A un año del atentado en Pensilvania contra el ahora presidente Donald Trump, una investigación de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) reveló que el Servicio Secreto de EE.UU. fue alertado de una amenaza clasificada contra Trump 10 días antes del intento de asesinato, pero no compartió la información con los agentes a cargo de su seguridad.

Según el informe, el personal de seguridad no fue notificado porque la amenaza no se consideró “inminente para la vida”, lo que dejó sin preparación al equipo en el mitin. El jefe de seguridad en Pittsburgh señaló que, de haberlo sabido, habría solicitado vidrios blindados, francotiradores adicionales y vigilancia aérea.
El senador republicano Chuck Grassley calificó los hechos como una falla histórica y denunció años de mala gestión en la agencia. Aseguró que continuará exigiendo rendición de cuentas y mejoras urgentes en la protección de líderes políticos.
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