleza de Harvard. Desde su licenciatura como abogado en la UNAM, se la pagamos con nuestros impuestos, de la misma manera su Maestría en Derecho en Harvard gracias a la beca “Fulbright – García Robles”, que es de una fundación que ofrece becas financiadas en buena parte por contribuciones del gobierno de México. Este hipócrita desde hace más de veinte años viene viviendo del erario del pueblo dentro de la Administración Pública Federal. Sólo como dato, en el SAT, por ejemplo, fue administrador general de Grandes Contribuyentes y nunca se pronunció en contra de la evasión fiscal de las grandes empresas en México. Así de esta calaña es este payaso que vive y seguirá viviendo del erario del pueblo porque su cargo como ministro durará hasta el año 2027, por eso tanto ruido por la reforma al poder judicial, porque más pronto que tarde se le comenzarán a terminar sus privilegios.
Aquí cabe destacar que Fulbright COMEXUS (Comisión México-Estados Unidos para el Intercambio Educativo y Cultural (COMEXUS), es una comisión un tanto elitista y opaca, por decir lo menos, basta con ver al Consejo Directivo que lo conforman, entre los que destacan, la señora Mónica Aspe, la hija del economista y ex secretario de hacienda Pedro Aspe quien fuera el principal impulsor del modelo económico de Salinas, también está Alfonso de Angoitia quien se presenta como co-presidente ejecutivo de Grupo Televisa, Patrick J. Ottensmeyer presidente y director ejecutivo de Kansas City Southern (KCS) que fuera la empresa a la que Zedillo le vendió los ferrocarriles y para rematar, el gerente de los intereses corporativos de Estados Unidos en México, el minúsculo embajador Ken Salazar. Ahora se entiende por qué los hijos de la oligarquía mexicana tienen aseguradas sus becas al extranjero con dinero del pueblo de México para luego regresar al país a saquearlo de manera pusilánime y entreguista.
Me parece que hasta aquí queda claro que este personaje Ortiz Mena sigue y seguirá siendo un fiel servidor de la oligarquía en México. Deseamos en el futuro cercano no producir más bufones como él, es por ello que la reforma al poder judicial busca democratizar y abrirle las puertas para darle oportunidad a verdaderos ciudadanos juzgadores de la ley, que antepongan la justicia al derecho y la pongan al servicio del pueblo y no del poder. Está por demás también recalcar la nefasta actuación de Harvard en el impulso al modelo neoliberal en México y en el mundo, imponiendo planes y agendas de desarrollo con el velo perverso de la “educación de calidad” y de la “gran escuela”, ya eso es una retórica trillada y obsoleta de los medios y de las agencias calificadoras el de colocar a Harvard en el top de las supuestas “mejores universidades”. Si, por ejemplo, hiciéramos un índice mundial para medir el impacto de las universidades por el menor daño que le han hecho al mundo con sus egresados, sin duda Harvard quedaría en el último lugar del Rankin. Harvard tiene mucho que aclarar entre lo que pregona y publica y los hechos.
Quisiera terminar diciendo que me quedo con las palabras de mi cabecita de algodón AMLO, de dejar ya de acomplejarnos por lo proveniente del extranjero, no le hace que venga de Harvard, a México se le respeta, México es una potencia cultural, ancestral, México es una gran nación. También quisiera decir que me llena de orgullo las palabras de nuestra presidenta de la república, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo de que nadie se burla de los mexicanos ni de las mexicanas, de que ella está aquí para defender a su pueblo, a su país, a su patria. Ese amor y entrega por México es la que tenemos todas y todos los que creemos en el segundo piso de la cuarta transformación. Sin duda, nuestra presidenta es una gran mujer, va muy bien y tiene todo nuestro apoyo, AMLO nos la encargó mucho, pidió encarecidamente que nunca la dejemos de apoyar, que nunca le negáramos el respaldo del pueblo y eso será lo que haremos.
¡Viva nuestra presidenta la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo!
¡Viva el segundo piso de la cuarta transformación!
¡Viva México!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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