El legislador Greg Stanton encabezó una iniciativa junto a 42 congresistas demócratas para exigir al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la inmediata suspensión de los aranceles del 25 por ciento impuestos a México y Canadá. Los legisladores advirtieron sobre las graves consecuencias económicas y diplomáticas que estas medidas tendrían para los estadounidenses.
“Estos aranceles devastarán a los estadounidenses que ya luchan con los altos precios, destruirán empleos y dañarán las relaciones diplomáticas con nuestros socios más cercanos”, señala la misiva enviada a Trump, en la que también se menciona el arancel adicional del 10 por ciento impuesto a la energía proveniente de Canadá.
La carta fue dirigida tanto al habitante de La Casa Blanca como a los altos funcionarios de su administración. En ella, los legisladores destacaron que estas medidas podrían desestabilizar una relación comercial clave, que representa el 30 por ciento de la economía global y sostiene más de 12 millones de empleos estadounidenses.
Arizona también se pronuncia contra los aranceles
Sobre este mismo tema, la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, se unió a líderes empresariales y agrícolas del estado para denunciar los riesgos económicos de esta decisión.
En un comunicado publicado en redes sociales, Hobbs alertó sobre el aumento en los costos de productos básicos, las disrupciones en las cadenas de suministro y el impacto negativo en sectores estratégicos de la economía estatal.
“La economía de Arizona está creciendo, y estamos trabajando arduamente para crear empleos y reducir costos. Pero debo ser clara: estos aranceles son un impuesto para las familias y los negocios de Arizona, que amenaza con descarrilar nuestro progreso. Estos nuevos impuestos pondrán en riesgo los precios de los alimentos y la gasolina. También incrementarán el costo de la vivienda. Y pondrán en peligro industrias críticas de Arizona que emplean a decenas de miles de personas, como la manufactura de semiconductores, la agricultura y la economía de la energía limpia. Son malos para las familias y malos para los negocios. Espero que el presidente reconsidere esta acción apresurada, que podría tener un impacto devastador en la economía de nuestro estado”, declaró.
Por su parte, el presidente y director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Arizona, Danny Seiden, expresó su preocupación por el impacto de los aranceles en los consumidores y empresas del país.
“Las políticas comerciales fuertes deben ayudar a las empresas a crecer y mantener bajos los costos para los consumidores estadounidenses, no hacer que las cosas sean más caras. Los aranceles no son un impuesto a los países extranjeros; son un impuesto a las empresas, los consumidores y las familias estadounidenses. Este movimiento amenaza con interrumpir las operaciones, desacelerar el crecimiento económico y aumentar los precios en un momento en que la asequibilidad ya es una preocupación importante para las familias. Trabajaremos estrechamente con el equipo de la gobernadora y nuestra delegación congresional para asegurarnos de que Arizona siga siendo competitivo y de que las empresas no queden atrapadas en el fuego cruzado”, afirmó.
La presión de los congresistas y los sectores empresariales refleja el creciente descontento con la política comercial de Trump, que lejos de fortalecer la economía estadounidense, pone en riesgo empleos, inversiones y el costo de vida de su propia gente.
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