Israel enfrenta una grave crisis en su defensa aérea. Desde el inicio de la guerra contra Irán el 13 de junio de 2025, su sistema de interceptores Arrow sufre una presión alarmante. Los ataques balísticos iraníes han aumentado, llevando a un uso acelerado de estos costosos misiles.

Exfuncionarios advierten que, si la situación continúa, Israel podría agotar sus reservas en tan solo 10 a 12 días. Cada interceptor Arrow cuesta alrededor de 3 millones de dólares. Su producción no puede escalar rápidamente, lo que agrava aún más la situación.
La posible escasez de interceptores forzaría a Israel a racionar sus defensas. Esto dejaría a ciudades y objetivos estratégicos más vulnerables. Otros sistemas como David’s Sling e Iron Dome pueden complementar la defensa, pero no son suficientes contra los misiles de largo alcance o hipersónicos de Irán.
Desde el inicio del conflicto, Irán ha lanzado más de 370 misiles balísticos y cientos de drones. Aunque Israel ha logrado destruir cerca de 120 lanzadores de misiles iraníes, el costo en interceptores ha sido elevado.
El Pentágono ha enviado sistemas Patriot y THAAD para ayudar a Israel. Sin embargo, estas reservas estadounidenses también se están reduciendo. Washington podría enfrentarse a una presión adicional si el conflicto se prolonga.
Arabia Saudita y otros mediadores han expresado su preocupación. Un enfrentamiento prolongado podría amenazar la seguridad energética global y desestabilizar el Golfo Pérsico. La situación en la región se vuelve cada vez más crítica, y los próximos días serán decisivos para la defensa de Israel

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