A Enrique Peña Nieto su presupuesto solo le alcanzó para vivir en Valdelagua, un conjunto de mansiones ubicado a las afueras de Madrid, España. El pobrecito ha tenido que habitar en los suburbios, solo que es vecino de ricos extravagantes y gente de la farándula, como Penélope Cruz y Javier Bardem. El expresidente que no pudo aumentar el salario mínimo, ni crear empleos, ni apoyar a los jóvenes estudiantes con becas, ni incrementar las entonces ridículas pensiones para adultos mayores, y que permitió y participó en montones de negocios sucios, como los de Odebrecht, los penales y los hospitales que el gobierno de López Obrador tuvo que terminar de construir y equipar durante la pandemia, sabe poco, pero sabe que “calladito se ve más bonito”.
El expresidente hechizo, incapaz de leer un libro, al que le compraron una esposa, le construyeron una imagen con copetito alto y le escribieron una historia de telenovela, el que no pudo ni siquiera avanzar en la construcción del tren interurbano México-Toluca –la obra que beneficiaría a su tierra natal–, el expresidente apátrida no se puede quejar, pues, aunque dejó un país en ruinas, herido de violencia, con una deuda monumental, a él, a Peña Nieto, no le va nada mal.
El angelito no tiene alas, pero vuela mucho, y no se le ve nunca hacerlo en aviones comerciales. El infeliz sufre mucho por males de amor, pero para paliarlos tiene la Visa Dorada que entrega España a multimillonarios que tienen muchas ganas de gastar, aunque –no nos equivoquemos– él apenas vive en las afueras de Madrid en una humilde vivienda tipo Infonavit, ese instituto que durante su gobierno dirigió David Penchyna (con un salario del tamaño de su corrupción: 700 mil pesos mensuales), quien en agosto del 2020 fue acusado por Emilio Lozoya –el exdirector de Pemex, hoy en la cárcel– de recibir sobornos de parte de Luis Videgaray (o sea, de Peña Nieto), junto con Ernesto Cordero y el huidizo Ricardo Anaya, para aprobar la mal llamada Reforma Energética.
Enrique, para muchos, su presidencia ha quedado marcada por el sello de la corrupción.
Desde el inicio de mi gobierno llevé a cabo una campaña contra la corrupción, pero como es un asunto de orden cultural, un flagelo especialmente de nuestras sociedades latinoamericanas, fue muy difícil erradicarla. De hecho, es más fácil contagiarse de ella.
[A confesión de parte…].
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Enrique Peña Nieto no se contagió del virus de la corrupción: Enrique Peña Nieto es el virus de la corrupción. Y lo fue desde el inicio de su carrera política, pero se ha salvado de ser extraditado por la inoperancia de la Fiscalía General de la República. De acuerdo con Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, “hay suficientes evidencias de corrupción y peculado por parte de Peña”.
En el juicio contra García Luna, “la lumbre va hacia Peña Nieto”. Hay pruebas contundentes para que el expresidente sea indiciado y extraditado por cohecho, asociación delictuosa, lavado de dinero y delincuencia organizada, dice el periodista Álvaro Delgado.
Emilio Lozoya está por firmar un acuerdo con la fiscalía. Sin embargo, aunque Odebrecht repartió sobornos a borbotones y hay personas vinculadas a proceso por el dinero entregado a los legisladores panistas que aprobaron la reforma energética, hace un mes la Sala Superior Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó que los procedimientos contra el expresidente Enrique Peña Nieto y el gobernador saliente del Estado de México, Alfredo del Mazo, por el posible financiamiento ilegal en sus campañas, son infundados. Días antes de que se le acabara la chamba, Lorenzo Córdova promovió la exoneración de Peña, el sujeto que lo colocó en el INE.
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Enrique Peña Nieto es corto de entendimiento, pero es muy largo en corruptelas.
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¿La desaparición forzada de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa fue una operación de Estado ejecutada por el gobierno?
No. Yo sigo defendiendo la verdad histórica.
¿Cómo explica su fortuna? Desde que era gobernador del Estado de México declaró que le habían donado grandes terrenos, casas, departamentos, obras de arte, metales, joyas. Un artículo de entonces, de Alejandro Páez Varela, acusaba que llevaba una vida entera recibiendo donaciones.
No solo soy una cara bonita, también tengo mucho carisma. Me quieren mucho y me regalan cosas.
El presidente ha dicho que usted gastó siete millones de pesos por servicio de internet en un solo vuelo en el avión presidencial.
No lo sabía. Habría que revisar.
No solo se le acusa del saqueo de las finanzas públicas, sino también de haber afectado los recursos naturales del país. Por ejemplo, al final de su gobierno le dio el banderazo al fracking para obtener gas y petróleo.
Esa técnica fue crucial para mejorar la producción petrolera del país.
Información de Contralínea señala que un contratista de su gobierno le transfirió 38 millones de pesos a Socorro Nieto, su madre.
Ah, sí. Fue por la venta de unos terrenos en Atlacomulco, pero el pago se hizo 15 años después.
En su gobierno dejó obras inconclusas. No solo el tren interburbano, sino 196 instalaciones médicas sin terminar. En muchas solo se hizo el cascarón. Entre Fox, Calderón y usted sumaron 317.
Seis años son pocos para tantas responsabilidades.
Usted repartió 60 mil millones de pesos en publicidad.
Son gastos necesarios. Al ser mi gobierno más abierto, hubo que darle mayor publicidad a todo lo que hacíamos. Fuimos muy transparentes.
Haga un poco de autocrítica. ¿Considera el suyo un gobierno fallido?
No. En mi gobierno, las reformas estructurales trajeron beneficios para los mexicanos. Iban a ser más, pero con el cambio ya no se pudo. Cumplí con el 95 por ciento de todos y cada uno de los compromisos que firmé ante notario público.
¿Dejó un pueblo pobre?
Claro que no. Con el programa Prospera aseguramos que la población de mayor rezago social pudiera realmente prosperar y lograr mejores condiciones de vida.
[No lo sé, Rick. Parece falso…].
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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