Hay figuras en la historia que se convierten en referentes políticos y culturales para las generaciones del porvenir. Son quienes con su ejemplo siguen demostrando que existen otras formas de practicar la política como servicio incondicional a los intereses superiores del pueblo largamente humillado y oprimido. Ese es el caso del Tata Lázaro, el titulo popular que ganó gracias a su profundo amor por los pobres. Cada 19 de octubre, día del aniversario de su partida, ocurrida en 1970 viene a la memoria del pueblo la obra del mejor y más querido presidente del siglo XX: el General Revolucionario Lázaro Cárdenas del Río.
Su legado quiso ser destruido desde el momento que dejó la presidencia, desde los sectores más conservadores ya bajo las siglas del PRI, comenzaron las incongruencias entre el discurso y la realidad, que terminaron en un proceso de divorcio entre las nuevas elites de poder, -nueva burguesía en ciernes que usufructuó el poder-, y los postulados de la Revolución Mexicana y que tuvo su momento de quiebre más evidente con la represión del movimiento estudiantil de 1968. El revisionismo de los postulados de la revolución demostró las desviaciones en la práctica de los gobiernos priistas, pero Lázaro Cárdenas nunca dudó en ponerse del lado correcto de la historia, cuestionando el alejamiento de los principios originales, el autoritarismo y la ausencia de un verdadero proyecto democrático y revolucionario. Hasta el final de sus días Cárdenas predicó desde la coherencia y la humildad.
Es tanta la influencia que tiene en la cultura política mexicana que a veces se soslaya su figura de titán que también puso de lado de las gestas de los pueblos del mundo, ya fueran latinoamericanos o europeos, ya fueran militantes de a pie o dirigentes perseguidos por el autoritarismo y la represión fascista. Pero, entre los múltiples aportes del General, poco se sabe de su indirecta, pero valiosa conexión y contribución con la función social del deporte más popular, el fútbol, en lo que años después vendría a ser el espectáculo y negocio por excelencia en todo el orbe. Esta es una experiencia recuperada por el pequeño pero maravilloso libro de Frederic Porta: “El Barça y México en 1937. Tiempos de Cárdenas”.
En esta investigación periodística e histórica el autor reseña:
- A fines de los años 30, las secuelas de la Dictadura de Francisco Franco se agudizaron, miles de españoles tuvieron que huir de su tierra por la violencia, la mayoría encontraron refugio en la política de fraternidad de Lázaro Cárdenas. Fue justo la época del exilio español en México que Cárdenas no dudo en abrirles las puertas solidarias de nuestro país a todos los perseguidos del fascismo ascendente en Europa.
- Desde su fundación como equipo de fútbol en honor a la ciudad de Barcelona, el Barça concita en su esencial la recuperación de la identidad perdida de un país sin Estado como lo es Cataluña. Joan Gamper su visionario promotor supo invocar el catalanismo político emergente a inicio del siglo XX, con el Club de Fútbol Barcelona.
- La inestabilidad económica, política y social que vivía España en la época de las décadas de 1290 y 1930 fue el contexto donde el Club Barcelona se edificó como trinchera del nacionalismo catalán, contra el conservadores, defensores primero de monarquías y después del régimen fascista Francisco Franco tras el golpe de Estado de 1937 que desembocó en la guerra civil española con más de 100 mil víctimas.
- El único gobierno que se solidariza con la resistencia de la Segunda República Española es el del General Lázaro Cárdenas, quien desde México abre las puertas a todos los refugiados, militantes de izquierda de todas las tendencias políticas y sus familias. Esa es el contexto para la primera visita de este club catalán a México, y una serie de hechos que permitieron subsistencia del Club de Fútbol Barcelona, hoy en la pequeña élite de los equipos más legendarios, exitosos y afamados del mundo.
- Para sobrevivir a la guerra civil y a las disputas con extremistas de la propia resistencia los socios del Barcelona que son miles de militantes que reivindican desde el fútbol su identidad cultural y nacional como catalanes, hacen malabares, lograr planear, y superar todos los obstáculos para lograr en pleno conflicto una gira futbolera a México, que les diera oxígeno económico y moral para sobrevivir. Ante un panorama deshumanizador como es la guerra, no quedó otro camino que buscar la solidaridad internacional, misma que los promotores del Barça encontraron en el pueblo de México y el General Cárdenas, cuyos detalles cuenta Porta en su bella obra.
Esta que es una historia deportiva, también es un ejemplo elocuente de como la solidaridad verdadera solo puede darse entre los explotados y perseguidos del mundo, que cada cierto tiempo encuentran a los dirigentes correctos que logran interpretar sus propios anhelos de justicia.
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