El Congreso de la Ciudad de México aprobó este martes una reforma histórica que prohíbe las corridas de toros con violencia, un hecho aclamado por los defensores de los animales y cuestionado por los sectores taurinos. La iniciativa, promovida por la jefa de gobierno capitalina Clara Brugada, obtuvo el respaldo de 61 legisladores frente a un solo voto en contra, marcando un cambio significativo en la tradición taurina de la capital.
La nueva normativa prohíbe el uso de picas, banderillas y espadas durante las corridas y establece la protección de los cuernos de los toros para evitar lesiones tanto a los animales como a las personas. El objetivo, según explicó el congresista Víctor Hugo Romo, de Morena, no es la desaparición de la tauromaquia, sino su transformación hacia una expresión cultural más respetuosa con el bienestar animal.
Durante el debate en el recinto legislativo, Romo subrayó la necesidad de “armonizar la tradición cultural con la obligación constitucional de reconocer y proteger a los animales”. La intención es convertir la Plaza de Toros México en un espacio dedicado al arte y el espectáculo, pero libre de sufrimiento animal, promoviendo corridas sin sangre que se adapten a los tiempos modernos.
Reacciones divididas
Mientras activistas y organizaciones animalistas celebraron el avance hacia una tauromaquia sin violencia, las críticas no se hicieron esperar por parte de toreros, ganaderos y aficionados a esta práctica ancestral. A las afueras del Congreso capitalino, un grupo de seguidores de la tauromaquia intentó ingresar al recinto para manifestar su rechazo, exhibiendo pancartas con mensajes como: “No hay animal más respetado en vida que el toro bravo… nadie lo ama más que nosotros: los toreros ganaderos”. La policía local tuvo que intervenir para mantener el orden en la zona.
El dictamen contempla un plazo de 210 días naturales para que el gobierno capitalino emita las reglas que definirán la realización de las corridas sin violencia. Dentro de las medidas se incluye limitar el tiempo de cada corrida a 15 minutos por toro, con un máximo de media hora en total, y garantizar la protección de los cuernos para prevenir daños.
Evolución de la tauromaquia
La reforma también crea la figura jurídica de “espectáculo taurino libre de violencia”, lo que permitirá preservar las actividades económicas ligadas a la tauromaquia sin comprometer el respeto hacia los animales. De este modo, la Ciudad de México se suma a la tendencia mundial que busca transformar las prácticas tradicionales hacia modelos más éticos y menos crueles.
Aunque la medida representa un duro golpe para la tauromaquia tradicional, sus promotores confían en que la adaptación permitirá mantener el patrimonio cultural taurino sin infringir derechos fundamentales de protección animal. La polémica en torno a esta decisión promete seguir viva, pero el mensaje desde el Congreso capitalino es claro: la evolución de las tradiciones es posible sin perder su esencia.
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