En Tabasco descubren el mayor monumento ritual de Mesoamérica, mil años más antiguo que Tikal

Oculto por siglos bajo la selva tabasqueña, un hallazgo monumental reescribe la historia maya: Aguada Fénix, el mayor y más antiguo santuario ritual de Mesoamérica, donde un pueblo sin reyes levantó su visión del universo con las manos y la fe en el sol.

En el corazón de Tabasco, cerca de la frontera con Guatemala, un grupo de arqueólogos descubrió lo que podría redefinir la historia de la civilización maya: Aguada Fénix, el monumento ceremonial más grande y antiguo de Mesoamérica. Con una extensión de 1.5 kilómetros de largo por casi medio kilómetro de ancho, esta estructura monumental data de alrededor del año 1000 a. C., convirtiéndose en el primer gran modelo a escala del universo respecto a la cosmovisión maya.

El hallazgo, publicado por la revista Science Advances, revela que Aguada Fénix fue un cosmograma, una representación simbólica del orden cósmico. Durante las excavaciones, los especialistas encontraron un foso en forma de cruz con una ofrenda compuesta por hachas de jade y pigmentos minerales dispuestos de acuerdo con los puntos cardinales. Para los investigadores, esta disposición ritual marca un punto de inflexión en la comprensión de los primeros rituales y creencias del mundo maya.

El equipo, encabezado por Takeshi Inomata, de la Universidad de Arizona, considera que este descubrimiento demuestra un “big bang” de la arquitectura maya, pues Aguada Fénix antecede en casi mil años a grandes centros como Tikal o Teotihuacán. El sitio habría sido construido por comunidades organizadas bajo líderes intelectuales y astrónomos, sin evidencia de una autoridad central o de un rey dominante. “Este logro monumental muestra que la cooperación social también fue motor de grandes civilizaciones”, explicó Inomata.

El monumento está alineado con la salida del sol los días 17 de octubre y 24 de febrero, fechas separadas por 130 días que coinciden con la mitad del calendario ritual mesoamericano de 260 días. Esta orientación solar, junto con una compleja red de calzadas, canales y pasillos que rodean la estructura, confirma el avanzado conocimiento astronómico y de ingeniería que poseían sus constructores.


Para los especialistas, Aguada Fénix no solo representa un hallazgo arqueológico sin precedentes, sino también una nueva lectura sobre la génesis del pensamiento maya: una civilización capaz de concebir y materializar su visión del cosmos sin depender del poder de los reyes, sino de la fuerza colectiva de su pueblo.

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