El grupo parlamentario de Morena acordó que ningún senador o senadora que busque una gubernatura podrá presidir la Mesa Directiva del Senado durante todo el sexenio. La medida, aprobada a puerta cerrada, deja fuera de la carrera interna a al menos 25 legisladores que aspiraban a encabezar la Cámara alta.
Tras el anuncio, Imelda Castro (Sinaloa) y Ana Lilia Rivera (Tlaxcala) retiraron su interés en suceder a Gerardo Fernández Noroña a partir del 1 de septiembre. También frenaron sus intenciones Andrea Chávez (Chihuahua), Julieta Ramírez (Baja California) y Homero Davis (Baja California Sur), entre otros.

Con mayoría absoluta hasta 2030, Morena planea mantener la presidencia del Senado sin compartirla con la oposición ni con sus aliados. Dirigentes morenistas subrayan que la decisión busca evitar que la Mesa Directiva se convierta en “trampolín político”, como ocurrió con Alejandro Armenta y Eduardo Ramírez antes de contender por sus estados.
El veto también aplica a militantes de Morena inscritos en otras bancadas —por ejemplo, Waldo Fernández, actualmente en el PVEM—, pero no afecta a senadores de partidos opositores que aspiren a sus propias candidaturas estatales.
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