Por Ricardo Sevilla
¡Tamaulipas compra deuda por 15 mil millones!
El agujero negro de las finanzas tamaulipecas.
Un estado pobre con un gobierno rico… en deudas.
El estado de Tamaulipas enfrenta una situación financiera crítica, con una deuda pública directa que superaba los 15 mil millones de pesos al cierre de 2024.
A pesar de que la Secretaría de Finanzas, que estaba a cargo de Adriana Lozano Rodríguez, se jactaba de haber reducido el endeudamiento, los hechos demuestran lo contrario.
Pese a que el gobierno de Américo Villarreal asegura no estar pidiendo créditos, la Secretaría de Finanzas emitió, en diciembre de 2024, la convocatoria 01/2024 para solicitar un crédito de hasta dos mil millones de pesos, argumentando una “insuficiencia de liquidez de carácter temporal”.

Este contradictorio intento de reducir la deuda, mientras se buscaba nuevo financiamiento, culminó con la salida de Lozano Rodríguez en enero de 2025.
Y aunque la salida de la titular de finanzas, quien durante el gobierno de Vicente Fox fue nombrada subadministradora del SAT en Matamoros, se justificó como una renuncia por “cuestiones personales”, la realidad apunta a que hubo señalamientos de malos manejos.
Su sustituto, Jesús Lavín Verástegui, asumió el cargo prometiendo, como ya lo había hecho antes la administración de Américo Villarreal, que no adquiriría más deuda.
Pero la promesa duró poco.
En abril del mismo año, se solicitó un préstamo de 500 millones de pesos al Grupo Financiero HSBC.

CIFRAS A MODO VS. REALIDAD CIUDADANA
Dos meses después de adquirir la nueva deuda, Lavín Verástegui declaró que Tamaulipas era el estado con “mejores resultados financieros” en la frontera norte.
Y para respaldar su jubilosa afirmación, presentó un reporte del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) que indicaba una disminución en la deuda pública per cápita, pasando de 5 mil 201 pesos en 2021 a 4 mil 488 pesos en 2025.
Sin embargo, estas cifras alegres, aunque parecían técnicamente correctas, maquillaban una realidad más compleja.
Y es que, mientras las cifras oficiales buscaban tranquilizar a la población, la deuda real y su impacto continúan sintiéndose en la economía de a pie.
Y es que hoy, cada tamaulipeco tiene una deuda per cápita de 4 mil 488 pesos.

Esto se traduce en una carga financiera directa para cada ciudadano, que ve cómo el dinero se desvía para pagar intereses en lugar de invertirse en infraestructura, servicios o programas sociales.
CONSECUENCIAS EN LA ECONOMÍA LOCAL
Lo más alarmante de este persistente
endeudamiento es que la situación financiera de Tamaulipas tiene consecuencias directas en la economía local, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs).
Rigoberto Beltrán Sarabia, coordinador estatal del INEGI, señala que el endeudamiento en la banca privada y el alto costo de la materia prima se han convertido en los principales obstáculos para estos negocios.
A la administración de Américo Villarreal no parece interesarle que la dependencia financiera de bancos sea un riesgo latente ni que, sumado a los altos gastos operativos y la baja demanda, se ponga en jaque la viabilidad de muchos emprendimientos.
La población está preocupada porque la narrativa oficial ha estado plagada de contradicciones y promesas incumplidas.
Lo cierto es que, en Tamaulipas, las finanzas públicas son un laberinto de mentiras.
Y la única realidad es que, ahora mismo, la deuda de ese estado, gobernado por MORENA, asciende a 15 mil 227 millones 44 mil 582 pesos.
Las mentiras en las finanzas públicas se pagan con el bienestar social.

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