Ante un sol abrazador, millones de personas se congregaron en el Zócalo capitalino el pasado domingo 9 de marzo, para respaldar con su cariño y entusiasmo hacia la presidenta Claudia Sheinabum Pardo, quien había hecho un llamado a una asamblea informativa en defensa de la soberanía nacional tras la entrada en vigor del 25% de aranceles a todos los productos mexicanos exportados al país vecino del norte, por parte del presidente Donald Trump. La mandataria destacó la buena relación entre México y Estados Unidos, así por ejemplo, el alcanzar un acuerdo con el mandatario estadounidense, de retrasar los aranceles e indicará que los productos mexicanos del T-MEC estarán exentos de su política hasta el próximo 2 de abril.
Por otro lado, insistió que “el país debe seguir fortaleciendo la economía desde el humanismo mexicano”, por lo cual planteó como estrategia en seguir aumentando el salario mínimo, la autosuficiencia energética, promover la inversión pública para la creación de empleos y resaltó el inicio de la construcción de trenes y un millón de viviendas, así como el fortalecimiento de los Programas de Bienestar. Además de recordar sobre la próxima elección judicial, que se llevara a cabo el próximo 1° de junio, refrendó que México es un país libre, soberano y democrático.
Llamó mi atención un reciente artículo publicado por la revista digital The Intercept, titulado“Latin America´s New Right Ushers in Pan-American Trumpism” en el que ve a México como el único contrapeso real ante el trumpismo. “Sólo la mexicana Claudia Sheinbaum actúa desde una posición de autoridad. Su expansión del Estado de bienestar es enormemente popular entre los mexicanos y las encuestas muestran que una gran mayoría del país la respalda en su contraataque contra Trump. Si bien maneja con delicadeza a Estados Unidos sigue siendo audaz al proponer una visión posneoliberal de la ciudadanía social”.
Exploremos un poco está propuesta de la visión posneoliberal de la ciudadanía social. Por décadas se impuso un modelo económico que volteaba a ver hacia afuera, orientado a las exportaciones y sobre todo a la globalización. Por ejemplo, permitió que las tesorerías estuvieran en manos de la banca privada, como parte de un proyecto del Fondo Monetario Internacional (FMI); les dio a las elites económicas control de las grandes empresas públicas; las leyes fueron modificadas y fueron creadas instituciones para proteger y perpetuar las relaciones de poder entre un puñado de personas. Como consecuencia, se adquirieron grandes procesos de corrupción, crisis económicas y creció de manera rampante el crimen organizado.
Desmantelar la hegemonía neoliberal, era una tarea vital que la Cuarta Transformación (4T) tenía que emprender para materializar un sistema político formal, sólo así se lograría un beneficio colectivo. “Por el bien de todos, primero los pobres”, implica toda esta posibilidad de entender ese proceso que apunta a atender primero la pobreza en México, mediante la activación del mercado interno. A través de políticas distributivas, como el aumento salarial, los programas sociales y la conformación de una fuerza popular, sacaron de la pobreza a 9.5 millones de mexicanos y beneficia a todos los sectores. El ex presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que este resultado se debe a la implementación de este modelo que llamó “Economía Moral”, creado por el primer gobierno de la Cuarta Transformación, al subrayar que la atención prioritaria a las personas que menos tienen demostró ser más efectivo y funcional para todos los sectores de la población, a diferencia del modelo neoliberal que sólo generó desigualdad y concentración de la riqueza.
Se destacan dos elementos que impulsan a la economía nacional: la llegada de la inversión extranjera y la inversión pública. Cuando llegó el gobierno de la 4T, la inversión pública era de 500 mil millones de pesos y para el 2023 llegó al billón la inversión pública, es decir, el doble. La industria de la construcción reactiva la economía y al hacer obras necesarias para el país, genera muchas fuentes de trabajo. “Ahora, las riquezas de México, el ingreso de México, el presupuesto de México, que es de todos los ciudadanos…Lo estamos distribuyendo con justicia a todos los mexicanos. Y ¿qué es la justicia? Es darle más al que tiene menos porque no puede haber trato igual entre desiguales. Primero los pobres”, remarcó López Obrador durante la presentación de un balance económico sobre desarrollo industrial y el Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos (T-MEC), llevado a cabo en julio del año pasado.
Por el contrario, EE.UU. cree que es autosuficiente, pero la economía manufacturera estadounidense está muy integrada con la canadiense y la mexicana, además de padecer una terrible inflación heredada de la administración de Joe Biden. Los simpatizantes promedio de Trump no alcanzan a comprender la cantidad de artículos que consumen, son importados de diversas partes del mundo. En una entrevista para Chamuco Media, Víctor Aramburu, economista y especialista en políticas públicas, atribuyó esto a un proceso de desindustrialización en Estados Unidos, consecuencia del neoliberalismo, en el que tuvo una baja considerable en la producción de automóviles y productos de acero. Así por ejemplo, en Detroit (Michigan) “la ciudad del motor”, se declaró en bancarrota en el 2013, debido a la disminución de la industria automotriz y a la mala gestión financiera, lo que obligó a la compañía Ford a relocalizar sus operaciones a China y México.
A lo largo de la marcha, constatamos que la presidenta Sheinbaum Pardo está muy preparada para la defensa de la soberanía nacional, no para la defensa del T-MEC, ante este reto internacional, en el que EE.UU. pretende desplazarnos de ser su principal socio económico a convertirnos en su adversario, al igual que Canadá, al acusarnos de ser la fuente de una invasión silenciosa de drogas. Por lo cual, a través de la plaza pública, construye una imagen colectiva de respaldo popular y político. Más aún, la entrada de Edgar Amador Zamora, como nuevo titular de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, relevando a Rogelio Ramírez de la O, para ser asesor económico en asuntos internacionales, representa una oportunidad para ir avanzando en otras agendas que no fueron tomadas en cuenta.
A pesar de que personajes de la comentocracia, como Leo Zuckermann, que solo se dedican a inducir a la crisis, las medidas políticas planteadas en el Zócalo capitalino son para que la ciudadanía vislumbre la complejidad de lo que se está desarrollando, es decir, se están colocando las bases para la consolidación de un Estado de bienestar y así continuar siendo un verdadero contrapeso mundial ante la guerra arancelaria iniciada por el inestable presidente estadounidense, mediante la recuperación de la relación con el mercado interno que generara riqueza para todos los sectores la población.

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