Por Ricardo Sevilla
Miguel Ángel Yunes Márquez, en medio de la discusión sobre la regulación de vapeadores, lanzó fuertes diatribas contra su propio partido, llamándolos “miserables”.
Yunes Márquez se declaró dispuesto a volver a votar por la Reforma Judicial, defendiendo su posición ante los reclamos internos que lo califican de “traidor”. La tensión escaló a tal punto que la Mesa Directiva, de plano, se vio obligada a cortar el micrófono debido a la persistencia de sus ataques.
La respuesta llegó de inmediato por parte del sensible Marko Cortés, quien no aguantó las críticas y subió a tribuna por alusiones personales.
Infelizmente, el hecho de que el conflicto haya explotado en tribuna, obligando a apagar el micrófono, demuestra que el espacio legislativo, en lugar de ser un foro de debate de ideas, se ha convertido en una arena de desahogo personal y ajuste de cuentas políticas.
Las balbucientes diatribas de Yunes contra el PAN –que a esta hora ya no sabemos si todavía milita en ese partido político– es la exhibición pública de la crisis de identidad y la falta de cohesión en el bloque opositor.
¡Entre panistas te veas!
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