A tal grado ha llegado la desesperación de los voceros de la oposición que ahora transitan del análisis político a las suposiciones descabelladas bajo títulos que pretenden dejar al lector en la suspicacia.
Tal es el caso de Raymundo Riva Palacio al que, o se le acabaron los informantes fidedignos de la clase política de antaño que acostumbraban pasarle información entre la copita y el cafecito, o de plano enloqueció. No es exageración esto último, véase su columna titulada “En construcción el fraude en 2024” en la que comienza con la siguiente narrativa por demás absurda:
“En los últimos meses se ha acumulado suficiente evidencia empírica para afirmar que el presidente Andrés Manuel López Obrador está preparando quedarse con la presidencia al término de su mandato. Quizás no propiamente en sus manos, pero sí a través de una o un títere”. No para ahí; más absurdo es el hecho de que suponga un “posible” escenario de ampliación de mandato (afirma que teóricamente no sería reelección) por parte de López Obrador con apoyo del ejército, a cuyos altos mandos acusa de haber recibido favores con dinero o en especie.
De manera frecuente, el columnista de eje central actúa y escribe de manera falaz desde hace muchos lustros pero todo tiene un por qué y no, nos es su vamos por partes:
Primero. Para quiénes lo conocen, saben que Raymundo Riva Palacio llevaba muchas semanas tentado a publicar esa columna, sin embargo esperaba el momento adecuado para hacerlo y casualmente el detonante fue la elección interna de MORENA. La razón es más que simple: si el resultado de la elección era desastroso, administraría la publicación y la guardaría para más adelante enfocándose en el proceso y sus innegables irregularidades; en cambio, si el resultado no daba el suficiente material para despotricar contra MORENA o el presidente (como sucedió), publicaría la columna.
Segundo. Riva Palacio debería primero acomodar las ideas: o López Obrador pretende una ampliación de mandato con apoyo del ejército o pretende mantener la presidencia mediante un títere. Por donde quiera que se mire, ambas advertencias caen en la estupidez porque no existe un solo elemento que sostenga o permita siquiera comprender tales advertencias. El propio Raymundo Riva Palacio lo sabe, por esa razón recurre a ese argumento de la “evidencia empírica” para no caer en la afirmación. Dicho de otra forma: supongo pero no afirmo, o afirmo de manera timorata disfrazándolo de suposición.
Pero bueno, este tipo de publicaciones del ex funcionario salinista no es de extrañarse, mucho menos la narrativa que utiliza con el ánimo de servir a la infocracia de nuestro país, lo que resulta extraño es el atrevimiento de acusar al ejército de haber recibido dinero por parte del ejecutivo. ¿Cua será la fuente del egresado de la Carlos Septién para afirmar tal cosa? Por supuesto que ninguna, en primera porque no existe tal cosa, en segunda porque en el afán de argumentar algo (lo que sea) en contra de López Obrador, recurre a la mentira. Por cierto, ¿esa acusación también está sustentada en la evidencia empírica? A ver que dice el Ejército Mexicano.
En fin, en el fondo Riva Palacio sabe que la oposición no tiene manera de hacer frente ni a AMLO ni a quien pudiera ser su sucesor o sucesora (a quienes hoy llama títeres), por lo tanto no le queda más remedio que sobrevivir desde la pluma pseudo independiente.
Para acabarla de amolar
En algo tiene razón Raymundo Riva Palacio: no es una sorpresa para nadie el caos generado en las elecciones internas recientes de MORENA, y sí, en el ADN existen prácticas difíciles de erradicar, sin embargo el nivel de participación más allá de los intereses de grupo es contundente, aún las cifras más conservadoras reconocen una participación jamás vista en un proceso democrático interno de ningún partido, pero ojo, Riva Palacio no debiera confundirse, la izquierda social no podría paralizar al país, lo que hicimos como movimiento fue paralizar el régimen de privilegios del que se sirvió denigrando el oficio periodístico.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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