Hoy viajamos de la fantasía a la realidad. No es la primera vez que un mandatario llena de elogios y muestra respeto hacia nuestra doctora presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el mismo presidente AMLO decía de ella que era una mujer excepcional, muy inteligente y con un gran corazón. También hemos visto cómo en la recién cumbre del G-20 primeros ministros de otros países como en el caso de Emmanuel Macron de Francia muestran un gesto de respeto al besarle la mano a nuestra presidenta. Recientemente en una conferencia de la Turning Point Action de corte conservador en donde se presentó Donald Trump, éste habla de la presidenta refiriéndose a ella como una mujer maravillosa (Wonderful Woman).
Bien dicen que la realidad supera a la ficción y podríamos llegar a pensar que en México tenemos a una superheroína de carne y hueso y no ficticia como la Wonder Woman de la DC Comics. Es muy interesante ver que ambas mujeres extraordinarias guardan muchas cosas en común, por ejemplo, el hecho de que nuestra presidenta también posee múltiples habilidades y conocimientos gracias a los años de lucha y entrenamiento que ha desarrollado en la izquierda mexicana y por décadas al lado de grandes dirigentes como el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
De la misma manera que la Wonder Woman norteamericana, también nuestra presidenta desde sus orígenes políticos y primeras luchas contra gobiernos neoliberales y autoritarios, siempre ha velado por la justicia, por el amor, por la paz y por la igualdad, al grado de que el faro de luz de su campaña fue convertir en derechos todo lo que el neoliberalismo se encargó de convertir en mercancías, como en el caso de la educación, la salud, el medio ambiente, la cultura, el agua, la vivienda, etc.
Honesta, confiable y leal a los principios de la cuarta transformación, nuestra Wonderful Woman mexicana también es un referente del feminismo en el mundo, ha luchado por la igualdad sustantiva de género en México y siempre se ha conducido como un ejemplo de rectitud y de un actuar ético como funcionaria en la administración pública, tanto como alcaldesa o jefa delegacional como siendo Jefa de Gobierno de la CDMX y ahora como la primera presidenta de la república.
Nuestra presidenta Sheinbaum ha roto con muchos de los paradigmas que se tenían sobre las mujeres en épocas pasadas, sobre todo, con los esquemas machistas y discriminatorios que veían a la mujer como un ser débil, inferior y sin criterio propio, por el contrario, hoy la presidenta se muestra frente al mundo como una mujer con fuerza y poder y con todas las virtudes y cualidades que definen a una primera mandataria de excelencia.
Hoy es ella la que por su valentía y arrojo posee el bastón de mando de los pueblos originarios y ha penetrado donde nunca antes una mujer tenía permitido entrar. Imagínese usted querido lector que, en México, un país “tercer mundista” (como siempre nos lo han querido presentar), tenemos más democracia y más igualdad que en Estados Unidos (un supuesto país “primer mundista”), aquel país vecino que se cree padre de la democracia en el mundo, pero que lamentablemente no ha dejado (ni dejará por su pensamiento conservador y retrograda) llegar a una mujer a la presidencia, y en México sí, tenemos mucha presidenta (con A), que es el orgullo de todos los mexicanos y de todas las mexicanas.
Ella viene de lejos, la presidenta Claudia Sheinbaum es quien es por su actuar, por sus hechos, por toda la historia de lucha y de honestidad que la precede. No sólo ha dejado en mejores condiciones y con mayor seguridad a la CDMX, sino también conoce y ha recorrido todo el país con el presidente AMLO, que siempre se refiero a ella con aprecio diciendo que además de tener una gran capacidad de análisis, es una mujer cercana a la gente, que ama a su pueblo, pero, sobre todo, que es incorruptible.
La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, le ha dado continuidad en el segundo piso de la cuarta transformación a los principios fundacionales del movimiento de no mentir, no robar y nunca traicionar al pueblo de México, principios que fueron establecidos por el presidente AMLO. Hoy sabemos que, gracias a su esfuerzo y dedicación, como lo hacía nuestro presidente en su momento, México ha avanzado con fuerza en el inicio de esta nueva era de progreso y de prosperidad compartida. Desde los primeros días de su gobierno se ha empeñado en impulsar las reformas a la constitución que dejó pendientes el presidente y que ella misma también ha propuesto, entre las que destacan la reforma al poder judicial.
En estos primeros meses de gobierno podemos decir que la presidenta ha demostrado cabalmente y con resultados su leal compromiso con el movimiento y con el ideal de país que visualizaba en su momento nuestro presidente AMLO. No ha sido fácil, pero al día de hoy sigue avanzando con paso firme, con esa entereza ética y moral que la caracteriza y con ese respaldo que le brinda el pueblo de México que en las encuestas rebasan en promedio más del 70% de aceptación de su gobierno. Sin duda, una presidenta querida por los mexicanos y siempre con la imagen presente que nos dejó el presidente AMLO de ella, de que la Dra. Sheinbaum sería la mejor presidenta del mundo.
Por todo lo anterior, ahora es fácil entender las expectativas que tenía AMLO de nuestra actual presidenta, porque la presidenta Sheinbaum sencillamente es un ejemplo a seguir, una guía moral sobre el correcto actuar como persona y como servidora pública (basta recordar la carta que mandó a los servidores y funcionarios públicos al día siguiente de su toma de protesta como presidenta en la que nuestra mandataria expresa claramente su pensamiento de la forma en que un servidor se debe de conducir en su labor cotidiana frente a la ciudadanía). De la misma manera que con el presidente AMLO, ella refleja ese amor al pueblo, ese respeto al prójimo y esa entrega en cuerpo y alma a la noble causa de gobernar nuestro país, especialmente su compromiso se resume en dejar a su paso una mejor nación.
Es esa fortaleza la que la hace maravillosa, esa fortaleza que como mujer se le refleja en la luz de su mirada, en su rostro, en su semblante que refleja bondad, pero a su vez firmeza en sus decisiones, es una mujer valiente de la que AMLO decía que tiene cabeza, corazón y carácter. Para ser honestos estimados lectores y con el lazo de la verdad atado a mis manos, les digo que me siento muy orgulloso de que ella sea nuestra presidenta, que México no pudo haber elegido mejor, ya lo decía mi querido presidente AMLO, es una bendición para nuestra patria que ella haya llegado al poder.
Nuestra Wonderful Woman es mexicana y es real, no es ficticia o creada en el imaginario de un comic (como la Wonder Woman americana de las historietas), ella es de carne y hueso y se llama Claudia Sheinbaum Pardo y es la presidenta de México, es digna de admiración y dentro de sus cualidades extraordinarias está la de ser honesta y amar a su pueblo con todo su corazón y defenderlo, no me queda duda, de los estruendosos vientos del norte que se avecinan con esta nueva era Trump, ahora que éste tome el poder en enero del próximo año 2025.
Finalmente, apreciable lector, quisiera terminar con un hermoso poema que me recuerda a nuestra maravillosa presidenta y a lo maravillosas que son también todas nuestras mujeres mexicanas que la siguen en su lucha. El poema es del poeta italiano Dante Alighieri y se llama TANTO GENTILE:
Tanto es gentil el porte de mi amada,
tanto digna de amor cuando saluda,
que toda lengua permanece muda
y a todos avasalla su mirada.
Rauda se aleja oyéndose ensalzada
-humildad que la viste y que la escuda-,
y es a la tierra cual celeste ayuda
en humano prodigio transformada.
Tanto embeleso el contemplarla inspira,
que al corazón embriaga de ternura:
lo siente y lo comprende quien la mira.
Y en sus labios, cual signo de ventura,
vagar parece un rizo de dulzura
que el alma va diciéndole: ¡Suspira!
¡Viva nuestra maravillosa Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo!
¡Viva Andrés Manuel López Obrador ¡
¡Viva México!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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