Este año electoral será tan histórico como 2018, pues no solo volverá a triunfar la izquierda en nuestro país. También, México dará su primer paso en tener una mujer presidenta por primera vez en su historia.
En promedio, llevamos 129 años desde que se erigió al primer Presidente de la República. Guadalupe Victoria en 1894. fue hasta 1955 que María del Socorro Blanc Ruiz, sería la primera mujer presidenta municipal de México, en San Luis Potosí, aunque su encargo fue interino permitió apertura a las mujeres mexicanas y el acceso a los encargos de gobierno más importantes.
En nuestro continente la primera mujer Presidenta fue María Estela Martínez de Perón, conocida como Isabelita Perón, asumió la presidencia constitucional de Argentina en 1974 y fue depuesta en 1976 por un golpe de Estado cívico-militar.
En México, la histórica luchadora social Rosario Ibarra, coahuilense fundadora de organizaciones en búsqueda de desaparecidos, además de una de las máximas defensoras de los derechos humanos, la paz y la democracia en el país, fue la primera candidata a la presidencia de la república en 1982 y 1988 con el Partido Revolucionario de los Trabajadores, instituto fundado en su mayoría por personas que participaron en los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971.
La primera legisladora federal fue Martha Aurora Jiménez de Palacios, quien ejerció el cargo alrededor de un año, ya que fue electa diputada federal por Baja California en unos comicios extraordinarios llevados a cabo en 1954 para concluir el último período de la XLII Legislatura. Las primeras senadoras de la República fueron María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia, electas en 1964. La primera mujer en gobernar un estado, Colima, fue Griselda Álvarez, votada para el cargo en 1979.
Han pasado 70 años desde que en 1955 las mujeres ejercieron por primera vez en la historia su condición de ciudadanía y con ello su derecho al voto en nuestro país.
En 1947, se concedió el voto a las mujeres solo a nivel municipal, se temía que las fuerzas conservadoras manipularan e influyeran sobre el sufragio, a través de sus esposos y la religión.
La cultura machista y el patriarcado arraigada en nuestro país, el costumbrismo de mantener un eje de violencia estructural contra las mujeres, vejando la capacidad y posibilidad de las mujeres para gobernar, este año se ha quebrado y avanza con fuerza la realidad de que México tendrá por primera vez en su historia a una mujer presidenta.
Seguramente en este proceso electoral tendremos una gran participación ciudadana y el primer termómetro para la votación por un proyecto de continuidad, pero también para la primera mujer.
Claudia Sheinbaum representa la continuidad del gobierno Obradorista y promete ser aún más innovador, con la red de transporte público que ya avizora en su propuesta, así como el programa mi beca para empezar y el sistema público de cuidados, refleja un gobierno sensible a las problemáticas más cercanas a las mujeres, derivado de la cultura patriarcal arraigada en nuestro país.
Y aunque en nuestro país el machismo conservador aún es latente, de Claudia Sheinbaum se espera no solo tener una mujer presidenta por primera vez en la historia, sino también el empoderamiento de las mujeres, no sólo en el ámbito político sino en el ejercicio de sus derechos, en el reconocimiento y la baja de violencia ejercida hacia las mujeres. Claudia Sheinbaum, será una aliada de todas las mujeres y considero tendrá la tarea de instaurar un sistema de cuidados y protección a las mujeres violentadas, además de llevar a cabo un gran proyecto de prevención contra la violencia machista y los feminicidios.
Y aunque pasaron 70 años desde el reconocimiento del voto femenino hasta la posibilidad única de tener una presidenta sigue estando difuso el cambio de paradigma social. Hoy tanto conservadores como progresistas tenemos una candidata a la presidencia de la república, las mujeres representan más de la mitad del padrón electoral y nuestro congreso federal es paritario, el gabinete presidencial se conforma también con un mayor número de mujeres. Desde la aprobación del derecho al voto y la integración de las mujeres a la boleta electoral, únicamente ha habido 8 mujeres a la presidencia, así que en lo personal considero que el voto hacia la mujer esté marcado por el progresismo y justo el segundo piso de la 4ta transformación consiste en llevar a una mujer a la presidencia de la república con un pueblo consciente y entusiasta que reconoce que es tiempo de mujeres.
Los comités de mujeres en todo el país podrán reforzar la elección presidencial, la apuesta debe seguir siendo a la organización de base y territorial, entre las mujeres y los hombres aliados de la lucha feminista.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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