A partir del 7 de agosto, entran en vigor los nuevos aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump a importaciones provenientes de casi 200 países. Esta medida representa un cambio significativo en las políticas comerciales de Estados Unidos, con tasas que varían según el país y los productos.
Entre los gravámenes destacados, países como Afganistán y Nueva Zelanda enfrentarán un arancel del 15%, mientras que Siria tendrá el más alto con un 41%. Se aplicará también un arancel del 40% a productos importados que hagan escala en terceros países, afectando especialmente a bienes provenientes de China, de acuerdo con información recopilada por El País.
Diversos países han negociado acuerdos parciales para evitar o reducir estos aranceles. La Unión Europea, Japón y Corea del Sur tendrán un arancel del 15%. México y China cuentan con prórrogas para continuar negociando. Canadá recibirá un arancel del 35% tras romper negociaciones.

Los ingresos por aranceles en EE.UU. han aumentado significativamente, alcanzando en julio 28,000 millones de dólares, el nivel más alto desde 1934. El promedio efectivo de aranceles llegó al 18.2%, comparado con el 2.4% previo a la administración Trump.
El incremento en aranceles coincide con un aumento en la inflación, que se ubicó en 2.7% en el último reporte. Expertos monitorean los posibles efectos de esta política en el crecimiento económico nacional e internacional.
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