Dice el dicho que, a gritos de marrano, oídos de chicharronero, lo que significaría que, sabiendo de quién vienen los insultos, ya no deberían ser tomados en cuenta, pero resulta que, en estos tiempos en que la paridad y los derechos de las mujeres son una realidad, y en materia política, la violencia de género es totalmente condenable, lo escrito por el expresidente Vicente Fox contra Mariana Rodríguez, no solo es una ofensa que debemos condenar, sino explicar con detalle por qué es reprobable, aun siendo de ideologías opuestas.
Veamos, el que se tengan diferencias abismales en materia política, no es permiso para insultar o permitir que se insulte a las mujeres, porque eso, sin duda es una cobardía. Vicente Fox, en su patético humor y exceso de misoginia, tuvo la desfachatez de sentirse superior a los demás y escribir que Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García, gobernador con licencia de Nuevo León y aspirante a la presidencia por el Movimiento Ciudadano, era su “dama de compañía”, queriendo disminuir los esfuerzos de Samuel vía los ataques a su esposa; pero como el karma es veloz, su simpática estulticia resultó en la cancelación de su nociva cuenta en Xtwitter, porque es cierto que, en estos tiempos, es impensable aplaudir los dichos misóginos y violentos contra las mujeres.
Y es que, ¿quién no recuerda que, en sus tiempos de gloria, Vicente dijo que las mujeres éramos lavadoras de dos patas?, este último ataque contra una mujer, le salió caro a los panistas progres, buenaondita, que supusieron que la invitación al chisme que Fox hacía a Pedro Ferriz Híjar, para que contara más intimidades, que les sabe “según”, a Mariana y Samuel, podía coronarse con la picaresca frase “Hay mucho detrás de esa sonrisa y esa dama de compañía”.
Por supuesto que no intento aquí inflar el nombre de Mariana quien, por cierto, ha estado haciendo uso de su noviazgo-matrimonio-embarazo-hija para sus propósitos políticos personales, porque creo que las personas tienen que valerse de sus propios méritos para buscar puestos de elección popular, como el que pretende (Senadora por Nuevo León, para 2024), pero hay que ser claros: NO a la violencia política contra las mujeres.
La respuesta de la plataforma XTwitter fue cuasi-inmediata porque todavía a las tres de la tarde del lunes 27 de noviembre, su cuenta aparecía activa y seguía siendo usada para el insulto barato. Cosa totalmente diferente cuando se trata de personajes más perversos, como el presidente de Grupo Salinas, que no ha tenido hartazgo durante todos los años de este sexenio, para insultar reiterativamente a la Senadora Citlalli Hernández, quien en un principio no había hecho caso de los bajos insultos de este Richi pobretón que no tiene para pagar ni los impuestos de sus negocios… Después de muchísimos insultos y miles “likes” de entusiastas que gozaban con la bazofia que escribía, se inició una denuncia por los mismos hechos ante el INE y luego ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que acabaron concediendo al violento, la oportunidad de continuar con su rutina majadera contra Citlalli, porque lo catalogaron como un acto de libertad de expresión. Sentencia que se traduce en un doble discurso, ya que miles de personas hemos exigido la cancelación de la cuenta de XTwitter de Salinas Pliego, y es evidente que no ha pasado nada.
Cientos, si no, miles de usuarios hemos levantado la voz vía demandas en la red social para que se cancele esta cuenta; para que se ordene bajar los mensajes y cese la violencia de género y los comentarios de odio de nuestra compañera y nunca hemos visto ni el más pálido intento de parecer respetuosos.
Entonces, ¿hablamos de diferentes modos de ver la violencia política en razón de género, la igualdad y la paridad de género? Parece que la respuesta es clara: sí.
No es imaginación de mi parte, pero no hemos visto esa celeridad para bloquear a una persona violenta en redes sociales, como este día, y eso que hay cientos de mujeres que han sido acosadas por personajes con cuentas verificadas.
Nada menos, el “actor” Mauricio Castillo que fue capaz no solo de insultar a una mujer neoleonesa que admiraba la arquitectura del Hospicio Cabañas y que, después de insultarla, de llamarla con denuesto “provinciana”, y de escribirle por mensaje privado en twitter y por teléfono, no tuvo el valor de aceptar su acoso, porque según “lo hackearon”. Él también se ganó su bloqueo en la red social.
De las redes sociales no se puede esperar perfección, porque no es el mundo real. Ni siquiera se puede comprobar que algunos usuarios sean quienes en realidad dicen ser, pero es esperanzador que, teniendo demostraciones tan arcaicas como la misoginia y la violencia de género, no se permita que las mujeres sean atacadas por el hecho de serlo.
Por Citlalli, por Mariana y por todas las mujeres, #NoAlaViolenciaPolíticaEnRazónDeGénero
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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