Hugo Sánchez prende el ambiente… pero pide cero violencia rumbo al Mundial

Hugo Sánchez volvió a encender la conversación rumbo al Mundial al pedirle a la afición mexicana lo que pocos se atreven: “que arda la cancha, pero con calma”. Entre recuerdos del Azteca, su gol inolvidable y un mensaje directo a los seleccionados, el pentapichichi llamó a vivir la pasión sin violencia. Una mezcla de nostalgia, reto y orgullo que vuelve a poner su voz en el centro del debate mundialista.

El pentapichichi encendió la conversación al recordar sus vivencias mundialistas y mandar un mensaje directo a la afición mexicana: vivir la pasión al máximo, pero sin caer en la violencia.

“Calma… pero que arda la cancha”: Hugo Sánchez pone el dedo en la llaga rumbo al Mundial

Hugo Sánchez, el eterno pentapichichi y rey del gol mexicano, volvió a encender los micrófonos. Le preguntaron por el Mundial, por la Selección y por la afición mexicana… y Hugo, fiel a su estilo, no se guardó nada: pidió pasión, sí, pero también cabeza fría.
Porque si algo conoce Hugo, además de las redes rivales, es el fuego que traen los mexicanos en la sangre.

Sus primeros coqueteos mundialistas
Con una sonrisa traviesa, Hugo recordó el México 1970, cuando apenas a los 11 años soñaba con pisar un Mundial. “Recuerdos maravillosos”, dijo, como quien habla de su primer amor.

Años después ese sueño se le cumplió: 1986, el año en que él mismo se estrenó en la Copa del Mundo… y también el año de su famoso gol ante Bélgica, en un Estadio Azteca que él describe como “imponente, casi intimidante”.

Mensaje a la Selección: orgullo… y presión
A los seleccionados les mandó un recado que sonó entre motivación y reto:
“Hay que sentirnos privilegiados de ser un país que ha organizado tres Mundiales… Ojalá consigamos cosas que no se han conseguido antes.”
Y ahí, sin bajar la mirada, soltó lo que muchos no se atreven a decir:
“Tranquilidad y que no haya violencia… disfrutemos del deporte más maravilloso del mundo.”
Como si le hablara directamente a esa afición mexicana que grita, vibra, sufre, celebra… y a veces se pasa de revoluciones.

El Azteca, su templo y su recuerdo más sabroso
Para rematar, Hugo volvió a mencionar el Coloso de Santa Úrsula, casi como si hablara de un viejo romance futbolero: “Ahí hice mi único gol mundialista”.
El tono, nostálgico pero orgulloso, deja claro que el Azteca sigue siendo su territorio sagrado.

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