Los años de la Resistencia. Una contribución fraterna al obradorismo

Hoy venimos a dar a conocer un modesto y fraterno aporte para el debate político mexicano.  

“Los años de la resistencia. Orígenes del movimiento obradorista” es un libro que hace honor a la memoria colectiva de tantas y tantos compañeros que se nos han adelantado.  Compañeras y compañeros, muchos de ellos anónimos que no alcanzaron a ver concretada esta trasformación que hoy protagoniza el pueblo de México. Cada obradorista es una historia de dignidad y lucha.

Se trata de un ejercicio de la memoria necesaria en tiempos que el inmediatismo se propicia en las redes sociales y la estridencia fácilmente se apodera del debate público. 

Porque la memoria es la primera fuente de la historia que se escribe, como herencia de todas las generaciones que nos antecedieron, pero sobre como patrimonio común para las generaciones del porvenir. 

Pero sobre todo de la historia colectiva que se construye todos los días es el asidero para abrevar y nunca perder el rumbo, el amor a la comunidad y al pueblo, porque aquí nos salvamos juntos y nos salvamos todos.

Soy parte de una generación en la que presenciamos siendo niños la crisis provocada por la caída voluntaria de la Unión Soviética, y con ella, el abandono de muchas de las utopías del siglo XX, como lo fue el mundo socialista. Fuimos testigos del publicitado “Fin de la Historia” que asumieron los propagandistas del Libre Mercado, cuando en Europa derribaron el Muro de Berlín como un nuevo espectáculo para las masas.

Pero lo que más nos marcó fue presenciar en 1988, cuando nuestros propios familiares se movilizaron en las calles y plazas públicas de todo México, para volver una vez más a levantar a la izquierda mexicana del fraude electoral que los priistas del salinismo cometieron en contra del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

Presenciamos los años del neoliberalismo triunfante como ideología que penetró en todas las instituciones públicas durante la larga noche de 40 años; al mismo tiempo que se remataba a manos privadas y extranjeras la riqueza nacional. 

Fuimos afortunados de ingresar a la universidad pública, donde el neoliberalismo también pretendió echar raíces, queriendo chantajearnos con sus reformas en forma de cuotas o colegiaturas que alardeaban: “no nos tocaría a nosotros, sino a los que venía detrás”, como si los hijos del pueblo fuéramos igual de indolentes y negligentes como lo han sido los tecnócratas y doctrinarios del neoliberalismo. 

Somos esa generación de “radicales” que tomamos la universidad por 9 meses para que nunca se cerrara a los hijos de campesinos y obreros; y a pesar de la estigmatización proveniente de los medios de comunicación, y el trabajo sucio de los órganos del Estado, mantuvimos firme la huelga de la UNAM hasta el final, porque la demanda de gratuidad que ya estaba incluida en el Artículo 3° Constitucional.

Pero oponernos a la implantación del neoliberalismo en la educación superior nos dejó marcados, formados y firmes, pues retomamos las banderas de la resistencia en todos los lugares y espacios donde era necesario oponer el bien común y las necesidades de las mayorías populares, a los privilegios de los pocos y la acumulación de la riqueza en manos de las mismas viejas elites. 

En estos tiempos en que la historia vuelve a tener un lugar central como maestra de la vida, donde podemos cuestionar las ideologías que justificaron el triunfar a toda costa y el individualismo egoísta, no minimicemos las lecciones que nuestra experiencia como luchadoras y luchadores por las causas justas nos dejan. 

Habrá obradorismo después de 2024, porque las reivindicaciones urgentes del pueblo por justicia seguirán aquí, en el corazón de las luchas del porvenir, lo mismo que los ancestrales valores de solidaridad y fraternidad del México profundo que son la raíz y motivo que el dirigente y presidente Andrés Manuel López Obrador siempre ha sabido interpretar para ponerse al frente junto con el pueblo organizado para desplegar la Cuarta Transformación que recién está por consolidarse.

Venimos a contradecir el conformismo y el conservadurismo, venimos a decir que una Patria justa, solidaria, digna y fraterna, una Patria para el humillado si es posible. Las lecciones del obradorismo datan del largo recorrido de los precursores de la lucha por la democrática de 1988 hasta nuestros días, y de haber superado la falsa idea de que nuestro movimiento era “un peligro para México”, por el contrario, arribamos a la evidencia de que es el propio pueblo el que está salvando al pueblo y a la Nación. Les invitamos a conocer el libro “Los años de la resistencia” porque la arquitectura de la revolución de las conciencias apenas comienza a expresarse. 

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

Salir de la versión móvil