Yucatán da un paso histórico en la lucha contra el dengue, el zika y el chikungunya: inaugura una “fábrica de mosquitos buenos” que, con ayuda de la ciencia, busca salvar vidas y erradicar los virus que cada año amenazan a miles de mexicanos.
Con la puesta en marcha de la llamada “Fábrica de Mosquitos Buenos”, el estado de Yucatán se coloca a la vanguardia nacional en el combate contra enfermedades transmitidas por vectores. Desde este laboratorio, se producirán millones de mosquitos Aedes aegypti portadores de la bacteria Wolbachia, capaz de neutralizar su capacidad de propagar los virus del dengue, zika y chikungunya.
El proyecto, respaldado por la Secretaría de Salud federal, el Cenaprece, la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), marca el arranque oficial de la Estrategia Nacional para el Control del Dengue y otras Arbovirosis. Con ello, se busca fortalecer la prevención y el control de enfermedades que, año con año, afectan a miles de personas en todo el país.
De acuerdo con cifras federales, los resultados preliminares en Yucatán ya muestran una disminución importante de casos: de enero a octubre de 2025 se registraron 2,739 casos probables de dengue, un 41.1% menos que en el mismo periodo del año anterior. Con 139 casos confirmados, la reducción alcanza el 38%, gracias a la fase experimental del programa que ahora se implementa de manera formal.
El gobernador Joaquín Díaz Mena destacó que el proyecto recibió una inversión adicional de 10 millones de pesos del Cenaprece para ampliar su capacidad de producción, lo que permitirá distribuir estos “mosquitos buenos” en otras entidades del país. “Hoy Yucatán demuestra que la innovación científica puede salvar vidas y convertirnos en referente nacional en salud pública”, expresó.
Por su parte, el asesor de emergencias de la OPS en México, Carlos Melo, reconoció el esfuerzo como un ejemplo regional e incluso global en el uso de biotecnología para combatir enfermedades tropicales. La meta, señalaron las autoridades, es replicar el modelo brasileño, cuya fábrica produce hasta 190 millones de mosquitos por semana.

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