El Partido Acción Nacional (PAN) de la actualidad, es el tataranieto neoliberal de los monarquistas del siglo XIX, bisnieto de los “científicos” del porfiriato, nieto de los hispanistas y fascistas mexicanos de los años treinta e hijo del sector empresarial y político que traicionó a los mexicanos con el FOBAPROA y la venta de empresas públicas.
Para poder comprender a los conservadores de la actualidad, es necesario entenderlos como resultado (o parte) de un proceso histórico, no sería realista pensar que surgieron con el ascenso de la izquierda en el siglo XXI. Los movimientos conservadores han estado de lucha en lucha a lo largo de nuestra historia; sin embargo, todas (o la inmensa mayoría) las batallas que han librado, las han perdido contra la izquierda progresista que posee mayor legitimidad.
Para poder comprobar lo dicho anteriormente, solo hay que ver sus luchas en la actualidad y compararlas con sus anteriores causas; tomemos en cuenta que comenzaron su proceso en la historia nacional pidiendo que seamos una monarquía con un príncipe europeo, y ahora piden que se conserve la democracia liberal. Como es visible, sus derrotas hacen que entren en un proceso de resignación y luego de adaptación, para luego buscar nuevamente conservar el sistema que la izquierda deja atrás por su capacidad de buscar siempre mejorar en beneficio de las mayorías.
Dicho con otras palabras, la derecha está condenada a querer conservar las sobras que va dejando el proceso progresista de la izquierda. Si este razonamiento no convence al lector, a las pruebas empíricas me remito. Para poder mostrar mí punto, haré un muy breve recorrido por la historia nacional y las distintas posturas que ha tenido el sector más conservador del país en cada una de ellas.
Una de las primeras batallas en las que se enfrentó la derecha a la izquierda después de la independencia, fue la dicotómica lucha entre si volvíamos a la nación un imperio con monarquía o una democracia liberal. Tras la caída del “Primer Imperio Mexicano”, la derecha tuvo que ceder ante la presión de lo que en ese entonces era la izquierda. Después de su pérdida y posterior adaptación de los conservadores al republicanismo, la izquierda dio otro paso, buscaba una república federal (cuyo representante fue Valentín Gómez Farías), sin embargo, la derecha siguió su lucha por conservar los poderes facticos, pero ahora desde la democracia.
Durante la década de 1850, se desató la Guerra de Reforma, en la que la derecha luchó por mantener el poder de la Iglesia y el centralismo, oponiéndose a las Leyes de Reforma de Benito Juárez. Sin embargo, fueron nuevamente derrotados, y los liberales consolidaron una república federal que separaba a la Iglesia del Estado. Pese a su derrota, los conservadores no se rindieron y, buscando mantener sus privilegios, invitaron a Maximiliano de Habsburgo, con apoyo extranjero, a instaurar el Segundo Imperio Mexicano.
El imperio de Maximiliano fue efímero, y tras la intervención francesa, la república liberal fue restaurada en 1867 bajo el liderazgo de Juárez. Con la derrota imperial, los conservadores se adaptaron al republicanismo, pero continuaron buscando formas de preservar su influencia, que encontrarían durante el régimen de Porfirio Díaz. Hágase ver que otra vez se tuvieron que adaptar a una derrota contra la izquierda.
Aunque Díaz fue un liberal en su juventud, su dictadura favoreció a las élites económicas y políticas, fortaleciendo el poder de los terratenientes y el capital extranjero. Los “científicos”, un grupo tecnócrata cercano al porfiriato, representaban esta alianza entre el conservadurismo y la dictadura, que buscaba el progreso económico a expensas de las clases populares. De esta forma se acomodaron los conservadores a un modelo republicano pero que les favorecía.
Tras ver la izquierda (sector popular), que el modelo de gobierno de Porfirio Diaz era perfectible y que no los beneficiaba, nuevamente buscaron un cambio. La Revolución Mexicana marcó otro golpe para los conservadores, quienes vieron cómo los avances sociales y económicos de la Constitución de 1917 redistribuían tierras y limitaban el poder de las élites. Esto nuevamente iba en contra de los deseos de permanecer bajo un sistema dictatorial (porfiriato) de los conservadores, quienes dieron lucha para poder conservar sus privilegios.
Nuevamente, los conservadores se reorganizaron, pero ahora para tener sus privilegios en el nuevo sistema. La derecha fundó el Partido Acción Nacional (PAN), en 1939. El PAN representaba a los sectores más conservadores del país, especialmente aquellos vinculados a la Iglesia y al empresariado.
Tras acomodarse con el nuevo sistema, aliarse con el PRI y privatizar empresas publicas con ellos; nuevamente surgió un movimiento de izquierda. Los conservadores no tuvieron mucho que hacer y se refugiaron en los medios de comunicación y el Poder Judicial. Cuando nuevamente la izquierda actuó y les quitó su lugar en el PJF, la derecha salió a las calles a tratar de conservar el nuevo sistema que les beneficiaba a ellos.
Como hemos visto, la derecha siempre va a tratar de conservar los sistemas que la izquierda innovó en algún punto y ahora quieren cambiar para mejorar. El proyecto original de la derecha en México fue el monarquismo, sin embargo, tuvieron que “entibiarse” al ir perdiendo de batalla en batalla. Por ello, tras una breve revisión a la historia nacional y teniendo en cuenta que el ser humano es progresista por naturaleza, no temo equivocarme al decir que los conservadores están destinados a perder
Nota: Si algún historiador lee esto, espero entienda que los reduccionismos en la historia hechos en la nota son dignos del espacio de una columna de opinión. Sin embargo, si se hiciera un estudio de la derecha en México de forma amplia, se llegaría a la misma conclusión del proceso de “resignación-adaptación” de nuestra derecha.
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