El pasado 2 de junio, los ciudadanos mandaron un duro y contundente mensaje a los partidos de oposición en México, pues contrario al discurso que estos sostuvieron durante las campañas, el pueblo dejó de manifiesto que no solo respalda el proyecto de nación de la llamada Cuarta Transformación, sino que también lo acompaña dándole las herramientas necesarias para sentar las bases del humanismo mexicano, como lo son la mayoría en el Congreso de la Unión.
El desprecio por el pueblo, expresado en diferentes momentos de la historia pasada y reciente, por parte del bloque conformado por el PAN, PRI y PRD, tiene como resultado su estrepitosa derrota. Piensan que la población es ingenua y que no tiene memoria, piensan que por arte de magia la ciudadanía va a olvidar la serie de agravios que cometieron por décadas.
Ejercicios como “la mañanera”, formato que afortunadamente continuará en el gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum, hacen posible que la ciudadanía mantenga en su memoria los acontecimientos que han tenido lugar en nuestro país; esta plataforma de comunicación sirve sobre todo para informar a las nuevas generaciones, a las cuales los de oposición quisieron persuadir dibujándoles un mundo de colores y fantasía, sin embargo, la realidad de nuestro país ha sido dura y es imprescindible que no se olvide.
De manera desafortunada, y luego de la etapa de votaciones, algunos políticos han retomado sus ataques contra el pueblo mexicano, lo tachan de ignorante al no saber, según ellos, elegir a sus gobernantes; abiertamente muestran su desprecio y falta de respeto hacia la población. En una democracia, el voto ciudadano, con sus aciertos y errores, debe ser respetado, el no hacerlo solo denota una visión autoritaria, al creerse con la verdad absoluta y el derecho a imponer su voluntad por encima de las mayorías. En lugar de escuchar, descalifican y en lugar de asumir responsabilidades, evaden.
Algunos ejemplos de este desprecio incluyen declaraciones discriminatorias y ofensivas hacia ciertos grupos étnicos, clases sociales o regiones del país, no olvidemos cuando dijeron que los habitantes del sur eran conformistas y flojos.
Aunado a lo anterior, la falta de empatía que les ha caracterizado, así como la desconexión total con las necesidades y problemas que enfrentan millones de mexicanos en pobreza, marginación y falta de oportunidades, los llevó a declarar que son “huevones” quienes reciben programas sociales; no olvidemos también que Acción Nacional votó en contra de llevar a rango constitucional dichos programas.
Bajo su premisa, de que los ciudadanos son ingenuos, fueron protagonistas de actos de corrupción descarada, ese mismo descaro los llevó a nefastas declaraciones que sostienen que “el PRI robaba, pero también repartía”, todas ellas, acciones en detrimento del erario público y del bienestar popular.
Durante décadas han demostrado más lealtad a sus propios intereses que al bienestar colectivo, o cómo debemos interpretar que los líderes de los partidos de oposición Marko Cortés, Alejandro Moreno, y Jesús Zambrano decidieron colocarse en el primer lugar de sus respectivas listas al Senado.
La implementación de políticas que no tomaban en cuenta a los sectores afectados de la población, son un ejemplo más del desprecio por la gente, ya que como los mexicanos son “ignorantes”, no tenían por qué cuestionar que se estuvieran entregando los bienes de la nación a grupos de poder e intereses empresariales cercanos a sus partidos, incluso a unos cuantos privilegiados del extranjero.
Los políticos debieran ser servidores del pueblo, no amos u opresores. El pueblo merece gobernantes comprometidos, honestos y cercanos. Ante ello, aquí proponemos algunos aspectos que los de la vieja política deben tomar en cuenta para en primer lugar hacer un ejercicio de autocrítica que les permita reflexionar sobre su actuar y replantear o renovar sus plataformas de gobierno.
Urgen contrapesos, urge oposición, pero renovada, participativa y propositiva
Las voces alternas y críticas son vitales en una democracia para cuestionar al poder, señalar fallas, proponer mejoras y evitar que se abuse de la autoridad. Un sano debate y pluralidad de ideas enriquece el proceso democrático, no se podría entender la política sin los contrapesos, sin embargo, cuando esas voces se limitan sólo a confrontar sin proponer alternativas viables, se corre el riesgo de caer en la ingobernabilidad. La crítica debe ir acompañada de propuestas constructivas.
Es responsabilidad de todos los actores políticos, tanto del gobierno como de la oposición, mantener un tono respetuoso, no polarizar en exceso y anteponer el diálogo y los acuerdos por encima de los intereses partidistas o personales.
En este sentido, para que la oposición política en México pueda reconectar verdaderamente con el pueblo y representar sus anhelos, necesita una profunda reconstrucción desde las bases, no podemos seguir destinando el dinero público a dar vida de reyes a unos cuantos pillos.
Para ello, esa renovación profunda debe contener por lo menos los siguientes elementos clave:
- Asumir con humildad los grandes fracasos y falta de resultados durante sus gobiernos. Pedir perdón al pueblo por los agravios cometidos.
- Salir de las cúpulas para conocer de primera mano las demandas populares. Nada será más efectivo que la vinculación permanente y la presencia territorial.
- Promover liderazgos que emerjan desde los movimientos y luchas sociales, es decir, personas realmente cercanas y comprometidas con las causas ciudadanas; es tiempo de dejar de lado a las élites que solo han alimentado sus vulgares ambiciones personales.
- Presentar propuestas viables, realistas y aplicables a los grandes problemas que presenta la nación, los discursos huecos ya no generan encanto sobre todo cuando la población está más politizada e interesada en los asuntos públicos.
- Desterrar de sus filas la corrupción y los monopolios que existen en sus institutos políticos; la renovación de sus dirigencias a través de mecanismos democráticos, transparentes y de apertura a la participación ciudadana, serán el primer paso.
- Abandonar la confrontación estéril y construir grandes acuerdos nacionales con todas las fuerzas políticas y sociales. Tener siempre presente que sin importar al partido político al que pertenezcan, antes que nada y después de todo, las causas sociales son su prioridad.
- Tener un actuar político transparente y una impecable rendición de cuentas de sus recursos económicos y sus fuentes de financiamiento.
En definitiva, la reconstrucción de la oposición implica una profunda renovación ideológica, orgánica y de buenas prácticas políticas; nada permitirá recobrar la confianza de las mayorías si las bases no llevan en sus cimientos una representación popular auténtica; seguir reciclando los viejos cuadros solo alimentará el descontento y repudio social.
En resumen, el equilibrio ideal es tener una oposición fuerte, crítica cuando sea necesario, pero también propositiva y dispuesta a construir acuerdos en lugar de sólo ser un elemento de obstrucción de las políticas del gobierno en turno.
Engrane #1.- Este domingo, la Ing. Rocío Nahle, recibió la constancia de mayoría que la acredita como la gobernadora electa del estado de Veracruz. Y, a pesar de la amplia diferencia de votos con el segundo lugar, el cual obtuvo Pepe Yunes, éste último ya anunció que impugnará la elección.
Engrane #2.- El mismo día, pero más temprano, Claudia Tello y Manuel Huerta, recibieron la constancia que los acredita como Senadores electos del estado de Veracruz.
Engrane #3.- En otro orden de ideas, pero no menos importante, cada vez es más aguda la carencia del vital líquido en diferentes partes del país, situación que urge a la población, en acompañamiento de las autoridades, analizar las medidas y acciones que se deberán emprender para hacerle frente a este que ya se ha convertido en un problema de focos rojos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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