La transformación nacional sigue firme y avanza con solidez, pese a las críticas de los sectores conservadores que ven en estas reformas un desafío a sus intereses. La noche del 31 de octubre, la Presidencia de la República dio a conocer en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto que ratifica la supremacía de la Constitución, tras la aprobación de esta reforma histórica por parte del Congreso y 23 legislaturas estatales.
Este decreto modifica el primer párrafo de la fracción II del artículo 107 y añade un quinto párrafo al artículo 105 de la Carta Magna, estableciendo que las reformas o adiciones a la Constitución federal no podrán ser impugnadas a través de controversias constitucionales ni acciones de inconstitucionalidad. Así, se asegura que los avances constitucionales se mantengan inamovibles, protegiendo los cambios necesarios para el progreso de la nación.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, encabezando el segundo piso de esta transformación, emitió el decreto que prohíbe cualquier intento de cuestionar las reformas a la Constitución, enfatizando que las acciones de inconstitucionalidad ya no procederán contra los cambios constitucionales que busquen fortalecer el proyecto de nación. Esto significa que las sentencias en juicios de amparo solo se aplicarán de manera individual y únicamente beneficiarán a quienes soliciten el amparo, limitando su alcance a las partes involucradas y evitando efectos generales.
Esta medida subraya que el juicio de amparo no será admisible contra adiciones o reformas constitucionales, lo que refuerza la protección de estos cambios ante intentos de reversión. Con esta reforma en vigor a partir del 1 de noviembre, la transformación avanza con paso firme, dejando claro que el proyecto de progreso y justicia social sigue adelante.
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