La desesperación ha llegado a lo máximo en el Consejo Nacional Agropecuario con la discusión pendiente en el Senado de la República sobre la prohibición del glifosato, pues abiertamente, se manifiesta y opera a favor del uso de este herbicida. No es para menos, el CNA no representa los intereses del campo mexicano ni mucho menos los de los campesinos; se trata de un organismo al servicio del Consejo Coordinador Empresarial y de las transnacionales que vela por beneficios económicos sin que les importe en lo más mínimo, la salud, el campo o el medio ambiente.
A pesar de las evidencias científicas, producto de estudios independientes como los realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) que demuestran la peligrosidad del agrotóxico por su contenido cancerígeno, el CNA niega los resultados y no sólo eso, afirma que no existen alternativas para reemplazarlo acusando que la iniciativa impulsada por López Obrador es ambigua. Por esa razón, se ha visto en las últimas semanas a operadores del poderoso MONSANTO en los pasillos del Senado, cabildeando intensamente para frenar el dictamen que, de aprobarse como está estructurado, representaría un verdadero acto de justicia ambiental. No hay que perder de vista que MONSANTO es el principal opositor a la iniciativa, dadas las cuantiosas ganancias que le genera la patente y el uso de este compuesto organofosfarado, al que ha logrado insertar, además de la agricultura a gran escala, en la jardinería de las casas o la agricultura urbana.
Pero la postura del Consejo Nacional Agropecuario y su operación para comprar conciencias en el poder legislativo no es nada nuevo, para nadie han pasado inadvertidas las sumas millonarias que destinan para tal efecto. Tanto el CNA como el Consejo Coordinador Empresarial operan de esa forma, cada que ven la posibilidad de que una iniciativa les afecte de manera directa en lo que realmente les importa que es el beneficio económico. Así quedó demostrado en la reciente Reforma Eléctrica que lograron detener desde el Congreso. Aquí el problema no radica en la postura, insistimos en que defienden sus intereses, sin embargo lo preocupante está en lo que parece ser una posición endeble de algunos senadores de MORENA que parecieran no entender los impactos positivos que pudiera significar para la salud y para el medio ambiente la aprobación. Nuevamente, como hemos señalado en reiteradas ocasiones, persisten los despistados morenistas que van en sentido contrario a lo que se supone es la Cuarta Transformación.
Por cierto, el Consejo Nacional Agropecuario, que no representa a un solo campesino de este país, ha hecho un par de señalamientos que por su ridiculez vale la pena mencionar: 1. La iniciativa es “ambigua y con profundo desconocimiento del tema” y 2. Posee un enfoque “ideológico y prohibicionista”. Para empezar, mis compañeros campesinos de la CODUC ofrecen al CNA un curso intensivo sobre cómo proteger el sistema agrícola sin el uso de transgénicos y agrotóxicos, así podrán constatar que, ni es ambigua ni tiene desconocimiento, ¡al contrario! Garantiza la salud y la preservación del ambiente. Por otra parte, efectivamente tiene es prohibicionista y con un enfoque ideológico. De eso se trata, de prohibirlo en su totalidad por los riesgos que representa. Por cierto, ¿de cuando acá la lucha en contra de la transgresión al orden natural dejó de ser ideológica?
Estando así las cosas y retomando la frase de AMLO de “fuera máscaras”, de una vez que vaya quedando claro, qué senadores de MORENA están dispuestos a traicionar al campo mexicano poniéndose de lado del brazo ejecutor de las políticas neoliberales aglutinados en el CNA y en el CEE cuando fueron ellos cómplices de quiénes acabaron con el agro. Por lo menos para que, en aras de los procesos electorales que se vienen, sepamos exactamente quiénes, tanto en el Senado como en la SADER, se oponen a uno de los más grandes logros del ambientalismo. Hay que estar atentos.
Para acabarla de amolar
“Rateros, ladrones, corruptos. A marchar todos, día 13, ahí nos vemos”… Así convocó vía twitter Vicente Fox a la famosa marcha que impulsa la oposición para “defender al INE”. No hay que ser muy ingenioso para imaginar el derroche de recursos que destinarán para nutrir la movilización, el acarreo pues (practica recurrente de todos, incluido MORENA). Por lo tanto, no es el aforo lo que habrá de evaluarse, sino realmente cómo percibe la ciudadanía a la Reforma Electoral y su percepción de la marcha. Dicho sea de paso, si debemos defender al INE, pues desde que terminó la gestión de Woldenberg, con todo y sus asegunes, el instituto cayó en decadencia desde la gestión del grisáceo empleado de Elba Esther Gordillo. Defendamos al INE pero de los que hoy lo tienen secuestrado, entre otros, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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