a Darío Bortoni, que no me deja irme con la finta.
Sobresalieron en los últimos días tres estampas que reflejan el compromiso de nuestra heroica clase política con el actuar para que todo quede igual. Por un lado, la presidenta Sheinbaum celebró que una autoridad del gobierno de España lamentara lo sucedido durante la Conquista Española; por otra, Paco Ignacio Taibo hizo gala de una admirable sensibilidad de izquierda patriarcal, misoginia y soberbia; por último, la Generación Z resultó más geriátrica y rancia que la oposición mexicana y convocó a tomar las calles, al mejor estilo nepalí, para sacudir a la tiranía cuatrera cuatrotera que democráticamente se ha impuesto.
La celebración de la presidenta a las escuetas palabras no del Rey, no del Presidente del Gobierno, sino del ministro de Asuntos Exteriores de España, que no fueron un perdón sino un lamento, felizmente contrasta con la aplastante realidad que no deja de aplastar a los pueblos originarios que siguen padeciendo “dolor e injusticia”, baja participación en cargos de representación popular y afectaciones, en aras de no afectar al capital, por concesiones mineras (en alguna medida limitadas por los gobiernos cuatreros) y de agua, que benefician a Coca Cola, Heineken, Danone, Peñafiel, Nestle, Grupo México, etc. Que se lamente quien quiera lamentarse mientras su lamento no beneficie la realidad de los pueblos originarios que egoístamente insisten en decidir sobre los suyo sin preocuparse por las necesidades del capital.
Sobre Paco, nada resulta más transformador, ni más de izquierda que lanzar una colección de libros donde menos del 30% fueron escritos por mujeres. La sociedad debería agradecerlo sumisamente y aplaudir, el hombre blanco heterosexual permitió que algunas escritoras formen parte de su colección. Sin embargo, como bien quienes se ponen de tapete a los pies de Taibo, “los etern@s ofendid@s, [prefieren] tramitar algo de sus daddy issues sin gastar en terapia”, en lugar de ponerse en los zapatos taibianos y entender que entender el ser y actuar del hombre blanco heterosexual, es obligación incuestionable de los, las y les militantes de izquierdas, ¡faltaba más!
Entrados en gastos
Resulta imposible cerrar este recuento gatopardista sin dar cuenta que la convocatoria que la Generación Z, recurriendo a portavoces solidarios y jóvenes de espíritu como Molotov, Joaquín “el cochiloco” Cosío, Mariana Gómez, Max Kaiser, Víctor Trujillo, Carlos Loret y Lilly Téllez, lanzó de forma espontánea para salir a las calles a defender la democracia. Hace falta mucho sospechosismo para extrañarse de que las demandas de la Generación Z resulten casi calcadas de la agenda apartidista, no política, desde la sociedad civil, de Claudio X. González Guajardo, el hombre de las mil “X” y la sonrisa auténtica.
- Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Historia mínima del desempleo.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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